Educacion Holista Y Espiritualidad
Enviado por fieducacionholis • 22 de Septiembre de 2014 • 1.758 Palabras (8 Páginas) • 318 Visitas
Fundación Internacional Para La Educación Holista
Maestría Y Doctorado En Educación Holista
Educación Holista Y Espiritualidad
El entusiasmo de algunos, el escepticismo de muchos, la obligación de otros tantos y así inicio el primer semestre, donde la tolerancia fue de un ir y venir, iniciamos 62 compañeros, amigos algunos, compañeros todos. El entusiasmo de ese primer viaje, conocer al Dr. Ramón Gallegos Nava, vislumbrar una actitud de vida donde la espiritualidad sea el timón de esa embarcación que estaba pasando por una tormenta, hacia 2 años que me había divorciado y aun no tenía aceptación menos sosiego. Yo veía la maestría como una alternativa para mi vida, sin embargo no fue fácil de manera interna, la razón atacaba y el corazón sosegaba.
Ahora hablare exclusivamente de mí, que pasaba conmigo, que percibía, que sentía en mi cuerpo, en mí mente y en mi espíritu. Todo estuvo muy bien hasta que llego un trabajo sobre el Buda, sentí que la maestría estaba encaminada a ganar adeptos para el budismo, Yo me siento muy agradecida y tranquila con mis creencias religiosas, por lo que se genero dentro de mí una pequeña tormenta, lo comente con el Dr. Ramón Gallegos y no paso nada, no existía razón alguna para que yo me angustiara.
Considero que antes de iniciar esta maestría, por necesidad tenia un camino recorrido en la búsqueda hacia mi interior, por lo que me fue fácil aceptar esta nueva pedagogía educativa que iba a ayudarme a encontrarme conmigo misma.
La educación holista me ha dado un despertar a la conciencia, que al principio con mi soberbia, pensaba que ya tenia, antes de iniciar la maestría había leído a algunos filósofos solo como cultura general y aquí es donde me quiero permitir retomar algunos trozos de la filosofía perenne.
Cuando sentimos que la vida común y corriente es rica y profunda y que es suficiente por sí misma, para sentirnos felices. Desear lo que se tiene es pensar, obrar y sentir como si la vida corriente fuera sagrada. Algunos filósofos pueden afirmar que la vida corriente no es inherentemente sagrada, pero que nosotros la hacemos sagrada al vivirla como tal. La mejor exposición de que la vida es sagrada es de Huxley en su libro La Filosofía Perenne, cuya primera edición inglesa apareció en 1945. Lo retomo porque esa es la manera en que mi formación mecanicista me permite cumplir con esta tarea, que me parece muy importante, sin embargo difícil. Continuando con el tema según Huxley, la Filosofía Perenne tiene tres elementos esenciales. En primer lugar, las cosas corrientes, las vidas corrientes y las mentes corrientes están compuestas de un material divino. En segundo lugar, en el núcleo de cada cosa viva se encuentra un trozo de la Realidad divina. En tercer lugar, la tarea más importante de la persona es descubrir la divinidad de las cosas corrientes, de las vidas corrientes y de las mentes corrientes y descubrir su identidad con la Realidad divina. Huxley indica que la exposición más clara de la Filosofía Perenne fue la que apareció hace 2.500 años en las enseñanzas de Gautama Buda, pero que desde entonces se ha expresado repetidamente en todas las tradiciones religiosas y en todas las lenguas importantes de Europa y de Asia, que algunas hablamos en América.
Como lo describe el Dr. Ramón Gallegos en la integración de la Educación Holista, la Filosofía perenne contrasta marcadamente con casi todas las ideas religiosas populares contemporáneas. Según la Filosofía Perenne, la Realidad divina no tiene por qué hacer nada. Simplemente, está allí. No necesariamente libra del peligro a un avión o hace que otros se estrellen. No necesariamente creó el universo ni lo sustenta. Según la Filosofía Perenne, la vida después de la muerte es una cuestión sin importancia. La cuestión esencial es si llegaremos alguna vez a estar plenamente vivos antes de morir.
Yo como persona acostumbrada a la religión popular contemporánea podría dudar del valor de una religión basada en la Filosofía Perenne. Algunas personas dicen: "¿De qué sirve un Dios así? ¿De qué sirve un Dios que no hace nada?" esta pregunta surge de un mal entendimiento de lo que significa "la Realidad divina", como la llama Huxley. Podría llamarse de muchos otros modos. El Buda habló de "lo Absoluto" o de "lo No Nacido". Podríamos utilizar el término "Ser Supremo". En las escrituras hebreas la deidad se designa con un nombre compuesto únicamente de letras mudas. Y, naturalmente, siempre podemos contar con el nombre tradicional "Dios". Seguramente sea propio de la naturaleza humana concebir a la Realidad divina como un ser que de algún modo tiene forma humana y funcionamiento humano, como si la realidad divina fuera un rey o un padre infinitamente poderoso y lleno de amor. En realidad, yo mismo caigo en ello. No es casual que en el Cristianismo, en el judaísmo y en otras religiones se llame con tanta frecuencia a la Realidad divina "Rey de Reyes", "el Señor" y "Padre nuestro", aparte de los nombres "Madre Divina", "Madre Naturaleza" y otros nombres similares que se aplican a las diosas, en mi religión yo lo llamo Dios.
Soy de las personas que sigo concibiendo de este modo a la Realidad divina, pero debo señalar que acepto la concepción de la filosofía perenne. Los buenos padres y los buenos reyes nos protegen e intentan concedernos al menos algunos de nuestros deseos. Cuando nos imaginamos que la realidad divina tiene una naturaleza similar, podemos
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