El Matrimonio
Enviado por jencfavory • 23 de Marzo de 2013 • 1.238 Palabras (5 Páginas) • 279 Visitas
EL MATRIMONIO
Cuando llegué a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tomé de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Sólo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos.
De pronto ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio……le dije lo más suave que pude.
Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me preguntó, ¿por qué?
Evité su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiró los utensilios y me gritó, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos mas. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber, qué le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria. Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, ¡sólo me daba lástima!
Con un gran sentido de culpa, redacté un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa.
Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdició conmigo. Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa. Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca.
Al siguiente día, llegué a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retiré a dormir.
Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importó y sólo me acomodé de nuevo en la cama y seguí durmiendo.
En la mañana me presentó sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres.
Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargué el día de nuestra boda.
Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa……. pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos.
Le platiqué a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa……se rió bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importan los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a divorciar.
Desde que le expresé mis intenciones de divorcio, mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargué se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo, papá me da gusto que quieras mucho a mi mamá. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente caminé como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incómodo, la bajé y ella caminó a tomar el autobús para ir a trabajar. Yo manejé solo a mi trabajo.
El
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