El Diario De Un Perro
Enviado por GabrielLarter • 15 de Mayo de 2012 • 925 Palabras (4 Páginas) • 416 Visitas
EL DIARIO DE UN PERRO
No es sobre mi mascota; sin embargo si es la vida de muchos perros desafortunados que fueron comprados en un momento de capricho o sin pensar, por dueños irresponsables que no se interesan en su mascota, ni se tientan el corazón en hechar a un animal a la calle. Tal vez no se han puesto a pensar todo lo que pasará ese pobre animalito.
Este cuento es lo que esos perros nos platicarían en realidad, si pudieran hablar. Está dedicado a ellos, tratando de sensibilizar a sus dueños.
1ª. Semana. Hoy cumplí una semana de nacido...¡qué alegría haber llegado a este mundo!.
1er. Mes. Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.
2 Meses. Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós, esperando que mi nueva familia humana me cuidara tan bien como ella.
4 Meses. He crecido rápido; todo me llama la atención, hay varios niños en la casa que para mi son mis hermanitos. Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo los muerdo jugando.
5 Meses. Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí adentro de la casa; pero nunca me han enseñado dónde debo hacerlo. Además duermo en la recámara ¡ya no me aguantaba!.
8 Meses. Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi sólito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden su comida. Nunca me educan ha de estar bien todo lo que hago.
12 Meses. Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mucho más de lo que ellos pensaban, que orgullosos se deben de sentir de mí.
13 Meses. Que mal me sentí hoy. Mi hermanito me quitó la pelota. Yo nunca le agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron, casi sin poderme mover, al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.
15 Meses. Ya nada es igual...vivo en la azotea. Me siento muy solo...mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo un techo que me cobije.
16 Meses. Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó. Yo me puse tan contento, que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro día de campo. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron.
¡Oigan esperen!, ladre...se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detenían: Me habían abandonado.
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