El Hambre En Mexico
Enviado por • 8 de Octubre de 2013 • 2.347 Palabras (10 Páginas) • 273 Visitas
los pobres no comen por pobres
Proverbios 8 -Excelencia y eternidad de la sabiduría.
1 ¿No clama la sabiduría,
Y da su voz la inteligencia?
2 En las alturas junto al camino,
A las encrucijadas de las veredas se para;
3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,
A la entrada de las puertas da voces:(1)
4 Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
5 Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
7 Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
8 Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
9 Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
13 El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
14 Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
15 Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
16 Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
18 Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
20 Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros.
22 Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.(2)
23 Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
24 Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
25 Antes que los montes fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
26 No había aún hecho la tierra, ni los campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
28 Cuando afirmaba los cielos arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
29 Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
30 Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
32 Ahora, pues, hijos, oídme,
Y bienaventurados los que guardan mis caminos.
33 Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo menospreciéis.
34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.
35 Porque el que me halle, hallará la vida,
Y alcanzará el favor de Jehová.
36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.
Comentario al Proverbio 8
Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Proverbios Tomo-2. Editorial CLIE.
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La palabra de Dios es sabiduría.
I. La revelación divina es palabra y sabiduría de Dios, y la religión pura e incontaminada (Stg. 1:27) está edificada sobre ella; de eso habla Salomón aquí (vv. 1-21). Dios instruye, gobierna y bendice a los hombres por medio de su sabiduría.
II. El Verbo eterno de Dios es la Sabiduría en persona. El es la Sabiduría que habla a los hombres en la primera parte del capítulo, y el que está asociado al Padre en la obra de la creación (vv. 22-31).
III. Concluye con una insistente exhortación a prestar atención a la voz de Dios en su palabra (vv. 32-36).
Versículos 1-11
1. Las cosas reveladas son fáciles de conocer, pues pertenecen a nosotros y a nuestros hijos (Dt. 29:29) y, por eso, son proclamadas de alguna manera por las obras de la creación (Sal. 19:1); con mayor fuerza, por la conciencia humana y por las razones eternas del bien y del mal; pero, con la mayor claridad, por medio de Moisés y de los profetas. Los preceptos de la sabiduría son proclamados en voz alta (v. 1): « ¿No dama la sabiduría?» Sí; como todo pregón importante, dama a voz en cuello (Is. 58:1). En tres lugares, los cuales se expresan aquí (vv. 2, 3), se pronunciaban en voz alta los pregones: en las alturas, en los cruces de caminos y en la entrada de la ciudad. El corazón nos grita a veces, pues la conciencia tiene sus clamores como tiene sus susurros. Desde lo alto del Sinay se dio la Ley. La sabiduría no se oculta, no habla por los rincones a unos pocos iniciados, sino en público y a todos, desde lugares altos, desde los que puede ser vista y oída, en las encrucijadas por las que transitan los viajeros, y a la entrada de la ciudad. Los necios no saben por dónde ir a la ciudad (Ec. 10:15); por eso está la sabiduría colocada, no sólo en la encrucijada, para que nadie yerre el camino, sino también a la entrada de la ciudad, presta a comunicar el lugar donde vive el vidente (1 5. 9:18). Repetidamente insiste:
«¡Oh, hombres, a vosotros clamo». A los hombres, no a los ángeles, que no lo necesitan; ni a los demonios, que ya no pueden aprovecharse de ello; ni a los brutos animales, que carecen de
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