Eliseo Veron Discursos Sociales
Enviado por Fitomza • 6 de Marzo de 2015 • 6.988 Palabras (28 Páginas) • 371 Visitas
ELISEO VERON
PRENSA ESCRITA Y TEORIA DE LOS DISCURSOS SOCIALES:
PRODUCCION, RECEPCION, REGULACION
Dentro del contexto de nuestras sociedades posindustriales mediatizadas, la prensa escrita representa un dominio realmente excepcional para el analista de discursos, en búsqueda de un campo propicio para la prueba de sus hipótesis teóricas y para poner a prueba sus instrumentos de descripción: la prensa es, por un lado, una suerte de laboratorio para el estudio de las transformaciones socioculturales de los grupos sociales y para el estudio de las relaciones entre estas transformaciones y la evolución y el entrelazamiento de los géneros discursivos; admite una red de producción de discursos cuya complejidad aspira a poner en acción un cuadro conceptual de múltiples niveles, capaz de enfrentar tal complejidad.
El objetivo de este trabajo es hacer un recorrido general por este cuadro conceptual, recordando, al mismo tiempo, ciertos problemas que se presentan cuando se aborda el terreno de la prensa escrita desde el punto de vista de una teoría de la discursiva social.
ALGUNOS COMENTARIOS A GUISA DE INTRODUCCIÓN.
Una teoría de los discursos sociales, antes que nada, no considera la prensa escrita como lugar (entre otros) de manifestación de las reglas de la lengua, sino como uno de los terrenos donde se diseñan, bajo una forma dominante específica –la de la materialidad de la escritura - los objetos que le son propios; los discursos. A propósito de la prensa escrita, dicho de otro modo, se la debe recorrer dentro de la teorización de los objetos discursivos.
En segundo término, no creo que se llegue a una teoría de lo discursivo por prolongación-modificación de una gestión lingüística (cualquiera que sea). La prensa escrita es precisamente un buen dominio para ejercitar la única estrategia posible a mi criterio, consistente en confrontarse con lo complejo como tal, a su propio nivel, sin caer en la ilusión según la cual a partir de lo simple, por composición y con paciencia, se llegará a lo complejo.
En tercer lugar, si se parte de objetos complejos, los macro-funcionamientos discursivos sobredeterminan los micro-funcionamientos del lenguaje. Es por eso que algunos macro-conceptos son aquí fundamentales. Es a nivel de los macro-funcionamientos que se puede emprender la toma de las condiciones productivas sobre los discursos, y por lo tanto, la enraización de estos últimos dentro de la sociedad y de la evolución histórica.
Los lugares de manifestación de estos macro-funcionamientos discursivos son, en nuestras sociedades industriales, los medios de comunicación. El término “medio” señala, para mí, no solamente un dispositivo tecnológico particular (por ejemplo, la producción de imágenes y de sonidos en un soporte magnético, sino la conjunción de un soporte y de un sistema de prácticas de utilización (producción/reconocimiento). El video doméstico, que conduce al registro de escenas de la vida familiar, y la televisión de audiencia masiva no se diferencian debido a la naturaleza del dispositivo tecnológico; pero no se trata realmente, en un caso u otro, del mismo medio. Los diferentes procedimientos que concluyen a lo escrito impreso, no son sino dispositivos técnicos. La prensa escrita de lectura masiva es un medio; el equipo computador personal-impresor que ha hecho entrar a lo escrito impreso en el universo de los usos individualizados está probablemente creando otro medio, absolutamente nuevo. El “medio de comunicación” es por lo tanto para mí un concepto sociológico y no tecnológico.
EL ANÁLISIS EN PRODUCCIÓN: TIPOS, GÉNEROS, ESTRATEGIAS.
Llamo ‘sistema productivo’ a la articulación entre la producción y el reconocimiento de los discursos producidos. En el plano de los macro-funcionamientos, y para un análisis en producción, distinguiremos tres nociones: ‘tipo’, ‘género’ y ‘estrategia’. Se trata de una gestión típicamente empírica, la falta de criterios teóricos elaborados en la actualidad convierten en imprecisas las fronteras entre estos macro-conceptos. Por ausencia de una tipología del discurso teóricamente constituida, nos vemos obligados a partir de ciertos niveles –y en el interior de cada nivel, de ciertos cortes- que aparecen en el seno mismo del sistema productivo de los discursos mediáticos. En las consideraciones que siguen, no tengo en cuenta sino el caso de las sociedades industriales y posindustriales de régimen democrático.
TIPOS
Para la noción que trata el ‘tipo’ de discurso, me parece esencial asociarlo, por un lado, a las estructuras institucionales complejas que constituyen los “soportes” organizacionales, y por otro lado, a las relaciones sociales cristalizadas de ofertas/expectativas que son los correlatos de estas estructuras institucionales. Por supuesto, estas estructuras institucionales y estas configuraciones de ofertas/expectativas no pueden ser tratadas simplemente como datos sociológicos “objetivos”; unos y otros son inseparables de los sistemas de representaciones que, en producción, estructuran lo imaginario donde se construyen los rostros de los emisores y de los receptores de los discursos.
Se considera incorrecto, por ejemplo, que se pueda definir el discurso político como tipo, sin conceptualizar su anclaje en el sistema de los partidos y en el aparato del Estado, por un lado, y sin teorizar, por el otro, las modalidades a través de las cuales este tipo de discurso construye los rostros de sus receptores. Es en la definición de tipo que intervienen las hipótesis, teniendo la pretensión de aprehender la especificidad del tipo, es decir, su diferencia frente a otros tipos. En el caso del discurso político, una hipótesis de este género consiste en postular la construcción, a un cierto nivel, de un destinatario genérico ciudadano-nacional (asociado al colectivo “Nación”), comprometido en prácticas con respecto del sistema político (y por lo tanto teniendo expectativas con respecto a su funcionamiento), y a otro nivel, de tres subespecies de destinatarios: el pro-destinatario, contemplado a través de mecanismos de refuerzo de la creencia compartida, el para-destinatario, blanco de mecanismos del orden de la persuasión, y el anti-destinatario, blanco de los rostros de lo polémico.
Igualmente, tampoco se considera correcto el poder definir el discurso de la información (discurso que tiene por objeto la ‘actualidad’) como tipo, sin conceptualizar, por un lado, su articulación en la red tecnológica de los medios y en el sistema de normas que rigen la profesión de periodista, y por el otro sus modalidades de construcción de un solo destinatario
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