El Sentido De La Utilidad De La Observación Durante Los Periodos De Práctica

“Observar es un proceso que requiere atención voluntaria, selectiva, inteligente. Observar cosiste en el examen atento que se realiza sobre algo o algunos sujetos, lo que guía a la observación es simplemente la intención del observador. Esta intención vendría siendo el propósito del sujeto que observa.”

El nivel preescolar, la observación ocupa un lugar primordial en las habilidades de la educadora, pues es una herramienta base que ella emplea para el posterior desarrollo de sus actividades, con el fin de lograr su propósito en cuanto a la adquisición de las competencias y aprendizajes por parte de los niños.

Como practicante, la observación fue un elemento necesario que se desarrollo en los primeros días de las jornadas de observación y práctica, con el fin de comprender la educación, la enseñanza y el aprendizaje en el aula escolar, así mismo para analizar al grupo y conocer las necesidades y características de los pequeños, para posteriormente diseñar las actividades que se aplicaron y analizar las estrategias que se emplearían para lograr el objetivo.

La tarea de observar, es como se menciono al principio, un proceso que requiere la atención de quien la realiza, analizando detenidamente el objetivo que se persigue, para obtener así una finalidad productiva. Observar no solo es mirar, y en el nivel preescolar, mirar no basta para cubrir las necesidades para fungir como buena educadora.

Así como observamos antes de planear, también observamos durante la misma practica, pues este facilita ver los lugares de cambio que la misma práctica necesita, permite abrirnos paso a innovaciones educativas y pedagógicas, promueve la reflexión sobre los vínculos maestro-alumno, permite un replanteo de las actitudes y del rol docente, facilita la inclusión de nuevas estrategias y modalidades de enseñanza, para mejorar la práctica docente.

La observación que realice en las jornadas, no solo las lleve a cabo con el fin de planear, pues también aprendí a captar las necesidades de los pequeños y la manera en como ellos se desenvuelven en el salón de clases y con sus pares, ayudándome a determinar el nivel de individualidad del pequeño en el grupo, para hacerlos únicos y mejorar el rendimiento de ellos en las actividades. Atender la diversidad implica emplear la observación para lograr la inclusión de todos los niños y así propiciar la adquisición de competencias que serán la base de posteriores niveles educativos.

La observación la podemos efectuar de maneras distintas, de manera directa, indirecta, sistemática, no sistemática, espontanea, intencional, entre otras. Cada una de estas de acuerdo a las necesidades que tenga la educadora en cuanto a la intención que persigue. Como sabemos, son muchos los aspectos de los cuales debemos estar pendientes, por lo que debemos procurar que ocurra de la manera más natural, para no intimidar a los pequeños.

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