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El origen del conocimiento. El racionalismo


Enviado por   •  14 de Octubre de 2015  •  Resumen  •  4.296 Palabras (18 Páginas)  •  744 Visitas

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El origen del conocimiento

La cuestión del origen del conocimiento tiene tanto un sentido psicológico como un sentido lógico. El primero responde a la pregunta ¿cómo tiene lugar psicológicamente el conocimiento en el sujeto pensante? En el segundo caso, ¿en qué se funda la validez del conocimiento? ¿Cuáles son sus bases lógicas? Cuando se funda en el pensamiento, a la razón, como única base del conocimiento, está convencido de la especificidad y autonomía psicológica de los procesos del conocimiento. Por el contrario, cuando el conocimiento se funda en la experiencia, se niega la autonomía del pensamiento.

El racionalismo

El racionalismo considera que el conocimiento solo merece, este nombre cuando es lógicamente necesario y universalmente valido. En su opinión, solo se encontrara ante un conocimiento verdadero, cuando nuestra razón que una cosa tiene que ser así y que no puede ser de otro modo; que tiene que ser así, siempre y en todas partes.

Por lo tanto, los juicios fundados en el pensamiento, los juicios procedentes de la razón poseen necesidad lógica y validez universal. Todo verdadero conocimiento se funda, según esto, en el pensamiento. Éste es, por ende, la verdadera fuente y base del conocimiento.

El conocimiento matemático ha servido como modelo a la interpretación racionalista del conocimiento. Éste es un conocimiento predominantemente conceptual y deductivo. El pensamiento impera con absoluta independencia de la experiencia, siguiendo sólo sus propias leyes. Todos los juicios que formula se distinguen, por las notas de la necesidad lógica y la validez universal. Cuando se interpreta y concibe todo el conocimiento humano con arreglo a esta forma del conocimiento, se llega al racionalismo.

La forma más antigua del racionalismo se encuentra en Platón. Éste se halla convencido de que todo verdadero saber se distingue por las notas de la necesidad lógica y la validez universal; el mundo de la experiencia se encuentre en continuo cambio, por consiguiente, no puede procurarnos un verdadero saber. Platón está profundamente penetrado de la idea de que los sentidos no pueden conducirnos nunca a un verdadero saber.

Tiene que haber además del mundo sensible otro suprasensible, del cual saque nuestra conciencia cognoscente sus contenidos. Platón llama a este mundo suprasensible, el mundo de las ideas; este mundo no es meramente un orden lógico, sino a la vez un orden metafísico, un reino de esencias ideales metafísicas. Este reino se halla en relación con la realidad empírica. Pero el mundo de las ideas se halla, en relación con la conciencia cognoscente. No sólo las cosas, también los conceptos por medio de los cuales conocemos las cosas, proceden del mundo de las ideas.

En su teoría de la anamnesis, Platón plantea que todo conocimiento es una reminiscencia. El alma ha contemplado las ideas en una existencia preterrena y se acuerda de ellas con ocasión de la percepción sensible. Esta no tiene la significación de un fundamento del conocimiento espiritual, sino tan sólo la significación de un estímulo; la medula de este racionalismo es la teoría de la contemplación de las ideas.

Una forma distinta se encuentra en Plotino y San Agustín. El primero coloca el mundo de las ideas en el “Nus” cósmico, o sea el espíritu del universo. Las ideas ya no son reino de esencias existentes por sí, sino un autodespliegue del Nus. Nuestro espíritu es una emanación de este espíritu cósmico; entre ambos existe una íntima conexión metafísica. El conocimiento tiene lugar simplemente recibiendo el espíritu humano las ideas del Nus, origen metafísico de aquel. Esta idea es retomada y modificada por San Agustín, en donde el Dios del cristianismo ocupa el lugar del Nus. Las ideas se convierten en las ideas creatices de Dios. El conocimiento tiene lugar siendo el espíritu humano iluminado por Dios; las verdades los conceptos supremos son irradiados por Dios a nuestro espíritu. Se puede caracterizar este racionalismo como, teológico.

El racionalismo alcanzo mayor importancia en la Edad Moderna. La encontramos en el fundador de la filosofía moderna, Descartes y su continuador, Leibniz. En la teoría de las ideas innatas, se plantea que nos son innatos cierto número de conceptos, justamente los más importantes, los conceptos fundamentales del conocimiento. Estos conceptos no proceden de la experiencia, sino que representan un patrimonio originario de la razón. Leibniz considera que sólo existen en nosotros en germen, potencialmente. Según él, hay ideas innatas en cuanto que es innato en nuestro espíritu la facultad de formar ciertos conceptos independientemente de la experiencia.  Se puede designar esta forma de racionalismo con el nombre de racionalismo inmanente.

Una última forma de racionalismo aparece en el siglo XIX. Éste distingue rigurosamente la cuestión del origen psicológico y la del valor lógico, y se limita estrictamente a investigar el fundamento de este último. Lo encuentra con ayuda de la “conciencia general”. Es algo puramente lógico, una abstracción, y no significa otra cosa que el conjunto de los supuestos o principios supremos del conocimiento. El pensamiento sigue siendo la única fuente de conocimiento. El contenido total del conocimiento humano se deduce de esos principios supremos por modo rigurosamente lógico.

El mérito del racionalismo consiste en haber visto y subrayado la significación del factor racional en el conocimiento, pero exclusivista al hacer del pensamiento la fuente única o propia del conocimiento. Otro defecto del racionalismo recae en el espíritu del dogmatismo; cree poder penetrar en la esfera metafísica por el camino del pensamiento puramente conceptual. Deriva de principios formales proposiciones materiales; deduce, de meros conceptos, conocimientos.

El empirismo

El empirismo se opone a la tesis del racionalismo, plantea que la única fuente del conocimiento humano es la experiencia, parte de los hechos concretos. En opinión del empirismo, no hay ningún patrimonio  a priori de la razón. La conciencia cognoscente no saca sus contenidos de la razón, sino exclusivamente de la experiencia. El espíritu humano está por naturaleza, vacío; es una tabula rasa, una hoja por escribir y en la que escribe la experiencia.

Para justificar su posición acude a la evolución del pensamiento y conocimientos humanos. Esta evolución prueba, según el empirismo, la alta importancia de la experiencia en la producción del conocimiento.

Mientras los racionalistas proceden de la matica, los exponentes del empirismo proceden casi siempre de las ciencias naturales. En ellas se trata de sobre todo de comprobar los hechos, mediante la observación. El filósofo de las ciencias naturales propenderá a considerar la experiencia como la fuente y base del conocimiento.

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