El Fin Del Curriculo

El fin del currículo

Algunos términos como escuela o kínder se pueden relacionar fácilmente con determinados periodos de la historia de la educación; pero otras expresiones como currículo, se han universalizado ocultando sus orígenes y evolución a los expertos en educación e historiadores, esto se da ante todo por las múltiples aseveraciones que se le da al mismo. Pero ya que a ciencia cierta no podemos ubicar con exactitud la etimología del currículo, nos dedicaremos ha hablar sobre otros aspectos importantes, ¿para que fue creado e implementado? ¿Qué aspectos encierra? ¿Y quienes son los encargados de cumplirlo?

Es importante dejar en claro el significado del termino currículo, Sacristán (1988) sostiene que “el currículo es un conjunto de conocimientos o materias a superar por el alumno dentro de un ciclo” (p. 14) esta afirmación nos indica que todas aquellas pruebas de conocimientos y destrezas aplicadas a los alumnos a través de indicaciones y normas forman parte esencial del currículo mismo. De modo idéntico se resume que el currículo plantea y respuestas a las preguntas educativas más puntuales ¿Cómo enseñar? ¿Cuándo enseñar? ¿Qué, como y cuando evaluar?

Se sabe con certeza que fueron los religiosos y aristócratas medievales los que vieron la necesidad de educar a los suyos, es aquí donde nace la universidad a principios del siglo XI, adoptando como filosofía la escolástica, una ideología grecolatina que intentaba comprender y explicar todo en base de una revelación religiosa, ¿acoso es esto el primer indicio de un currículo?, que si, orientado este por la influencia que en ese momento poseía el cristianismo, a tal grado que impero la escolástica como la reina de las ciencias.

Luego el renacimiento cambio todo lo hasta entonces respetado e intocable, hacia una concepción del mundo un poco mas lógica, humana y racional, la escolástica perdió su influencia y empezó así una nueva época no solo para la política si no para la educación, de humanismo y avance científico, artístico y espiritual.

De cualquier forma estamos aquí para conocer sobre el currículo, el cual tiene un papel preponderante en el proceso enseñanza-aprendizaje, pero que no es el arma esencial del saber, es el instrumento teórico que esta presente pero que son los sujetos encargados de impartirlos los que de dan sentido estos son los educadores, aquellos pedagogos y teóricos educativos que implementan de una u otra forma el currículo, pero ¿Qué tanto logran estos un aprovechamiento del mismo? Whitehead en Taba (1962) argumenta, “para la educación solo existe una materia: la vida en todas sus manifestaciones” (p. 10) ¿es acaso el ser humano enseñar a su par sobre la vida? Dirán que si, pero al recordar que somos individuos con problemas y vidas cotidianas distintas, el pensamiento lógico indica que no necesariamente viviremos o seremos como el que nos enseña.

El maestro y el alumno, el alumno y el maestro ¿son estos los únicos actores en el proceso educativo en la aplicación del currículo? Anteriormente se creía que si, pero hemos aumentado ese rango de interrelación a maestro-padres-alumno-entorno.

Sin dejar de reconocer que dentro del aula la relación es bidireccional entre maestro-alumno. El maestro en el salón es el actor que facilita el conocimiento intrínseco en el currículo a través de una relación didáctica, es el llamado a se el puente, por decirlo así, entre ese conocimiento y el alumno, no solo encargarse de explicarlo sino asegurarse que sus receptores le comprendan. Gutiérrez (2003) opina acerca de esto:

“los dos agentes fundamentales del proceso educativo, el profesor y el estudiante, interactúan de manera sistemática entorno a los objetos de conocimientos provenientes de las diferentes disciplinas. Esa interacción esta influida por variables de naturaleza cognitiva y afectiva pertenecientes a ambos sujetos, factores que son movilizados con el propósito fundamental de lograr aprendizaje significativo.” (p. 9)

Ya identificados como los actores del proceso educativo, se debe hablar sobre la relación de convivencia entre ambos, es esta llamada enseñanza-aprendizaje, en el que el sujeto “A” enseña y el sujeto “B” aprende; esta relación ha sido blanco de un sin numero de criticas hacia aquellos que lo llevan a cabo bajo la filosofía de la escuela clásica, la mera memorización de los conocimientos establecidos en el currículo. Gutiérrez (2003, p. 6) sostiene:

“Tradicionalmente se ha planteado el proceso educativo como la relación que se establece entre el enseñar y aprender, como si se tratase de una relación de causa-efecto el profesor enseña contenidos que deben ser aprendidos por el estudiante.”

Pero esta concepción ya fue debidamente descartada por la mayoría de pedagogos serios y eruditos en la materia, debido a que simplemente se utiliza al alumno como un objeto, al cual se le almacena información tal cual estuviéramos refiriéndonos a una memoria extraíble.

Entonces ¿Cuál es la correcta relación entre el maestro y alumno? Según muchos reconocidos pedagogos se debe implementar lo que ellos llamaron “aprender a aprender”, se introdujo esta filosofía en la década de los setentas, surge como un sistema abierto de enseñanza y debe su origen a las teorías cognoscitivas que enfatizaban la construcción gradual de conocimientos y de sus estructuras.

Un informe de la UNESCO nos amplia sobre el tema, (aprende a ser, 1973) comenta

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