El Dragón de Hierro
Enviado por Giloscuro • 17 de Septiembre de 2017 • Ensayo • 1.359 Palabras (6 Páginas) • 276 Visitas
El Dragón de Hierro
Acto primero: La llamada
Nos encontramos en un castillo de la Edad Media, en algún lugar de Europa del Este, un pequeño reino es aterrorizado por un misterioso dragón, en escena podemos al rey sentado en su trono sosteniendo una plática con uno de sus soldados.
Rey Dagot: ¿Ha habido noticias de los caballeros enviados a cazar a ese espantoso dragón?
Soldado: Sí, su Majestad, ha vuelto uno de nuestros mejores hombres.
El rey se molesta tanto que tira su corona.
Rey Dagot: ¿Qué?, ¿ha vuelto solamente uno?
El soldado pierde confianza y empieza a tartamudear mientras habla.
Soldado: Sí, señor, pero nos tiene información valiosa; nos ha dicho que las escamas del dragón están hechas de hierro ¡de hierro! A demás de que puede hablar, en sus palabras, es tan sabio como el propio Salomón.
Rey Dagot: Eso solo puede ser una mentira, alucinaciones de un hombre herido en batalla, si la bestia pudiera hablar, seguramente habría dado un mensaje, no habría presumido su conocimiento.
Soldado: Ese el problema, Majestad, sí lo dio… Y es peor de lo que la imaginación pueda dar.
Ahora, damos un salto en el tiempo de aproximadamente tres horas, ya está anocheciendo, nos situamos ahora, en lo aposentos de la princesa Meridian, teniendo una pequeña discusión.
Princesa Meridian: Pero padre, si el dragón me quiere a mí, yo estoy dispuesta a entregarme por el bien de nuestro pueblo, por somos los monarcas de esta comunidad para protegerla.
Rey Dagot: No permitiré que mi hija sea devorada por una bestia con alas, he convocado a los guerreros más grandes de todo el mundo, para que acaben con ese malvado dragón, protegeré a mi princesa y a mi reino a toda costa.
Hemos dado otro salto en el tiempo, una semana después de lo acontecido, estamos en el recibidor del palacio, hay hombres de armadura por todo el lugar, se puede apreciar muy bien las diferencias étnicas de todos, algunos provenían de los países asiáticos, claramente guerreros en el arte de cazar dragones, guiados por su líder, un anciano de barba larga y blanca, guerreros africanos, cuyos dotes mágicos y espirituales podían sentirse en todo el salón, estos comandados por un hechicero robusto y de piel oscura. Por último, estaba presente un pequeño batallón de caballeros nórdicos, apuestos guerreros de cabelleras doradas y ojos azules, exceptuando a su capitán, con cabellos del color de la plata y ojos iguales a las esmeraldas.
Soldado: Atención valientes guerreros, ante ustedes, el Rey Dagot.
Rey Dagot, acercándose a la multitud: Antes que cualquier cosa, he de agradecerles a todos ustedes por estar aquí, prestando sus servicios, en días recientes, la bestia que acecha a nuestro pueblo nos ha realizado una demanda que no puede ser cumplida, quiere a mi hija, Meridian, a cambio de la paz en el reino. Hecho que no puede ser condonado, por eso los he llamado, tienen hasta la luna llena que se dará en tres días, para acabar con el dragón. A cambio, al valeroso guerrero que logre semejante acción, se le será entregada la mano de hija, para que contraigan matrimonio, cualquier cosa es mejor que mor en las garras de un dragón.
Ahora en la sala se podía ver a cada grupo preparándose, los hechiceros africanos pronunciaban palabras en sus dialectos y limpiaban sus bastones. Los guerreros de Asia afilaban sus sables uno por uno. Los caballeros Nórdicos practicaban sus mandobles y estocadas unos con otros.
El soldado del rey convocó a los tres líderes, para que pudieran sostener una conversación con el rey Dagot.
Rey Dagot: Son los mejores entre los mejores, confío en que alguno obtendrá la mano de mi hija, porque sé que alguien debe destruir a esa bestia.
Caballero Esmeralda: Será para mí un honor, probarle que mi astucia e inteligencia, permitirán dar fin a esto de la manera más sabia.
Hechicero Mayor: Tenga fe en mí, rey europeo, acabaremos con el dragón, el gris de su blindaje nos permitirá crear grandes conjuros en un futuro.
Guerrero de Asia: Estoy de acuerdo con eso, sus escamas plateadas nos servirán para mejorar nuestro propio hierro, somos los cazadores de dragones más antiguos, haremos pedazos a este dragón.
Rey Dagot: Que así sea, mis nobles guerreros, emprendan la partida y acaben con el monstruo, les deseo el mejor de los éxitos.
Así es como vemos salir del castillo a todos los guerreros, caminando hacia las montañas que rodean el reino, en la misión más importante de sus vidas.
Acto Segundo: El hierro y la esmeralda
Pasaron los días, hasta llegar la luna llena, claro que aún faltaban algunas horas, el rey Dagot estaba muy nervioso, por lo que decidió ir a hablar con su hija.
Princesa Meridian: Padre, esto ha sido un error, los guerreros debieron haber vuelto ya, espero que sigan con vida… Debí haberme entregado.
Rey Dagot: Hija, ellos hicieron lo que tenían que hacer, ahora quiero que tú hagas lo que corresponde. Si para el anochecer ninguno de ellos ha vuelto, debes escapar, aléjate tanto como puedas y mantente con vida.
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