El Ciclo De La Experiencia Y El Duelo
Enviado por Rojo_unix • 30 de Mayo de 2013 • 3.581 Palabras (15 Páginas) • 1.453 Visitas
ASOCIACIÓN DE DESARROLLO HUMANO Y TANATOLOGÍA DEL ESTADO DE MORELOS
2do Diplomado en Tanatología Humana.
Constructo: El ciclo de la experiencia y el duelo
Nombre: Las Poderosas.
Sede: Cuautla.
EL CICLO DE LA EXPERIENCIA Y EL DUELO
El ciclo de la experiencia es el proceso que se inicia en la sensación y termina con la retirada; es el ciclo de los seres humanos en donde tratando de satisfacer nuestras necesidades o asuntos inconclusos que se presentan en la vida.
Según Kepner (1999), comprende las siguientes etapas de la experiencia.
Kepner considera que el proceso de cierre de una de cierre de un asunto pendiente lleva a sentimientos de perdida, incluso la culminación de sucesos felices puede estar paradójicamente ligada a una sensación de tristeza y duelo por la experiencia que se termina, con mayor razón, aquellas situaciones donde el contacto se interrumpe de manera violenta y no deseada puede generar fuertes sentimientos de vacío, abandono y perdida.
María del Carmen castro González.
2ª edición
Editorial trillas.
El duelo está conformado por sentimientos, reacciones cambios que ocurren durante el proceso de cicatrización de una herida tras la pérdida de un algo o alguien querido. El medio para sanar será una decisión personal, aunque al inicio no se perciba como una elección consiente.
Todos los seres humanos somos diferentes cada uno de nosotros es un ser único.
El duelo sigue un patrón, aun cuando cada uno de nosotros siga los pasos de ese patrón a su propio como; los duelos cicatrizan igual que las heridas físicas.
La pérdida de alguien por muerte es una herida y al igual que en el caso de una lesión, enfermedad o herida física, debes darte a ti mismo tiempo para sanar de ese mal.
Quizá la razón más importante de las personas para despedirse es la falta de disposición para experimentar sentimientos desagradables como tristeza, miedo, enojo, dolor o sufrimiento los cuales tendrían “Si soltaran o dejaran ir”.
El duelo constituye un ciclo con ritmo, tiempos y características específicas; dentro de las consecuencias de este “aferrarse” están los síntomas físicos y emocionales que se manifiestan.
Delacroix señala que “Toda destrucción de un gestar (Asunto inconcluso) supone encontrarse con el vació, la muerte y el duelo”.
Y que destrucción más importante que la de una persona amada, que deja un hueco real, una sensación de vacío. Para Delacroix, el duelo es una cuestión de post contacto; es un espacio de recogimiento y soledad donde se procesara la experiencia de la perdida.
La doctora Elizabeth Kübler-Ross (1999), una psiquiatra que trabajo con pacientes que padecían enfermedades incurables, ha dividido la elaboración del duelo en cinco etapas.
Sin embargo, no podemos perder de vista que las personas son seres únicos y que no todos pasan por estas etapas en la misma forma ni con la misma duración; quizá nos encontremos en una etapa y regresamos contantemente a otra. Estas etapas son:
1.- Negación: El periodo de la negación produce el efecto benéfico de movilizar los recursos internos para enfrentarlos al cambio, pero a las seis semanas se sigue luchando con su dolor.
2.- Enojo: Es temor a no poder satisfacer sus necesidades, miedo a no ser capaz de enfrentar problemas financieros, emocionales o físicos.
Culpar a otros es forma de evitar el dolor, y desesperación personal, tener que aceptar que tu vida deberá continuar.
3.-Negociacion: Se da en nuestra mente para ganar tiempo antes de aceptar la verdad para retrasar la responsabilidad de liberar emocionalmente la pérdida.
4.-Depresion: Es la falta de esperanza e impotencia en sentimientos de tristeza, culpa de algo que hicimos o debíamos haber hecho y no lo hicimos como el “Hubiera” o “Debí”.
5.- Aceptación: Se da después de la pérdida y se puede vivir el presente, sin adherirse al pasado.
El dolor psicológico que sentirás, es como cualquier herida física, solo el tiempo te dará una distancia de los sucesos de la muerte y la relación personal que tenías con esa persona. El tiempo no te curara, pero la duración del duelo te ayudara a recuperar tu entereza si te permites experimentar y sentir lo que sea necesario para liberar al fallecido y proseguir con tu propia vida.
El tiempo oficial de luto que tradicionalmente ha sido un año, esto es común en muchas culturas y religiones.
Con frecuencia un año no es suficiente en la pérdida de un cónyuge o un hijo.
ETAPAS DE UN DUELO
Todos los seres humanos somos diferentes, cada persona es una acumulación de material genético, factores culturales, antecedentes familiares, experiencias personales, etc... y su forma de enfrentar los problemas es única. Por lo tanto, cuando experimentamos la muerte de una persona querida estos factores son los que determinan las diferencias de nuestra reacción.
No obstante el duelo, sigue un patrón predecible; aún cuando cada uno de nosotros siga los pasos de ese patrón a su modo, es muy útil saber que los demás comprenden nuestros sentimientos.
La pérdida de alguien por muerte es una herida y, al igual que en el caso de una lesión, enfermedad o herida física, debes darte ti mismo tiempo para sanar de ese mal personal que tenías con esa persona.
El tiempo por sí solo no te curara, pero la duración del proceso del duelo te ayudará a recuperar tu entereza, si es que te permites experimentar y sentir lo que sea necesario para liberar al fallecido y proseguir con tu propia vida.
Si se permite la elaboración del duelo siga su curso natural, es posible anticipar un marco característico de tiempo.
Los pasos son los siguientes:
Etapa I: Ruptura de los antiguos hábitos (desde el día del fallecimiento hasta 8 semanas después).
Etapa II: inicio de reconstrucción de la vida (de la 8ª semana hasta un año).
Etapa III: búsqueda de nuevos objetos de amor o amigos (a partir del primer año hasta 2 años).
Etapa IV: Terminación del reajuste. (Después de los primeros 2 años).
EL PROCESO DE DUELO
Los plazos no son rígidos, se reportaran las personas que han atravesado por un proceso de duelo. Mucho depende del grado de intimidad que es tenido con la persona que falleció y su cónyuge o un hijo con quien vivía la experiencia es mucho más profundo que si no hubiese surgido con la persona. Pierdes alguien con quien no vivías, su presencia en tus pensamientos será frecuente, pero por ejemplo no tendrás la costumbre de esperarlo para sanar, no tendrás ese recordatorio diario de su
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