Educar En La Cuidad
Enviado por carlosandresb5 • 11 de Marzo de 2013 • 946 Palabras (4 Páginas) • 247 Visitas
E D U C A R E N L A C I U D A D
Las instituciones educativas de nuestras ciudades se ven envueltas día a día por factores que dificultan la labor; entre ellos encontramos las tecnologías, situación económica, grupos urbanos, problemas sociales, ausencia de figuras paternas y maternas, entre otras. Como resultado, hay un desinterés por los niños y jóvenes al acceder al sistema educativo y/o a las aulas de clase. Los pensamientos de “quiero ingresar a la escuela” o “me gustaría ser un profesional” se han ido perdiendo, influenciados por flagelos que han ido fracturando la sociedad. De esta situación surgen preguntas como ¿qué papel cumple la escuela en la sociedad?; ¿cómo debe ser la enseñanza en las instituciones de nuestras ciudades?; ¿cómo podemos “combatir” esta clase de amenazas?; y más aún, ¿cuál debe ser el rol del maestro, para lograr cambios significativos y transformadores, que respondan a las necesidades de un mundo globalizado?
Es importante determinar cuál es el papel que cumple la escuela en el crecimiento y mejoramiento de la sociedad; cuestionar, en cierta medida, la pertinencia de la formación de los estudiantes; y por supuesto, valorar el papel del maestro como sujeto activo en el proceso de formación de los niños y jóvenes.
Si bien es cierto, la escuela no puede dar solución a todas las demandas que la sociedad exige, ésta debe incorporar a sus funciones el de ser una institución de animación cultural y de intervención ciudadana. Los nuevos cambios sociales, los retos de la sociedad de la información y la comunicación, la diversidad, el empleo, la formación para toda la vida, etc. son necesidades que deben encontrar respuesta entre todos los agentes que viven e intervienen en la ciudad. La tarea de educar es compartida y ahí reside su fuerza. De lo contrario, sólo algunos propenderán para el desarrollo de la misma, y la tarea de educar quedará limitada sólo a unos cuantos.
De acuerdo con lo dicho anteriormente, la escuela debe ser capaz de reconocer la diversidad y al mismo tiempo, integrar diferentes grupos y miradas para desarrollar iniciativas variadas; las escuelas deben ser capaces de dar conocimiento. Dar conocimiento requiere dar información, pero la información no es conocimiento (von Krogh, 1998). La información puede ser inerte, frágil, memorística. El conocimiento es siempre operable, debe poderse usar en situaciones distintas a aquellas en las cuales ha sido adquirido. Eso implica una capacidad para leer contextos, donde reside la sensibilidad sobre cuándo usarlo y la inclinación a hacerlo (Perkins y Salomon, 1998).
La escuela como institución enseña más allá de lo que lo que sus maestros dicen. Si los maestros mismos están acostumbrados a obedecer a sus jefes más que a las comunidades a las que deben servir, a escindir sus sentimientos de lo que hacen, a moverse dentro de esquemas de relación prefijados e indiscutibles, será difícil que puedan concebir nuevas formas de trabajo, diferentes formas de relación, aunque tengan las
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