El Político Y El Científico
Enviado por 2205Marina • 8 de Mayo de 2015 • 1.466 Palabras (6 Páginas) • 260 Visitas
El libro “El político y el Científico”, objeto del presente trabajo, está dividido en dos partes: “La política como vocación” y “La Ciencia como vocación”.
LA POLÍTICA COMO VOCACIÓN
Weber define a la política como “la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política”. Un Estado es una entidad o asociación política, la diferencia con las demás asociaciones políticas es que éste posee el monopolio de la violencia física legítima. Afirma que hace política quien aspira al poder, ya sea para conseguir un fin ideológico, egoísta o para gozar de prestigio. En los Estados se da la relación de dominación de hombres sobre hombres, utilizando la violencia legítima para dominar. Los dominados tienen que acatar la autoridad de quienes en ese momento dominan. Para el autor existen tres tipos de dominación: la “tradicional”, la “carismática” y aquella basada en la “legalidad”. Weber se interesa en esta obra por la dominación carismática. Los que poseen este carisma son políticos por vocación porque viven para ello y las masas los siguen por sus cualidades, no porque sean obligados por normas o por tradición. Pero estos políticos por “vocación” no son los únicos que se encuentran en la lucha por el poder. También se encuentran en esta lucha los otros tipos de dominación.
Cualquier tipo de dominación necesita de medios auxiliares para continuar en el poder; requieren de ser obedecidos y de disponer de lo necesario para el empleo del poder físico. Divide a la organización Estatal en dos categorías, una es el equipo de funcionarios y la otra es el cuadro administrativo. La primera posee en propiedad los medios de administración, la segunda está separada de dichos medios.
Menciona que hay tres tipos de personas que tratan de influir en la distribución del poder político. Los primeros son los políticos “ocasionales”, aquí entramos todos, ya sea que participemos con el voto, con aplausos u ocasionalmente en un evento político. Los segundos son los políticos “semiprofesionales” que son los que se desempeñan en la actividad política en caso de necesidad o de circunstancia. El tercer tipo son los políticos “profesionales”, aquí se encuentran los que viven “para” la política y los que viven “de” la política, la diferencia entre estos es el sentido de los ingresos económicos; aunque, coincido con Weber en que generalmente se hacen las dos cosas ideal y materialmente al mismo tiempo. La existencia de políticos que vivan “para” la política se da bajo ciertas circunstancias, aunque tampoco están obligados a no vivir de la política.
Según Weber, hay dos tipos de funcionarios modernos, los funcionarios profesionales y los funcionarios políticos. Los primeros no deben de hacer política, deben de limitarse solo a su actividad que es la administración imparcial, sin ira y sin prevención. El segundo puede hacer lo mismo “mientras no esté en juego la razón de Estado”. Cuando está en juego la “razón de Estado” el político debe tener tres características fundamentales: parcialidad, lucha y pasión, que son lo contrario a las características del funcionario profesional.
Basado en el contexto de su época, Weber explica la influencia del periodismo sobre la política. En esta parte destaca la labor del periodista que está dedicado durante todo el tiempo a la política y por tanto puede considerarse un político profesional. Resalta la importancia que los partidos políticos tuvieron desde su surgimiento en el ejercicio político, resaltando que los líderes o jefes de los partidos son quienes llevan el rumbo de las decisiones incluso en el parlamento sobre el grupo en que influyen. Para Weber, además, éstos políticos son unos cazadores de cargos públicos. Otro aspecto que describe en esta obra es el hecho de que ya no se da el autentico caudillaje porque fue sustituido por la democracia representativa. El político debe estar al servicio de una “causa” y orientar sus acciones hacia la realización y compromiso con esta. El peor pecado del político es olvidarse de perseguir la “causa” y por pura vanidad buscar el poder por el poder. Weber analiza la parte ética de la política, destacando que la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción son elementos complementarios que deben ser adherentes al hombre que tenga vocación política.
LA CIENCIA COMO VOCACIÓN
En esta parte del libro, explica cómo es que se presenta en la actualidad la ciencia como una profesión. Comienza haciendo una comparación entre la
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