El Perito Como Testigo Oral
Enviado por saul_roca • 20 de Octubre de 2011 • 1.375 Palabras (6 Páginas) • 836 Visitas
EL JUICIO ORAL Y PÚBLICO
El perito como testigo oral
El juicio oral y público es el momento de la verdad pericial y a menudo es una vivencia psicotraumática equiparable a un examen universitario.
No es un deporte competitivo ni un duelo personal con otro perito. Hay en juego cuestiones trascendentales para la justicia y para el honor, el patrimonio, la libertad y el porvenir de las personas. En la audiencia se refleja la personalidad del médico forense, su elocuencia, medida, porte, dicción y sapiencia. El perito no es un abogado disfrazado de médico, ni un médico disfrazado de abogado; es un especialista que concilia e interpreta los conocimientos médicos para adecuarlos a las exigencias judiciales. La idoneidad la otorga el título de médico legista, pero a veces no lo son. La formación de las "juntas de notables" en casos resonantes es ejemplo de ello; ser buen cirujano no es igual a ser buen perito. Para practicar la medicina legal, antes hay que aprenderla. Decía Hoffman: "Se puede describir concienzudamente a una herida desde el punto de vista clínico o anatomopatológico, pero si no indica los caracteres que interesan al juez, carece de valor médico-legal".
La honestidad científica del experto es bien valorada por los tribunales de justicia. Responder "no se" no es vergonzante sino meritorio. El buen perito debe saber dudar, decía Nerio Rojas. El sabelotodo cae mal en las audiencias. El forense debe saber cuáles son los puntos de controversia que debe aclarar al juez. No es un simple testigo, ni un auxiliar exclusivamente informante; elabora diagnósticos médico-legales con rango de prueba jurídica. De allí la frase acuñada por el doctor Martí Ibañez: "Médico legista es quien bajo la túnica de Solón lleva la sapiencia de Hipócrates". Para Lacassagne, "el buen perito se caracteriza por la técnica que se obtiene con la práctica, la sabiduría, que se obtiene por el estudio y el arte, que es condición personal del experto". Para Francis Welman (Cómo ganar juicios), los peritos simplemente son "los utensilios de la sentencia". En los juicios por jurado, que en un futuro próximo muy probablemente formen parte del mecanismo judicial, la participación del perito será relevante.
PUNTOS PRINCIPALES
Los puntos principales a tener en cuenta son los siguientes:
1) El comportamiento del perito: es necesario descansar bien la noche anterior a la encuesta; las sesiones son largas, el perito queda aislado, se le prohíbe parlamentar con los otros testigos o abandonar la sede del tribunal en los intervalos de la audiencia. Hemos intervenido en juicios orales en la provincia de Buenos Aires que comenzaban en las primeras horas de la mañana y finalizaban casi a medianoche. El perito participa en un acto solemne, y ello exige vestimenta y porte acordes con esas circunstancias. El es el centro de la atención y debe tener conciencia de ello; su prestigio está en juego desde el primer instante en que comparece. Debe saber ubicarse con soltura frente al estrado, no equivocar direcciones y permanecer de pie y atento a las órdenes del presidente del tribunal. Debe conocer el ritual del juramento, los alcances de las generales de la ley y responder con voz alta y firme. Debe dirigirse siempre a la presidencia y saber quién representa al Ministerio Público y a las partes en conflicto. El perito debe tener sus manos libres, no debe llevar libros, papeles ni libretas de apuntes; es necesario que conozca el expediente, de la misma forma en que un actor de teatro lo hace con el libreto de la obra. Si no recuerda un detalle, le asiste el derecho de consultar el expediente cuantas veces sea necesario. Debe sentarse cómodamente, ubicar el micrófono a distancia adecuada, saber exactamente en qué bolsillo ha guardado los anteojos o sus documentos personales, no gesticular ni marcar el ritmo del interrogatorio con movimientos del pie. Llevamos a cabo una encuesta, con ayuda de estudiantes universitarios ubicados en la barra, y comprobamos lo siguiente:
• El público critica el atuendo y detalles del cuidado personal del perito.
• Está al acecho de sus fallas.
• Recela de las edades extremas, "muy jóvenes o muy viejos".
• Simpatiza con el perito que sabe habérselas con las partes en conflicto sin discriminar mayormente acerca del contenido o la calidad de las respuestas.
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