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Estrategias Motivacionales


Enviado por   •  12 de Marzo de 2013  •  1.669 Palabras (7 Páginas)  •  803 Visitas

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Estrategias motivacionales en el salón de clases

Antes de referirse al uso de estrategias motivacionales en el salón, se deben considerar las precondiciones esenciales que señalan Good y Brophy (1996, p. 322), para la motivación del estudiante, las cuales son: - un ambiente apoyador. Ya que es improbable que los estudiante ansiosos o enajenados se sientan motivados para aprender el contenido académico en un ambiente represivo que inhiba aun mas las posibilidades de que estos escolares puedan expresar sus dudas acerca de su desempeño en una tarea determinada.

Tampoco es probable que la motivación se desarrolle en un salón de clases caótico. Por tanto, expresan los autores en mención, se asume que el profesor 1) es una persona paciente y animadora que hace que los estudiantes se sientan cómodos durante las actividades académicas y apoya sus esfuerzos de aprendizaje y 2) usa la organización del salón de clases y sus habilidades de manejo para crear en este un ambiente de aprendizaje efectivo.

Existiendo una atmosfera de clase relajada y apoyadora los estudiantes se sentirán mas cómodos de emitir o tomar riesgos intelectuales (a manera de cualquier tipo de pregunta surja como una duda cognitiva), porque saben que el profesor no los avergonzara ni los criticara si cometen un error.

Una segunda precondición esencial para la motivación del estudiante, mencionada por los autores anteriores, es: el nivel apropiado de desafío/dificultad. Por lo que, las actividades deben ser de un nivel de dificultad apropiado para lo estudiante, de lo contrario esto conllevaría a crear niveles de ansiedad en estos al no poder responder adecuadamente la tarea académica por emprender. En especial, señalan los mismos autores, siendo la tarea tan desconocida o difícil que los educandos no pueden tener éxito en ellos aun si aplican un esfuerzo razonable, ninguna estrategia para motivar al estudiante a aprender tendrá posibilidades de funcionar.

Al respecto señalan Pressley y El-Dinary (1993) citado por Good y Brophy (1996, p. 323), las tareas son de dificultad apropiada cuando los estudiantes tienen claro que hacer y cómo hacerlo a fin de que puedan lograr niveles altos de éxito si se esfuerzan lo suficiente y poseen estrategias de aprendizaje adecuadas.

Como una última precondición a la que aluden los expertos citados, se encuentran los objetivos de aprendizaje significativo. Es importante que los docentes selecciones actividades con objetivos académicos valiosos; es decir, las tareas enseñan algún conocimiento o habilidad que vale la pena aprender. De lo contrario los docentes no pueden esperar que los estudiantes estén motivados para aprender si les asignan actividades insustanciales y carentes de sentido.

Retomando las precondiciones motivacionales anteriores, se puede destacar la importancia que reviste el conocimiento y manejo o método de enseñanza particular, como un factor cognitivo-afectivo presente en todo acto de aprendizaje y en todo procedimiento pedagógico, ya sea de manera explícita o implícita.

Dado que esta condiciona el interés y esfuerzo que manifiestan los estudiantes en sus actividades, y determinan el tipo de aprendizaje resultante, el rol del docente será de gran relevancia en el ámbito de la motivación; según como lo expresan Barriga y Hernández (1998, p. 35), el papel del docente en el ámbito de la motivación se centrara en inducir motivos en sus alumnos en lo que respecta a sus aprendizajes y comportamientos para aplicarlos de manera voluntaria a los trabajos de clase, dando significado a las tareas escolares. En el docente es de gran relevancia, lo importante que resulta su actuación y los alumnos y la manera en que organiza la clase creando así una atmosfera propensa a un aprendizaje significativo.

Por lo que la motivación en el aula reside primordialmente en la habilidad del profesor para poner en contacto a los estudiante que permitan vincular estructuras de contenido y clarificando las principales metas de enseñanza.

En cuanto al alumno expresan Barriga y Hernández, la motivación influye en las metas que establece, la perspectiva que asume, sus expectativas de logro y las atribuciones que hace de su propio éxito o fracaso.

La motivación en el alumno parte de dos directrices, una intrínseca (se centra en la tarea y satisfacción personal) y extrínseca (depende de lo que digan o hagan los demás con respecto a la actuación del alumno o lo que obtengan como consecuencia de su aprendizaje). A lo anterior se suma también motivos por los que estudian los estudiantes; citados a continuación por los expertos en mención, - conseguir aprender, - alcanzar el éxito, - evitar el fracaso, - ser valorado, -obtener recompensas. Tales motivos han de ser considerados como metas que establece a los alumnos relacionados con: - orientación de la tarea, de autovaloración, de valoración social, así como de búsqueda de recompensas externas.

A manera de conclusión, el docente debe saber tomar en consideración los aspectos mencionados en cuanto al anejo de la motivación escolar; sin dejar de obviar que los cambios motivacionales en sus alumnos se asocian a los mensajes que este les transmite a través de su actuación e información que les da sobre su desempeño.

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