Ensayo ¿y El Tiempo?

Vamos a hablar de un pensamiento que nos preocupa a todos y que está presente en muchas de las conversaciones diarias, eso que consideramos medible desde nuestro punto de vista, pero que se escapa a todo intento de control y conocemos con el nombre de tiempo. Quizás en un principio, el día y la noche constituyeron la base para establecer un criterio de sucesión continuada, posiblemente las distintas variaciones climatológicas y las distintas fases evolutivas de la naturaleza animal y vegetal, colaboraron también en el seguimiento de las distintas etapas del acontecer, pero no cabe duda, que lo que decidió definitivamente la manera de medir el tiempo fue el reloj, muy primitivo y equivoco muchas veces en sus comienzos y muy perfecto en nuestros días.

A partir de este hallazgo el ser humano comenzó a respirar tranquilo, había descubierto la manera de medir tan caprichosa y escurridiza dimensión, que no respondía a ninguna de las medidas conocidas. Su aplicación en el quehacer cotidiano transformó la vida y contribuyó al conocimiento de las leyes que rigen el mundo y el universo. Ciertamente se había dado un salto de gigante en el proceso evolutivo, aunque todavía se ignoraban las numerosas interacciones que, con el paso de los siglos, los científicos descubrirían. Hoy podemos imaginarnos el tiempo, según la teoría preferida, como un círculo que se vuelve atrás sobre si mismo, con lo que el mundo se repetiría una y otra vez con toda exactitud, o como una línea recta que se 28perdiera en el infinito, con lo que nada tendría una segunda vez, también podría ser como un rio, que ocasionalmente desplazado por un obstáculo se conectase con un caudal anterior, en cuyo caso sería posible el retorno al pasado, etc.

Son tantas las alternativas que la mente es capaz de ofrecernos, que al final nos quedamos con las manos vacías y el tiempo sigue sin que podamos asir ni un minuto de su fugacidad. De una cosa estamos seguros, que el tiempo de nuestra vida es como una sucesión de fotogramas, proyectados a una velocidad que nos parece excesiva.

La ciencia moderna, que no pretende complicarnos la existencia pero a veces lo consigue, nos plantea unas conclusiones que confirman la dificultad del tema, dicen así: Si el tiempo y la sucesión de los hechos son lo mismo, entonces el tiempo apenas se mueve; pero si no son lo mismo, entonces somos nosotros los que apenas nos movemos. Creo que solamente quien aprende a vivir el momento, se afirma en que el pasado es la herencia del presente, de la misma manera que el presente la será del futuro, porque cada acto es una isla en el tiempo y debe ser juzgado por si mismo. Diría que vivimos en un mundo de impulsos, en el que cada palabra, cada mirada, cada beso, solo tiene un significado inmediato que repercute en el mañana.

También estamos convencidos de que el tiempo es algo a lo que nadie puede substraerse, pues lo domina todo

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