El transito a la modernodad
Enviado por ernestop • 25 de Septiembre de 2015 • Monografía • 4.271 Palabras (18 Páginas) • 175 Visitas
EL TRÁNSITO A LA MODERNIDAD
EL RENACIMIENTO CAUSAS.-
El Derecho natural desarrollado por la teología y la filosofía medioevales, formulado por San Agustín y Santo Tomás de Aquino, se vio desafiado por vez primera, y seriamente, por los humanistas con formación histórica a partir del siglo XV. La formación de las teorías contractualistas es un fenómeno del renacimiento, de la época moderna. En efecto, Renacimiento representa esencialmente la liberación’ del espíritu crítico, reprimido y sofocado durante, mucho tiempo por los excesos dogmáticos de la Edad Media. En la Edad Media el hombre estaba subordinado a las leyes extrínsecas de las cuales no era actor, sino sólo Sujeto pasivo. En la labor científica no se admitía la libertad de indagación, sino que era preciso atenerse rigurosamente a los textos, a las autoridades establecidas. Dominaba una actitud heterónoma del espíritu, en contraste con la actitud autónoma del Renacimiento. Varias fueron las causas que determinaron este gran cambio, que Constituye en cierto sentido y para determinados aspectos, un retomo a la concepción clásica de la vida. Entre las causas provisionales, recordemos que ya en el siglo XIV, y más aún en el siguiente, cuando tomada Constantinopla por los turcos, cayó el Imperio de Oriente, inmigraron a Occidente y especialmente a Italia, gran número de doctos griegos, los cuales, habiendo conservado en parte los tesoros del saber antiguo, contribuyeron a reavivar el espíritu de la civilización clásica, y a hacer surgir, por consiguiente, un nuevo humanismo en antítesis con el espíritu ascético dominante en la Edad Media. Otro hecho extrínseco, pero también de gran importancia, fue la invención de la imprenta, que permitió la rápida difusión y propagación de las ideas. Pueden, además recordarse los grandes descubrimientos geográficos, realizados en aquella época; especialmente el descubrimiento de América, que trazó nuevas vías a las tareas humanas y promovió grandes transformaciones en toda la economía. Una causa más profunda de renovación espiritual fue la nueva concepción científica del universo, esto es, el prevalecimiento del sistema copérnico, el cual contradecía al ptolomaico, según el cual la tierra era el centro de universo. Este progreso científico tuvo graves consecuencias, porque indujo a abandonar algunas opiniones antropomórficas que habían imperado en la Edad Media. Una vez demostrado que la tierra no es, como se creía, el centro fijo del mundo, sino una mínima partícula en el universo, se abrió el camino a concepciones nuevas de la naturaleza. En cambio no se alteraron, ni podían alterarse, las verdades fundamentales del orden ético que ya estaban suficientemente aclaradas y que, rectamente entendidas, son independientes de las doctrinas físicas.
Otra manifestación del Renacimiento fue la Reforma religiosa, que se desarrolló especialmente en los países anglosajones. También aquí se rebela el espíritu crítico: la conciencia trata de ser independiente, aun en el campo de la fe. Es de notar que los A reformadores fueron, en general, hombres religiosos, los cuales quisieron sustraerse a la autoridad de 1a Iglesia, porque se creyeron capaces de adorar la Divinidad sin intermediarios. Así pues, en esta materia la conciencia individual trata de afirmar su autonomía contra las prescripciones dogmáticas tradicionales, aun dando lugar, por su parte, a un nuevo dogmatismo no menos riguroso.
Un hecho de singular importancia que ha de ser ponderado, sí se quiere comprender el grandioso fenómeno del Renacimiento, es la mutación de las condiciones políticas, que se va realizando en este periodo. A este cambio corresponde la elaboración de nuevas teorías. Durante la Edad Media había existido una multitud de pequeños Estados, de pequeñas organizaciones políticas que, más o menos directamente, a través de una escala jerárquica de poderes y de privilegios, características del feudalismo hacían frente a dos autoridades supremas: Papado e Imperio. Poco a poco fue cambiando este Estado de cosas. Papado e Imperio fueron perdiendo su efectiva preponderancia política mundial. En lugar de las pequeñas potencias, constreñida a apoyarse siempre en una de las mayores (o sea, a tomar partido güelfo o gibelino), surgieron organizaciones más vastas y sólidas: se formaron grandes Estados, grandes monarquías, con territorios determinados, pero independientes de la hegemonía del Papado y del Imperio, y verdaderamente soberanos.
También en el campo teórico, el problema jurídico y político se planteó, por tanto, sobre bases nuevas; es decir, se investigó, en primer lugar, cuál debe ser la relación entre el individuo y la sociedad política, entre gobernantes y gobernados en el Estado: no ya, como en la Edad Media, entre la Iglesia y el Imperio (por tanto, perdieron mucho de su importancia algunas teorías escoláticas, tales como la de las dos espadas). De una parte, se tendió a afirmar rígidamente la soberanía del Estado, aun a costa de las libertades populares (escritores absolutistas), mientras que, de otra, se aspiró a reivindicar los derechos del pueblo. Aun poniendo entonces en peligro la estabilidad y la seguridad del Estado, tal el caso de las escritores democráticos y liberales. El Derecho no se estudia ya sobre el fundamento de la Teología, sino sobre la base de la mera naturaleza humana. Hugo Grocio es considerado cómo el iniciador de esta nueva orientación, siguiéndole por las materias políticas que trataron y por el método que siguieron Maquiavelo y Bodin.
JUAN BODINO (BODIN).- (1.530-1.596).-
Nace en la ciudad de Angers de una familia de clase media, de extracción burguesa. Estudia en París Derecho, graduándose de abogado, desempeñando pronto las funciones de fiscal. Representa al “estado llano” en los Estado Provinciales y después en los Estado Generales. Durante la guerra religiosa entre hugonotes católicos, se presenta formando parte en el campo de las católicos como en el de los protestantes. Entre sus obras se destaca “Los seis libros de la República”. Este libro, basado en las guerras civiles religiosas, estaba destinado a robustecer la posición de la monarquía absoluta. Lo que es necesario resaltar en su obra, es que logró despojarse del sectarismo religioso que era peculiar en la época, tratando de construir un sistema filosófico de ideas políticas
laicas.
a.- LA SOBERANÍA.-
En la Edad Media no pudo llegarse a definir bien la soberanía; porque se asociaron a la misma, elementos extraños, especialmente teocráticos (se consideraba al soberano como representante de la Divinidad; y por otra parte la soberanía política se confundía, en el feudalismo, con el derecho privado de propiedad). Bodin afirma en cambio que en todo Estado debe haber un poder supremo, uno e indivisible; no hay Estado sin podér soberano. Los caracteres esenciales de la soberanía, según Bodin, consisten en que sea absoluta y perpetua. La soberanía comprende en primer lugar el derecho de hacer las leyes.
Pero aquel que hace las leyes, según Bodin, no puede estar sometido a ellas, sino que permanece como superior a las mismas; el soberano por consiguiente, está sólo sometido a las leyes divinas
y naturales, cuyo imperio reafirma Bodin. Pero en el orden jurídico positivo, la soberanía es necesariamente absoluta; frente al soberano el pueblo tiene solamente deberes y no derechos. Por ende, no existe derecho a la rebelión contra el tirano y mucho menos derecho alguno del ciudadano frente al Estado. (Del Vecchio, 1974,45)
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