El término ‘paisaje’ ha sufrido una serie de cambios, en respuesta al tiempo y la historia
Enviado por Pole Popayan • 24 de Febrero de 2016 • Ensayo • 2.208 Palabras (9 Páginas) • 117 Visitas
El término ‘paisaje’ ha sufrido una serie de cambios, en respuesta al tiempo y la historia, y como consecuencia se han creado nuevos pensamientos, inquietudes, percepciones y tecnologías para su estudio. Se ha asociado el paisaje con el conocimiento y tarea de otras disciplinas, primordialmente la geografía. El concepto surge en la Edad Media, en Europa Occidental, cargado de una idea estética.
La arquitectura concebía en la antigüedad el paisaje como un elemento decorativo, que debía ser bello, para ser admirado y disfrutado pero que se mantenía de manera inconsciente ajeno a la interacción con los seres que lo habitan.
Hasta hace algunas décadas muchas ciudades eran planificadas con paisajismo pictórico, desconociendo la realidad de las sociedades que la habitaban.
Los críticos del entorno urbano, como Le Corbusier, los CIAM y muchos de los racionalistas utópicos, trataron de diseñar un nuevo paisaje urbano basado en un mejor uso del espacio, una máxima higiene y un optimo asoleamiento, donde se recuperara el suelo para el habitante, donde los carros y el peatón circularan por diferentes niveles, y el exterior se integrara con el interior. Planificaron ciudades con altas y magnificas construcciones de acero, hormigón y vidrio, pero estas nuevas imágenes urbanas proyectadas no permitían la identificación del habitante con su “país-paisaje” y pretendieron cambiar súbitamente las relaciones humanas en una organización geométrica, despersonalizada y fría.
En la actualidad la Arquitectura del Paisaje es la disciplina comprometida con la configuración consiente, del ambiente externo a la especie humana.
Involucra planificación, diseño y administración del paisaje para crear, mantener, proteger y enriquecer los lugares para que sean funcionales, bellos y sostenibles (en todo el sentido de la palabra), y apropiados ante las diversas necesidades ecológicas y humanas. La multifacética naturaleza del paisaje y de la interacción humana con él, significa que esta área del conocimiento es de una amplitud poco común, que acoge e integra conceptos y aproximaciones, no solo de las dos vertientes en las que tradicionalmente se divide el saber, entre las artes creativas y las ciencias naturales, sino que incorpora también muchos aspectos de las humanidades y la tecnología.
El paisaje no es la simple suma de elementos geográficos separados, sino que es —para una cierta superficie espacial— el resultado de las combinaciones dinámicas, a veces inestables, de elementos físicos, biológicos y antropológicos, que engarzados dialécticamente, hacen del paisaje un cuerpo único, indisociable, en perpetua evolución" (Bertrand, 1968).
El paisaje es el resultado de la comunión entre el hombre y el territorio. Es el espacio en el que vive, pero también es quien lo modifica, observa, siente y añora. Por lo tanto, no se trata de un objeto material exclusivamente, sino que en su definición se engloban las percepciones que de él mismo se tienen.
El concepto "paisaje" ha evolucionado mucho en el transcurso de la historia. En un principio estaba muy relacionado con expresiones artísticas, para unirse en el siglo XIX al interés despertado por las áreas naturales y su estudio integral.
Según González Bernáldez (1981) en nuestros días hay dos tipos de acepciones del término:
• La imagen (percibida, impresa, etc.) de un territorio
• El conjunto de elementos de un territorio relacionado entre sí, fácilmente delimitable y visible. Es, por lo tanto, una elaboración teórica sobre el contenido de la imagen
El paisaje presente es el resultado del paisaje del pasado, actúa como un documento de carácter material, pero también intangible, que la sociedad carga de significados a lo largo de la historia. El paisaje atesora la identidad de un pueblo, su lengua, sus tradiciones. Es una radiografía fisiológica de la geografía de una sociedad.
Según el Convenio Europeo del Paisaje se define el paisaje como cualquier parte del territorio tal y como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos. En adelante, Territorio, Paisaje y Patrimonio (TPP) configuran conceptos indisociables que permiten la valorización simultánea de todos los elementos (físicos, biológicos, culturales) que califican el paisaje.
La nueva concepción del paisaje integra el lenguaje científico con el emocional (aporta la necesaria articulación entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo físico y lo cultural, sirve como un concepto “diagonal” transdisciplinario, que permite la articulación de las dimensiones sociales y naturales), es un instrumento estratégico para definir tanto intervenciones como acciones concretas en el espacio.
Así, el paisaje es algo multidimensional, al englobar conceptos como el de Patrimonio, Territorio o Ciudad. El patrimonio es la huella tangible e intangible en la naturaleza. A su vez, el paisaje es la articulación de ese patrimonio en su escala territorial y la ciudad es el hábitat del ser humano cada vez más urbano.
La evidencia del deterioro y la degradación que está sufriendo el medio ambiente ha ido generando un fuerte sentimiento colectivo, de forma que la cuestión ambiental ha devenido en un tema prioritario en la mayoría de las sociedades. Sin embargo, los comportamientos económicos han experimentado todavía pocos avances en esa dirección, lo que resulta paradójico si se tiene en consideración que es la actividad económica la que provoca el deterioro. Es necesario, pues, impulsar el cambio de actitud de los principales agentes responsables del sistema económico, las empresas.
Las Naciones Unidas, la Unión Europea y numerosas instancias multilaterales han interiorizado y promovido este nuevo planteamiento de desarrollo. Se trata de superar la mera coacción legal, que asume implícitamente la preocupación por el medio ambiente como un mal necesario, y poner de manifiesto que las inversiones ambientales contribuyen al desarrollo económico y social, permitiendo la creación de nuevos puestos de trabajo, la aparición de nuevas industrias y tecnologías y, en definitiva, propiciando novedosos modelos de crecimiento.
En los últimos años la concepción clásica del paisaje como objeto ajeno a la actividad humana, de valor únicamente estético, ha trascendido. El paisaje es tan complejo como la sociedad que lo crea, su interpretación no puede ser simple, en él se confunde lo estético con lo práctico, lo económico se enlaza con lo ideológico y lo popular se segrega de lo clásico (Seguinot, 2005).
Una de las estrategias que están desarrollando la mayor parte de las ciudades es el uso de la tematización o de la multitematización de su espacio para la presentación de productos de turismo cultural orientados tanto al turismo de proximidad como al turismo internacional. (Juan Tresserras 2001).
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