Estrategias de lectura para elaborar una lluvia de ideas
Enviado por elchulas • 4 de Mayo de 2019 • Tarea • 1.993 Palabras (8 Páginas) • 189 Visitas
NIVELACIÓN DE REDACCIÓN X101[pic 1]
Ciclo 2018-2
Sesión 1A
Procesamiento de información: estrategias de lectura
Logro de la sesión | Al finalizar la sesión, el alumno utiliza las estrategias de lectura para elaborar una lluvia de ideas. |
Fuentes para el ejercicio de redacción
Actividad 1
Lea las fuentes propuestas y responda a las preguntas planteadas.
Generalidad
Existen diversos grupos de personas que son víctimas habituales de la discriminación en el entorno educativo. Sin embargo, es importante destacar que no son las características diversas de ellas las que generan la exclusión; sino los prejuicios de las demás personas, los cuales generan actitudes hostiles que se producen ante esta diversidad. En el ámbito educativo, las manifestaciones de discriminación se producen ante diferentes tipos de diferencias.
Diversos estilos y ritmos de aprendizaje
Las personas aprenden de muchas maneras y con distintos ritmos y, por lo tanto, requieren de diversos apoyos y condiciones del entorno. No obstante, los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales, así como aquellos que aprenden más lento o más rápido[1], suelen ser discriminados en el espacio escolar tanto por sus compañeros como por los docentes y demás miembros de la comunidad educativa. Incluso en ocasiones son marginados de las actividades sociales de sus compañeros. Cuando no se logran implementar estrategias adecuadas para los distintos ritmos y estilos de aprendizaje en la escuela, muchos niños y niñas van quedando rezagados o se aburren, por lo que son rotulados y estigmatizados como «tontos», «nerd», «desordenados», «hiperactivos» o «flojos»[2], y son considerados un problema al interior del aula. La discriminación arbitraria también se expresa cuando las y los docentes presentan bajas expectativas sobre las posibilidades de aprendizaje de los estudiantes, lo que impone barreras a su proceso formativo, que difícilmente podrán superar en la etapa adulta.
Apariencia física
La apariencia física es un motivo importante de preocupación para los y las adolescentes, por lo que suele ser también motivo de burlas y discriminación. Muchas de las formas de discriminación arbitraria y violencia escolar se manifiestan a través de sobrenombres peyorativos que aluden a alguna característica física que destaque; apelativos como «narigón», «guatón», «cabezón», «negro», «chancho», suelen ser considerados como bromas inofensivas por los estudiantes y aceptadas (a veces promovidas) por parte de los adultos, aun cuando se trata de expresiones que dañan significativamente el autoestima y dignidad.
Este tipo de discriminación también se refiere a la forma de vestir o expresarse de una persona, lo que en ocasiones está relacionado con la condición socioeconómica. Expresiones como «pituco», «calabacita», «achorado», «misio» encierran una variedad de significados que profundizan la discriminación. De este modo, «achorado» es asociado a características de pobreza, delincuencia y peligrosidad, en tanto que «calabacita» se relaciona con ser superficial y con baja capacidad intelectual.
Al igual que las demás manifestaciones de discriminación, esta también aplica sobre los adultos de la comunidad educativa, dado que, por ejemplo, existen ciertas expectativas sobre la manera en que debe vestirse un profesor: las manifestaciones de excentricidad en este aspecto suelen ser motivo de sospecha y duda sobre sus capacidades profesionales y/o personales.
Orientación sexual e identidad de género
Los y las adolescentes homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGTBI) son víctimas habituales de la discriminación, no solo en el espacio educativo, sino muchas veces también en sus familias. Las expresiones de «maricón», «cabro», «marimacho» y tantas otras mellan el desarrollo de jóvenes LGTBI. Un aspecto central es que este tipo de discriminación se ejerce en contra de personas que, de manera percibida o real, son consideradas homosexuales o que tienen una orientación sexual o identidad de género diversa. Es decir, no necesariamente son homosexuales, sino que basta que lo parezcan, ya sea por su comportamiento, gustos o apariencia personal.
Se trata de un grupo particularmente vulnerable, dado que estos estudiantes, por lo general, no cuentan en su entorno con personas adultas para protegerse. Lo mismo les sucede con compañeros/as de su edad, aunque, producto de los cambios culturales, encuentran cada vez más comprensión en sus pares etarios. Una de las razones de la discriminación es la falta de claridad respecto de los conceptos que involucran a la diversidad sexual, pese a que existen materiales y documentos que ayudan a revertir este punto. Género, sexo asignado, identidad de género, orientación sexual, expresión de género, entre otros, son términos desconocidos por la mayoría de la población. Por eso, este desconocimiento perjudica la vida de los y las jóvenes LGTBI.
Condición socioeconómica
Los estudiantes considerados pobres suelen ser discriminados en el espacio escolar, el barrio o población de la que provienen, por el tipo de ropa que usan, las dificultades para adquirir materiales escolares e, incluso, ser beneficiarios de algún tipo de subsidio estatal. Estos suelen ser motivos de segregación, traducido en las ya conocidas «bromas» y también en la marginación de ciertas actividades.
Este tipo de discriminación también se manifiesta en relación a las características familiares de los estudiantes, como el tipo de trabajo que desempeñan los padres y/o madres, o la apariencia personal o forma de vestir de estos. Ello puede reflejarse en expresiones de bajas expectativas por parte de los docentes («que más se puede esperar de este niño si tiene esa familia», por ejemplo), lo que altera severamente su proceso formativo. Del mismo modo, se suelen sostener estereotipos altamente estigmatizadores al asociar pobreza con delincuencia, falta de higiene o despreocupación, características que pueden manifestarse transversalmente en todas las clases sociales. No obstante, no solo se proyecta al interior de las escuelas, ya que la condición socioeconómica también suele ser un factor de discriminación según el establecimiento de donde provenga el estudiante, lo que produce un proceso de doble discriminación, dentro y fuera de este.
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