El Viaje en Bus

En el 2010 hicimos el sorteo en el Instituto para la designación de escuelas a la práctica del año de servicio rural obligatorio, me designaron junto con otro compañero al cantón Catacocha, a cierto lugar que se llamaba “Yaraco” ¡nunca habíamos oído hablar de aquel sitio!, pero nos aventuramos a conocer por primera vez, decidimos irnos a las 05h:00 am, con el turno del bus que iba a Macará, para luego ir preguntando a quien se nos aparezca, nos indique el camino y llegar a Yaraco. El viaje en bus casi no se lo sintió puesto que el trayecto hasta Marcará lo hicimos durmiendo, una vez en dicho lugar, llegamos al centro y preguntamos (ingenuamente si conocian Yaraco, obvio que nadie lo sabía, pues todavía estábamos a muchos, pero mucho kilómetros de distancia) del lugar, nadie dijo saber, bueno nuestras esperanzas todavía seguían latentes de llegar temprano al lugar, eran las ocho de la mañana, y alguno de los vehículos que contrabandean diesel con el Perú, nos dijo que si queríamos llegar al lugar debíamos primero estar en “El Empalme” que alguna vez había oído hablar del barrio, que estaba cerca de Celica, ¡bueno! Llegamos a “El Empalme” ahí conocimos a una señora muy amable que sí, conocía el sitio, nos dijo que es lo que debíamos hacer. Para llegar ahí ya había sido un viaje largo muy largo, en el trayecto me dio náuseas y termine vomitando (no sé porque, creo por el viaje). Todo esto con el afán de ir a presentarnos como alumnos maestros, alumnos que debíamos prestar nuestros conocimientos a la niñez, juventud y personas de la localidad. La escuela no tenía profesor titular, estábamos en la obligación de reabrir nuevamente esa escuela. Los preparación como maestro exige que debemos, viajar a cualquier lugar y completar nuestra formación como profesores normalistas. El viaje a Yaraco, no fue barato como creía, bueno aunque no era algo tan caro tampoco, pero yo considere que no podía costar más de diez dólares, y no fue así. Seguimos al pié de la letra las instrucciones de esa buena mujer, llegamos a otro sitio llamado “Quillangas” nos mencionó que debíamos preguntar ahí, y que de seguro nos mostrarían el camino correcto. Así fue, nos dijeron que debíamos esperar el transporte, pero lo mejor que debíamos hacer era empezar a caminar porque hay días en que no suelen bajar carros, y ese fue un día de esos, caminamos dos horas exactas para llegar ahí, conocimos el lugar, su gente que por cierto nos recibió con cordialidad y mucha respeto. Bueno para regresar a casa, esa era nuestra preocupación pero esta vez alguien del sitio había pagado a un carro para que le deje desde Celica a Yaraco y de esa manera aprovechamos el carro, hasta Quillangas y ahora debíamos viajar a El Empalme, el resto del camino desde Quillangas era fácil ya que se encontraba en la vía principal. Salí la madrugada y regrese a Cariamanga a las nueve de la noche, muy cansado y con la intriga de que

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