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Ensayo: Los sueños no son lo que parecen.


Enviado por   •  2 de Julio de 2016  •  Apuntes  •  1.904 Palabras (8 Páginas)  •  242 Visitas

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Los sueños no son lo que parecen

Dafne nunca había creído en fantasmas, hasta que un día le pasó algo fuera de lo usual, era una fría tarde cuando caminaba por la calle algo concurrida de gente, en busca de algún lugar para vivir, hacía poco ella se había graduado de la universidad y como cualquier mujer adulta y recién graduada quería su propio espacio, vivir sola, en fin quería saber lo que sentía ser alguien responsable.

De repente un letrero llamo su atención, este provenía de un apartamento de un gran edificio, por fuera lucia como un lugar perfecto para vivir, Dafne no demoró ni un segundo en ir a preguntar sobre aquel hermoso lugar, en cuanto entró se encontró un lobby muy lindo y en el mostrador de la recepción a un señor de una edad un poco avanzada pero con buena actitud, rápidamente se acercó y pregunto por aquel departamento, el señor de nombre Daniel muy amablemente se dispuso a enseñarle aquel departamento, en cuanto entraron aquel lugar Dafne quedó fascinada con el aspecto que tenía aquel departamento, enseguida pensó que era un lugar perfecto para una chica soltera, de 26 años y recién graduada.

Al día siguiente ella solo tuvo que firmar unos cuantos papeles, ya que el día anterior el gerente se había encargado de hacer todos los trámites y el lugar fue todo de ella, lo único que le faltaba era mudarse y ella estaba más que lista para hacerlo; su vida entera había vivido en casa de sus padres, y era obvio, pues era hija única y por lo tanto era la niña consentida de papá y mamá, sus padre tenían miedo de dejarla vivir sola, pero confiaban en ella y en los valores que le había enseñado, además no tenían nada de qué preocuparse, Dafne siempre había sido una buena alumna y tenía excelentes calificaciones, en fin, una hija perfecta.

Una vez firmados todos los papeles Dafne se dirigió a casa de sus padres a empacar lo que quedaba de sus cosas, su madre una mujer muy linda llamada Denisse de unos 42 años, que aunque para su edad no los aparentaba, se veía muy bien y conservada, tenía una sonrisa encantadora, idéntica a la que tenía Dafne, ella le ayudo a guardar lo que quedaban de sus cosas y entre ratos de risas y nostalgia terminaron de guardar todo.

Para la cena Denisse hizo la comida favorita de Dafne, por supuesto, los hot cakes, y es que nadie los hacía como su madre, le ponía ese toque mágico que cuando ella los probaba sabían a gloria y más con ese licuado que le quedaba tan rico a su madre. Después de cenar se fueron a la cama, pero Dafne no podía dormir por la emoción de mudarse al día siguiente, pues estaba muy ansiosa por saber cómo decoraría aquel lugar, que pondría en cada espacio y sobre todo la soledad y tranquilidad que tendría allí; ella era una chica muy sociable, tenía muchos amigos que la querían y ella los quería a ellos, pero a pesar de eso, amaba la soledad, le gustaba estar sola y sentir el silencio.

Por la mañana Dafne preparó el desayuno para sus papás y para ella, ya que eso era lo que más le gustaba, era a lo que se dedicaba, y pues claro, había estudiado para eso, era Lic. En Gastronomía, y cocinar era lo que más amaba en la vida; una vez que todas sus cosas estuvieron dentro de la camioneta de su padre se pusieron en marcha hacia su nuevo departamento.

Cuando llegaron, sus papás quedaron muy sorprendidos por el lugar que ella había escogido para vivir, no creyeron que ella fuera capaz de encontrar un lugar así de bonito en tan poco tiempo, entre los tres y la amable ayuda del Daniel, subieron todas las cosas hasta el cuarto piso, en cuanto entraron vieron una enorme sala vacía, pero Dafne ya sabía que cosa pondría en cada lugar, sabía perfectamente que era lo que quería para su departamento, ya pasada la tarde, se encontraba sola en su nuevo departamento, con un motón de cajas esparcidas por todos lados, conforme fue avanzado el día fue poniendo cada cosa en el lugar que a ella le pareció mejor, y al cabo de unas horas todo el departamento parecía sacado de una revista, había quedado tal y como ella lo había soñado y aún mejor, era solo para ella.

Ya se acercaba la noche y Dafne estaba muy cansada después de tanto trabajo en su ahora muy lindo departamento, se aproximó a su cama con edredones color rosa y lunares blancos, recostó la cabeza en la almohada y calló en un profundo sueño, al principio era algo loco, ya que se encontraba en su mismo departamento, sólo que era un poco sombrío y tenebroso, se trataba de un mundo alterno, de pronto escuchó una voz que decía su nombre, pero era una voz que ella no conocía, aún así ella no tenía ni una pizca de miedo, abrió los ojos y se levantó de la cama, miró alrededor de su habitación todo parecía igual que cuando se había acostado a dormir, comenzó un recorrido por el largo pasillo del departamento, el lugar se veía idéntico, sólo que en una versión algo sombría, Dafne pensaba que todo ese sueño era algo normal, puesto que se acababa de mudar allí y no estaba acostumbrada, siguió caminando y de repente tocaron a la puerta, enseguida Dafne camino hacia ella y la abrió, allí se encontraba un joven, de cabello castaño claro, alto, de piel blanca y sobre todo muy apuesto, su nombre era David a lo que ella enseguida se presentó y el joven muy amable le respondió, ella de inmediato supuso que era algún vecino y venía a presentarse y a darle la bienvenida, y efectivamente; él la encontró muy simpática y la invito a comer, por supuesto aceptó, David se marchó y volvió a la hora que quedaron de salir, la llevó a un restaurante muy bueno que había en la zona, a Dafne parecía agradarle, los dos, de inmediato comenzaron a platicar y a las horas se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, después de almorzar fueron por un helado y platicaron en un parque cercano, y así pasaron todo ese día juntos y tan metidos en su mundo que ni cuenta se dieron de la hora que era, la noche había llegado y ella en agradecimiento lo invitó a cenar ese mismo día y en ese mismo momento a su departamento, después de todo a él no le quedaba nada lejos, Davis aceptó gustoso.

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