El Juego Como Estrategia De Aprendizaje
Enviado por giselaaraylopez • 8 de Marzo de 2012 • 2.456 Palabras (10 Páginas) • 6.220 Visitas
EL JUEGO
El juego constituye en el niño su actividad central. Hace activo lo que muchas veces sufre pasivamente. El niño juega no sólo para repetir situaciones placenteras, sino también, para elaborar las que le resultaron dolorosas.
Al jugar, el niño exterioriza sus alegrías, miedos, angustias y es el juego el que le ofrece la posibilidad de elaborar, por ejemplo, los celos hacia un hermanito en el juego con un osito, al que a veces besa y a veces pega. El juego le aporta una larga serie de experiencias que responden a las necesidades específicas de las etapas del desarrollo.
Durante el primer año de vida, por ejemplo, los intereses se centran en el chupar, morder, explorar los juguetes, hasta la aparición de los dientes.
Más adelante, el "jugar a la mamá o el papá", le permite identificarse con aspectos de ellos que contribuyen en la formación de la personalidad.
A medida que van creciendo comienzan a jugar con los juegos reglados donde se observa cómo pueden competir, si aceptan o no las reglas, cómo reaccionan frente al ganar o perder, etc.
Un niño que no juega nos hace pensar que algo le está sucediendo, y si esta situación se repite frecuentemente se hace necesario un análisis de la situación.
Compartir el juego del niño es una manera de intercambiar con él, contenerlo, y volver a conectarse con una parte de niños que conservamos los adultos a través del tiempo.
El juego provee a los niños la oportunidad de hacer sentir su universo. Esto los ayuda a descubrir y desarrollar su propio cuerpo, descubrir a otros y desarrollar relaciones interpersonales para imitar papeles de la familia y descubrir nuevos modos de operar.
El juego le permite al niño conocer su mundo, descubrir su cuerpo, conocer a otras personas y relacionarse con estas, desarrollar vocabulario e imitar roles de adultos. El juego es un medio primordial en el aprendizaje de los niños de nivel preescolar. Estudios han demostrado que el juego con un rango de funcionamiento psicológico incluye pensamiento creativo, solución de problemas, habilidades para aliviar tensiones y ansiedades, habilidad para adquirir nuevos entendimientos, habilidad para usar herramientas y desarrollo del lenguaje.
Rousseau enfatizaba la importancia del niño, desarrollando sus instintos naturales, estableciendo un juego de niños en su ocupación natural y que no sienta alguna diferencia. Él veía el aprendizaje de los niños llevándose a cabo a través de la libertad y espontaneidad que el juego provee. Pestalozzi comenzó la primera educación al exterior enfatizando que los niños deben continuar como lo hacían en el hogar, en orden para. Rousseau veía el juego como una forma libre y espontánea de aprender. Pestalozzi creía que el juego debía ser igual al juego del hogar encaminado a aprender.
El juego tiene motivación intrínseca. Es disfrutable, flexible, escogido libremente. No es literal. Requiere actividad verbal, mental y física. Krasnor & Pepler sugieren que el juego puro es una combinación de elementos. El juego del niño es simbólico (representando la realidad); significativo (experiencias relacionadas); activo (los niños están haciendo cosas); placentero (cuando se envuelven seriamente en una actividad); voluntario o intrínseco (motivado); los motivos son curiosidad, material, afiliación con reglas, expresado implícita o explícitamente, episódico, caracterizado por metas emergentes, cambiantes que los niños desarrollan espontáneamente.
El contenido del juego está influenciado por las experiencias de los niños y por el contexto en el que ellos se encuentran. El contexto puede incluir ambiente físico, tiempo, otros niños y adultos, culturas y expectativas. Jean Piaget propone que el juego puede ser pura asimilación, pero su relación o predominio de su asimilación sobre la acomodación es lo que define una actividad como juego. Dewey sugiere que el juego da prominencia o énfasis a una actividad sin mucha referencia a sus resultados. Bruner, Jolly & Silva, proponen que los niños usan invenciones en las reglas del juego en una forma creativa y generativa. Brunner y Sherwood ven el juego como una oportunidad para practicar su rutina de conducta. Los niños cuando juegan están continuamente percibiendo, usando contrastes: un aspecto social, de aprendizaje. El juego tiene un lugar particular en la Teoría de Piaget. Piaget escribió:
"El juego es una forma particularmente poderosa de actividad que tiene la vida social y la actividad constructiva del niño. Las funciones del juego difieren con la variación de edad cronológica. Muchas actividades del exterior e interior de los niños son determinadas por el equipo, espacio y superficie."
Sabemos que los niños necesitan jugar, más aún, somos conscientes de que en ciertas fases de su evolución el juego constituye el contenido principal de sus vidas. Hablamos de niño pequeño como el niño que juega y de la primera infancia como la edad del juego.
El juego constituye para el niño, un lenguaje adecuado para la expresión de sus fantasías, de sus conflictos, de sus sentimientos, de su modo de captar y transformar la realidad; sirve para abordar situaciones conflictivas no toleradas, situaciones que el sujeto transforma para convertirlas en adecuadas para él. Además el niño a través del juego, aprende a conocerse a sí mismo, a los demás y al mundo que los rodea. Aparte de los conocimientos y habilidades que adquieren al jugar, se ejercitan en el uso del material de juego y en su propia actividad. El juego ofrece a los niños la posibilidad de desplegar su iniciativa, de ser independientes, en lugar de dejarse llevar por lo que ya está dado. Actúan de acuerdo con sus necesidades; se realizan a sí mismo; tienen ocasión de ser ellos mismos.
Durante el juego el niño encuentra situaciones apropiadas para ejercitar su poder, expresar su dominio y manifestar su capacidad de transformar un mundo real, experimentar un sentimiento de asombro gozoso ante el descubrimiento de lo nuevo y de sus posibilidades de invención. Esto representa una situación necesaria aunque no suficiente para la gestación y consolidación de un sentimiento de seguridad, matriz del proceso de la conquista de la propia identidad. La conducta activa que el niño pueda desarrollar durante el juego le hará experimentar también un sentimiento de plenitud gozosa, nacido de la confianza en sus propias posibilidades conductales, asumirse con un rol protagónico en la compleja trama de las relaciones interpersonales, aceptar las propias limitaciones y resignarse ante lo imposible, para superar la engañosa trampa fantasmática que nace al quedar encerrado en un mundo imaginario.
No se debe subestimar el valor de las experiencias lúdicas para la formación de la personalidad, pues
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