Estudiar O Trabajar

1. Introducción

2. Los jóvenes y el empleo

2.1- ¿Qué es el empleo?

3. Oportunidades de trabajo

4. Estudiar o Trabajar?

4.1- Beneficios de trabajar

4.2- Beneficios de estudiar

4.3- Trabajar y Estudiar.

5. Desarrollo de estudiantes trabajadores

6. Conclusión

El propósito de este ensayo es analizar los aspectos que involucran a un joven estudiante y su inclinación a querer conseguir un trabajo digno y de cómo éste lo ayudará a encaminarlo a una vida de éxito. Para esto, debemos definir empleo; que es la concreción de una serie de tareas a cambio de una retribución pecuniaria denominada salario. En las sociedad presente, los trabajadores comercian su capacidades en el denominado mercado laboral, que está regulado por las potestades del estado para evitar conflictos. La empresa sería el lugar donde las facultades de los distintos trabajadores interactúan con la finalidad de recibir una ganancia.

Lo que los jóvenes de hoy buscan, es lograr su satisfacción de manera que consiguen alcanzar las metas que se han propuesto, con sus propios méritos, así como también, lograr crear un cambio en la sociedad, en la manera de pensar o de hacer las cosas, lo que buscan realmente es innovar con sus creaciones o con sus ideas, llegar a la cima de sus aspiraciones.

Lo que en este ensayo se demostrará, son las ventajas y/o desventajas que un estudiante, como trabajador, tiene al enfrentarse al mundo laboral, los obstáculos que debe superar para llegar a un fin establecido, las diferentes oportunidades que puede conseguir teniendo una carrera o sin tenerla, se propone sugerir a los lectores a meditar sobre sus decisiones, que deberán tomar a lo largo de la vida laboral y académica; y de cómo podrá afectar, asimismo, su vida personal.

El trabajo en la gente joven, le sirve como preparación y les dará experiencia que los ayudará a escalar los escalones de la vida laboral, el trabajo y el estudio, juntos, harán que el joven logre sus metas con mayor facilidad.

Los jóvenes y el empleo; En la actualidad es complicado encontrar un trabajo ya que, te piden la experiencia y el conocimiento que sólo un señor de 50 años lograría si trabaja durante la mitad de su vida en ese puesto; el rechazo es común en jóvenes, quienes además de estudiar, buscan tener un buen empleo el cual le de remuneración por sus servicios.

La complejidad de la obtención de un trabajo digno, ha reducido, en algunos casos, que el joven decida aceptar cualquier tipo de empleo o trabajo con cualquier tipo de paga, lo cual le quita motivación para próximos empleos.

Las oportunidades de trabajo hacia estudiantes de universidad se ve reducido debido a la falta de experiencia y de conocimiento.

¿Qué es el empleo?; Empleo puede definirse como “la capacidad u oficio, que desempeña una persona en una unidad de trabajo, que le confiere la calidad de empleado también consiste en la prestación de la actividad física o intelectual que hace una persona a otra ya sea esta ultima una persona natural o jurídica en condiciones de subordinación y por una retribución económica”.

Para los jóvenes, el trabajo, no sólo es un valor instrumental sino, también, un valor expresivo. A través del trabajo, el joven va elaborando su proyecto de vida, vinculando sus metas individuales con metas sociales. El nexo o vínculo entre lo individual y lo social, entre los objetivos personales y las metas sociales sigue estando constituido, en las sociedades postindustriales, por el trabajo. Es este hecho el que confiere una importancia trascendental al trabajo en la formación de la identidad del joven. Lo importante del estudio psicosocial de la identidad es, por un lado, su dimensión procesual, su carácter construido y negociado en la interacción simbólica y, al mismo tiempo, su determinación socioestructural. De ahí que no quepa hablar de identidad personal e identidad social como facetas diferentes de la persona. Y en esa construcción de identificaciones en la que cristaliza una identidad, las transiciones sociolaborales cobran un protagonismo ineludible.

Oportunidades de empleo. Según las estadísticas de años anteriores, los jóvenes tienen un mayor nivel educativo al final del periodo y aún así, aumentó la tasa de desempleo y se deterioró la calidad de empleo. Entre los desocupados, disminuye el porcentaje de jóvenes con menos de 6 años de estudio, de 30% en 1990 a 21% en 1999 y, además, se reduce la brecha entre hombres y mujeres. Entre ellas, solo un 17% tiene menos de 6 años de estudio y un 41.8% tiene más de 10 años de escolaridad. Los jóvenes ocupados tienen menor nivel de escolaridad que los desocupados: un 26% tiene menos de 6 años de escolaridad y un 33% tiene más de 10 años de estudio.

El sistema educativo se debería concentrar en mejorar la empleabilidad

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