Ensayo IV Tema: El ejercicio de la profesión docente
Enviado por Requena75 • 29 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.316 Palabras (6 Páginas) • 109 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA[pic 1]
RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
MENCIÓN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
CENTRO LOCAL GUÁRICO
Unidad Curricular: Ética Profesional
Presentado por: Juan R. Requena S., C.I. V-12.811.422
Facilitador: Prof. Carlos Hernández
Fecha: 16 de Julio de 2019
Ensayo IV Tema: El ejercicio de la profesión docente.
Objetivo del Informe: Relacionar reflexivamente la ética del educador a la luz de las normas educativas que regulan el ejercicio de la profesión docente en la actualidad.
Actualmente en nuestra sociedad, se ha desarrollado y ha crecido enormemente la falta de valores, éticos y morales, donde el ha calado en todos los rincones culturales e institucionales, por lo que es necesario unir esfuerzos para contrarrestarlo, es aquí donde el ejercicio de la función docente juega un papel muy importante, visualizando la correlación de la práctica diaria de los deberes y derechos que tiene el profesional de la docencia en los diferentes roles que desempeña, regidos por códigos y normas que tienen por objeto fortalecer los valores individuales y sociales del educador, su capacidad de conducirse conforme a la proyección ejemplar demostrada por el dominio de una teoría de valores implícita en su gestión de supervisión, directiva y pedagógica.
La educación tiene por objeto la máxima consecución del desarrollo de las facultades intelectuales físicas y emocionales de las personas, que les permitan alcanzar una vida personal plena, desenvolviéndose en sociedad, el desempeño de esta tarea se torna importante cuando un pueblo desea una sociedad, armónica, justa y estable, donde esta sociedad debe garantizar la libertad de cátedra, el derecho de los alumnos a aprender y la igualdad. Esta profesión requiere el reconocimiento, la autoridad, dignidad, y respaldo necesario para realizarse.
En las instituciones educativas, el educador es modelo, es un factor clave en la formación y transmisión de valores, pero así como existen maestros que hacen de su profesión una vía para la fomentación de valores existen otros que desde su óptica distorsionada aportan pobreza en todos los niveles del aprendizaje, tanto de los valores como del conocimiento. El rol docente se ha visto desacreditado inclusive por los mismos docentes, por parte de las autoridades, con la masificación de la educación, marginalizando la profesionalización del docente. En este sentido si un educador presenta un autoestima elevado y se encuentra bien consigo mismo lo transmite a sus educandos, pero si por el contrario tiene un autoestima bajo, está mal humorado, proyecta desmotivación y pesimismo, paralizando el aprendizaje de sus alumnos.
El código de ética presentado por la Federación Nacional de Profesionales de la Docencia y el Colegio de Profesores de Venezuela (2004), se fundamenta en los valores de honestidad, solidaridad, justicia, responsabilidad en su quehacer profesional y ciudadano, lealtad, respeto permanente y otros comportamientos que caracterizan la condición humana, en este se plantea que el incumplimiento es causal de sanción de tipo ético moral, la cual genera un castigo superior a la sanción legal, impulsando el repudio de los ciudadanos, la sociedad civil y hasta del magisterio.
La Carta Magna (art.2), establece “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Por estos principios de actuación el educador rige modo de convivir ante la nación.
El ejercicio de la profesión docente tiene su esencia en un marco ético y se concreta con un conjunto de principios de actuación, todo esto en virtud de la complejidad de las relaciones que establece esta tarea, la responsabilidad que implica y la armonización de las normas establecidas con imperativos éticos, existe la necesidad de establecer detalladamente sus compromisos y deberes, abarcando los principios de actuación mediante un código deontológico, el cual hará que la sociedad le otorgue el reconocimiento y la autoridad necesaria para lograr la educación de calidad que esta quiere y demanda.
En este mismo orden de ideas y haciendo referencia al código deontológico de los profesionales de la educación, en el 3º de los principios que refiere a “La infancia y la adolescencia son etapas decisivas en la formación de la personalidad. Y para que este desarrollo alcance libremente su techo, es preciso que los docentes se guíen por el principio del respeto y la empatía, como condición para propiciar los sentimientos de seguridad y autonomía en los educandos”, en este particular la empatía en algunos educadores es muy reducida en vista que en ocasiones proyectan preferencias con algunos alumnos que se pudiera decir son más destacados, propiciando esta situación un desapego y mayor falta de interés por parte del resto de los alumnos.
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