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Educación, El Consumo De Drogas Como Problematica Social


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  10.588 Palabras (43 Páginas)  •  268 Visitas

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REPORTAJE: “La Marihuana y la Educación”

Se desarrollará el tema de la marihuana como una sustancia adictiva, un problema social dentro del ámbito educativo, dentro de la currícula y la formación de maestros y estudiantes.

El tema de consumo de marihuana durante la adolescencia se explica con algunos factores de riesgo dentro de diversos ámbitos como la escuela y la familia, los mayores riesgos se dan producto de la escasa o nula información sobre este problema.

En este contexto la escuela y la formación educativa juegan un rol fundamental en la toma de decisiones, el fortalecimiento de valores y cambios positivos de conducta. El colegio trabaja en temas de prevención y así ejerce un mayor control sobre problemas sociales.

LA RAZÓN / SUPLEMENTO

La venta de estupefacientes en escuelas se provee de 4 zonas

Microtraficantes tienen nexos con alumnos de las ciudades de La Paz y El Alto

00:00 / 19 de noviembre de 2012

El timbre suena cuando faltan diez minutos para las 11. Algunos alumnos corren hacia el baño para aprovechar los minutos muertos que existen en cada cambio de turno.

Tres están cerca de una estatua, el regente se acerca a ellos y ordena que vayan a sus aulas. Dos se alejan despacio y el tercero duda entre quedarse, correr o hablar con él. Lanza un paquete al piso y después emprende carrera a su curso.

El regente levanta el envoltorio de unos cinco centímetros cuadrados y dentro descubre restos de marihuana. El hecho aconteció a mediados de año en una escuela de la zona Central de La Paz y los profesores que siguieron el caso aún lo recuerdan con preocupación: “Lo primero que hizo el regente fue contarnos”, explica una maestra que pide la reserva de su nombre y del colegio, porque hablar de la relación de estupefacientes y estudiantes es un secreto cerrado bajo siete llaves en las unidades educativas, para no dañar su imagen y salvaguardar a los involucrados.

El alumno fue llevado a la Dirección y dos profesores le preguntaron dónde había conseguido la hierba y si la había fumado en el baño. Él negó toda acusación y respondió que alguien puso la mota en su mochila. Sus progenitores fueron convocados y el director les mostró lo descubierto, envuelto en un pedazo de hoja de cuaderno. “La primera reacción de los padres es la negación”, comenta otro maestro que forma parte de la comisión disciplinaria y que igualmente solicitó el anonimato.

Encubrimiento. No fue la primera vez que se hallaron sustancias controladas en esta escuela. “Tenemos que hacer batidas sorpresivas en las mochilas y encontramos también algunos frasquitos de alcohol y de clefa”. En los últimos dos años hubo cinco estudiantes reincidentes que fueron suspendidos temporalmente por portar sobres de marihuana y frascos de thinner, para su consumo y su comercialización. Otro de los “hechos graves” sucedió un sábado antes de las vacaciones de invierno de esta gestión.

Un alumno fue delatado por uno de sus compañeros. El pedagogo con el que habló Informe La Razón se encargó de abrir la mochila del denunciado y encontró una botella de thinner (disolvente que afecta al sistema nervioso central). El envase era de un litro pero, además, se hallaron frascos de alcohol medicinal en las que el joven echaba raciones de thinner; cada uno era vendido a Bs 5 entre sus amigos de la prepromoción y de los cursos inferiores.

“Los muchachos se denuncian cuando tienen una bronca entre ellos y quieren perjudicarse entre sí”, relata el maestro. La comisión disciplinaria de aquel colegio brindó todos los detalles de lo ocurrido a Informe La Razón y señaló que las drogas incautadas fueron a parar a la oficina del director, quien niega ante la grabadora las historias de párrafos arriba.

“Este año encontramos un envoltorio de marihuana, como cigarrillo, pero no contenía nada. Agarramos a un joven y dijo que compró (el thinner) para barnizar. Yo trabajaba en carpintería y sé que se usa este material para efectos de barniz”, explica el funcionario, quien para evitar el tráfico de estupefacientes en su unidad educativa solicitó a la Policía que envíe dos agentes en la puerta de ingreso; los cuales hoy brillan por su ausencia.

Como se dijo, cuando se presentan problemas de este tipo, directores, pedagogos, padres y alumnos prefieren “arreglarlos” internamente, mantenerlos en la confidencialidad; o los involucrados son expulsados o abandonan voluntariamente el establecimiento. Tampoco los encargados de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) se animan a hablar sobre la venta de drogas en escuelas de la ciudad de La Paz, tema que saltó a la palestra en Santa Cruz, donde se develó recientemente que los tentáculos del microtráfico se han extendido hasta las aulas escolares.

Informe La Razón consultó a más de 25 fuentes —entre autoridades, efectivos antinarcóticos, directores, regentes, profesores y expertos en el asunto— que validaron que este flagelo está presente en colegios paceños y de El Alto y que va ganando terreno. Por ejemplo, el psiquiatra Ricardo Ramos —que fue parte de la Dirección Nacional de Prevención que se creó en 1987 y hoy está encargado del Psiquiátrico San Juan de Dios de la zona Sur de La Paz, donde a diario atiende casos de dependencia— opina:

“Los muchachos que trato dicen que la droga es común en escuelas. Uno de 12 o 13 años ya sabe a quiénes va a pertenecer: a los marihuaneros o a los farrosos. Y no es un fenómeno que se da sólo en clases sociales bajas”.

Johnny Huanto, quien desde hace 15 años se encuentra inmerso en la prevención de estupefacientes, comparte lo anterior y advierte que cada vez hay más consumidores que tienen menor edad. “Entre 1993 y 1995 veíamos a jóvenes de entre 16 y 17 años con problemas de dependencia, pero actualmente existen niños que empiezan a los 10 y 11 años”.

Las fuentes reconocen a cuatro zonas rojas de las urbes de La Paz y El Alto en las cuales estudiantes adquieren sustancias controladas de microtraficantes, sea para consumo y/o comercialización en establecimientos. En suelo alteño, según el director de la FELCN de esa urbe, Wilder Ledezma, el punto crítico es el reloj de la Ceja, donde se venden drogas “baratas” como el vuelo (mezcla de gasolina, thinner, clefa y diésel) y la marihuana, y hay farmacias que expenden pastillas peligrosas para el sistema nervioso, como los psicotrópicos flunitrazepam y diazepam.

Microtraficantes. En la ciudad de La Paz se halla la plaza Riosinho, en la zona Norte, donde operan distribuidores que ofertan o tienen nexos con alumnos a los que, sobre todo, entregan marihuana y pasta base de cocaína; inclusive, según denuncias de profesores, las dosis son acomodadas

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