Eugenio Barba (1998)

… “el valor esencial del training consiste en esto: autodisciplina cotidiana,

personalización del trabajo, demostración de que se puede cambiar,

estímulo y efecto sobre los compañeros y sobre el ambiente.”

Eugenio Barba (1998)

Uno de los elementos indispensables en el trabajo escénico es sin duda el actor o actriz que desarrolle una tarea, una historia, un personaje con lo cual comunique y conecte con el público al que se dirige el mensaje de la acción escénica. Muchas características se pueden atribuir y así mismo se pueden establecer categorizaciones sobre el quehacer actoral. Bertolt Brecht necesitaba un actor actriz que fuera una persona de su tiempo, pensante y sagaz (Baty & Chavance, 1983); Luis de Tavira (1999) menciona en su libro de aforismos que un actor actriz deja de serlo en el momento que deja de estar vivo; Jerzy Grotowski (Baty & Chavance, 1983) por su parte puso énfasis en el cuerpo y su desarrollo físico para lograr su propio lenguaje corporal. Hemos llegado a esto después de tres siglos hegemónicos del texto y uno de los directores, para llegar a la ahora hegemonía de los actores.

A partir de finales del siglo antepasado los creadores teatrales habían comenzado a dar la importancia al actor actriz a través de sus capacidades y su desenvolvimiento, obviamente a través del cobijo creativo del director, queriendo lograr una conjunción que les permita lograr una mejor empatía con el público. Iniciando desde el punto emocional, donde la interiorización y el dominio de los sentimientos a través de la lógica y la coherencia de las acciones físicas quisieron lograr una diferenciación del teatro de texto que se venía representando en el siglo XIX, logrando un teatro más natural. Así transcurre la alborada del siglo XX, Stanislavsky, Meyerhold, Ibsen como los primeros reformadores del teatro moderno, tomando como herramienta principal al actor y rompiendo con los esquemas y técnicas victorianas aún utilizadas a principios de 1900. (Baty & Chavance, 1983)

Es aquí cuando comienza a formarse el interés por una formación más integral por la herramienta primordial del arte escénico, primero en un sentido intelectual y lógico que lo llevará al conocimiento y manejo de sus emociones, creando reacciones fidedignas para lograr una mayor empatía con el espectador. Con el transcurso de las décadas llegan Artaud, Grotowsky y posteriormente Brook y Barba para apuntalar las necesidades corporales e intelectuales que debe poseer el actor actriz, coadyuvando a su desempeño creativo a favor de la escena. (Minera & Giménez, 2001)

Se acuña el concepto de training o entrenamiento actoral para definir toda acción que determina el actor actriz en favor de su actoralidad. Entendiendo por ello todo aquello que utiliza el actor actriz para realizar su labor, ya sea antes, durante y después de una puesta en escena. Podemos decir que el actor actriz no descansa en ningún momento de ejercer su training, estableciendo que el hecho de actuar involucra en el individuo su cuerpo y mente (Müller, 2007).  El actor trabaja consigo mismo, de entender, conocer y ampliar sus posibilidades físicas e intelectuales para aplicarlas a la creación.

El concepto se bifurca, las acepciones una más cognoscitiva y la otra de manera más física influyen de manera directa a la concepción del actor actriz de sí mismo y de sus capacidades. Por un lado, como lo mencione anteriormente, el training se puede entender como la comprensión del actor, por parte de un maestro o tutor, de su cuerpo y su capacidad intelectual. Por otro lado, se entiende como el acondicionamiento físico, en cuanto a una serie de movimientos y ejercicios que fortalezcan el cuerpo.

Para efectos prácticos quisiera definir como training es todo actividad que realiza o deja de realizar el actor, donde se alimenta su experiencia. Desde relajarse, meditar, correr, leer, estudiar un texto, ensayar u observar a su alrededor influye en su persona de manera mental y física. Desde que nos autodefinimos como actor actriz, nos entregamos a este training diario de formación, entendiendo que el material esencial de trabajo y creación es uno mismo.

Eugenio Barba (1998) habla del training para descolonizar el cuerpo, estableciendo una serie de ejercicios, técnicas y conceptos de formación para poder alejarse de los modelos culturales aprendidos y poder encontrar su propia identidad, independencia, sus competencias físicas. Siendo una serie de ejercicios que se repiten con una concepción única, un objetivo preciso que coadyuve a la actoralidad en base a las necesidades que haya encontrado en su autoanálisis el actor actriz, los ejercicios dejan de ser una serie de movimientos físicos, se transforma en una guía de autoconocimiento físico y cognitivo, no es acondicionamiento físico es la idea, la justificación y el objetivo que se le da a cada uno de los ejercicios que uno escoge.

A partir de la definición de mis cualidades y mis debilidades se puede empezar a construir un entrenamiento actoral. Conjuntar una serie de ejercicios que ayuden y fortalezcan mi actoralidad. En este punto habrá que definir los niveles de acondicionamiento físico en los cuales podemos condicionarnos a desarrollar elementos, acciones y reacciones que sean la base para un comportamiento escénico necesario para “estar” en la escena. Tener conscientes los ejercicios que nos llevarán a un disposición física, emocional y mental, tener todo el cuerpo, el ser comprometido en todos sus niveles. Al entender esto sabremos cómo construir un entrenamiento personal, cubriendo el cuerpo, voz e intelecto.

Cuando un actor actriz realiza de manera adecuada su training está fortaleciendo su capacidad creadora, porque no sólo está repitiendo ejercicios, se está fortaleciendo lo intelectual, lo humano en una búsqueda constante del autoconocimiento y la interiorización.

Training

Habiendo establecido la necesidad de tener una serie de ejercicios que fortalezcan mis capacidades físicas y mantengan de manera activa mi psique busque dentro de mis capacidades, limitaciones, carencias para poder construir un training que se adapte a mí. Para ello he hurgado en bitácoras de talleres y clases tomadas en mi preparación actoral. Basándome en mayor medida en los maestros Abraham Oceransky, Rebeca Ralli yFidel Melquíades por sus ejercicios físicos avocados a un reforzamiento no solo del cuerpo, sino en la misma medida preocupados por lo psíquico y mental.

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