El Renacimiento

El Renacimiento fue un amplio movimiento de revitalización cultural que se produjo en Europa occidental en los siglos XV y XVI, caracterizado por: retomar los elementos de la cultura clásica; cambiar el teocentrismo medieval por el antropocentrismo renacentista; tomar al ser humano como medida de todas las cosas; volver a la antigüedad en todos los artes; y adoptar una nueva relación con la naturaleza.

Más de mil años habrían de pasar, hasta que después de largo paréntesis de la Edad Media, se volvieran a poner en marcha nuevas concepciones del cuerpo humano. Las iniciadas por el mecanicismo moderno, que empezarían Leonardo da Vinci y Vesalio, y alcanzarían su culminación en la de Descartes. Y fue durante este período cuando se produjo una incesante revalorización del ser humano (humanismo) y de la naturaleza (naturalismo). En todas las vertientes del arte el cuerpo humano vuelve a tomar todo su esplendor y los cánones de la figura humana son abundantes (Ghiberti, Cennini, Leonardo, Alberti, Holbein, Durero, Miguel Ángel, Rafael, Cousin, Lomazzo, etc.). Los cuerpos son bellos, perfectas creaciones y a la vez completos estudios anatómicos. Las representaciones vuelven a ser muy ricas y variadas. Junto a los motivos religiosos comienzan a aparecer los mitológicos, los naturalistas, los costumbristas (fiestas, juegos, trabajos, vida diaria, etc.), los retratos y los autorretratos, aunque también siguen apareciendo motivos de guerra y de muerte. Y el cuerpo humano vuelve a mostrarse frecuentemente desnudo, bien sea en reposo o en movimiento.

Si bien desde el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna no se encuentra, dentro de la Educación Física, referencias explícitas en relación con la Expresión Corporal, este período puede considerarse como el de máximo auge en el resurgimiento de las actividades físicas desde la antigüedad. Grandes personalidades de la época defendían la inclusión de la actividad física como contenido educativo, como Vergerio (1349-428), Rambaldone (1376-1466), Da Feltre (1378-1466), Vegio (1378-1466), Alberti (1404-1472), Vives (1492-1540), Elyot (1490-1546), Sadoleto (1477-1547), Rabelais (1494-1553), Méndez (1500-1553?), Mulcaster (1530-1611), Montaigne (1533-1592), Tuccarro (1535-1602), Mercurialis (1530-1606), etc.

En el ámbito de la danza, que tan estrechamente vincula el movimiento corporal con la música, podría decirse, que fue precisamente España, como afirma categóricamente Pla (1975), “el país que enseñó a bailar a Europa, puesto que aquí, a partir de los comienzos del s. XV, nacieron casi todas las danzas que durante tres siglos se han bailado en las cortes europeas, en las cuales se han buscado ávidamente dichas danzas para incorporarlas al repertorio de sus salones”. Como señalan Gottschalk, MacKinney y Pritchard (1981, 212) “la pantomima y la procesión fueron rasgos importantes de las danzas primitivas y rústicas. Cuando los caballeros y las damas nobles danzaban no podían mostrar la libertad de movimiento de los campesinos, porque la tradición y el vestido cortesanos les conferían más bien cierta majestuosidad”. Y así, en aquellos momentos, comenzó a gestarse lo que terminaría por ser la distinción entre la danza popular y la danza cortesana, la alta danza y la baja danza. Aquella rápida y saltarina (alta), y ésta pausada y a ras de suelo (baja).

En estos tiempos, el ‘maestro de danza’ alcanzó poco a poco rango laboral, y más adelante veremos cómo algunos de estos ejercieron gran influencia sobre nuestra materia de estudio.

Fue también en esta época cuando nació el ballet en Italia y en Francia, y fue en esta última donde alcanzó el máximo esplendor, creándose subgéneros, como el ballet de cour, la comédeie-ballety, el baile de máscaras, la antimascarada, etc. Habría que recordar, aquí y ahora, los nombres de: Domenico da Piacenza (1390-1470), el primer gran maestro y coreógrafo del que se conservamos su De arte Saltendi et Choreas Ducendi; Guglielmo Ebreo (1420-1481), gran maestro de baile y coreógrafo, que presentó su libro Práctica o arte de la Danza en 1463; Antonio Cornazzano da Piacenza (1430-1484), quien sistematizó los pasos y estableció las reglas de situación en su tratado El arte de danzar; Cesare Negri (1535-1605), que preconizó e introdujo el uso de la barra, y en su La Gratia d'Amore, aumentando considerablemente el nivel técnico; y Fabritio Caroso, posiblemente el mejor bailarín de su época, quien publicó en 1581 su obra Il Ballarino. Según Valverde, en el Renacimiento el baile, el canto, la lírica y la música iban de la mano, formando un conjunto inseparable (en Riquer y Valverde, 1984). El teatro se basó, fundamentalmente, en la recuperación de la escena grecolatina.

Unánimemente es reconocido por todos los especialistas que ésta fue la época dorada del teatro español con tres tipos de obras que fueron muy populares: los autos sacramentales; las comedias; y las zarzuelas musicales. Las compañías eran todavía ambulantes, y muchachos u hombres representaban los papeles femeninos, ya que la iglesia prohibía la presencia de mujeres, pues creían que eran prostitutas. En 1587 se promulgó una ley que permitía que actuasen las mujeres a la vez que prohibía que los muchachos y los hombres representaran sus papeles.

Y fue al final de este período, durante el siglo XVI, cuando se produjo la moderna profesionalización de la actuación teatral con compañías estables en Europa; en Italia, con las primeras compañías profesionales de la Commedia dell'Arte; en Inglaterra, con las compañías protegidas por la nobleza en tiempos de la reina Isabel (como la Lord Chamberlain's Men, la compañía de Shakespeare, que luego pasó a llamarse King's Men); y en Francia, con la Commédie Française.

2. EXPRESION CORPORAL

El concepto de expresión corporal se utiliza para hacer referencia a aquellas personas que usan su cuerpo, los movimientos y formas que pueden lograr con él para expresar diferentes tipos de ideas. Generalmente, la noción de expresión corporal se aplica a artistas como bailarines, coreógrafos, mimos, etc., que trabajan con su cuerpo más que con la palabra. El arte de la expresión corporal requiere siempre gran dominio y conocimiento del cuerpo propio así como también mayor expresividad ya que se debe poder transmitir con movimientos lo que otros dicen con palabras.

La expresión corporal es una actividad que normalmente desempeñan personajes como artistas, bailarines, mimos, etc. Esta actividad consiste en utilizar el cuerpo para representar ideas, sentimientos, sensaciones. Así, un bailarín expresa amor, miedo o alegría en una obra mucho mejor con su cuerpo que con palabras o recitando un texto. Normalmente, es de suma importancia para aquellos que trabajan con su

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