Eutanasia en Argentina.

Eutanasia en Argentina.

Hace mucho tiempo se viene debatiendo cuestiones relacionadas con la vida y la muerte, y al ser temas muy delicados siempre existieron posturas diferentes con cada tema tratado, como en el caso de la “eutanasia” o también llamada muerte Digna. En el presente trabajo se desarrollaran estos temas.

La eutanasia es la acción que acelera la muerte de un paciente con el fin de evitar sufrimiento, mientras que la muerte digna es el derecho que tiene un paciente sobre su propio cuerpo para decidir ante una situación donde presente una enfermedad incurable o irreversible si desea seguir con un tratamiento o darle fin a su vida. A su vez la eutanasia se puede clasificar en voluntaria (cuando el paciente da su consentimiento) o no voluntaria (cuando no pueda dar su consentimiento por alguna razón o se encuentre en coma se decidirá si aplicar o no), directa (cuando las acciones que se realizan sobre la persona tienen como fin provocar su muerte), que a su vez puede ser pasiva (cuando no se inicia o se suspende algún tratamiento o el uso de un instrumento que prolongue la vida) o activa (suministrando sustancias letales), e indirecta (cunado por objetivo se tiene el alivio del dolor al enfermo).

Si bien la Eutanasia es bastante cuestionada porque genera problemas éticos y  contradice varios derechos, como el de la vida y la libertad en la toma de decisiones de cada persona, esta práctica ocurre desde épocas antiguas. En la actualidad no está totalmente permitida; pero en estos últimos años en las sociedades han surgido  posturas que están a favor de la muerte digna imponiendo presión sobre las leyes y su modificación, otras que están a favor pero en determinadas circunstancias, como Holanda, y por ultimo existen corrientes que se mantienen en contra de esto como el caso de Argentina, en donde se considera delito.

¿Por qué no se permite la eutanasia en Argentina? ¿Esto debería modificarse?

En Argentina no se permite porque el estado se encuentra a favor de defender los derechos que establece la constitución y uno de ellos es el derecho a la vida, que es válido para todas las personas, y la eutanasia supondría el fin a la vida. Pero si se tiene en cuenta que todas las personas tienen el derecho a decidir sobre sus vidas, el estado debería apoyar la eutanasia y no restringirla, por ende tendría que modificarse la postura acerca del tema. Por lo tanto se tendría que cambiar la postura que mantiene el estado, pero esto no quiere decir que se permita la eutanasia sin razón alguna, sino que haya una justificación para llevarla a cabo y con el consentimiento de la persona.

Si el estado prohíbe la eutanasia, estaría negándoles la posibilidad a varias personas a tener una muerte digna o a darle fin a su vida para terminar con el sufrimiento. A su vez estaría quitándoles derechos establecidos por la constitución como el libre albedrio, y esto en si va en contra de lo que apoya el estado que era defender estos derechos. “Concomitantemente, ha crecido la concepción de que las personas tienen derecho a una muerte digna, de que este es en verdad, uno de los derechos humanos.” (2)

Pero en el caso de habilitarse se tendría que controlar de manera estricta y con medidas que prevengan su uso para un fin ilegal. Principalmente se deberían verificar que se cumplan dos características importantes para llevar a cabo la eutanasia, una de ellas es que haya una justificación para llevarse a cabo y la otra es el consentimiento de la persona. “Es por ello que desde el punto de vista ético, la eutanasia activa estaría permitida si se hace con el consentimiento pleno y claro del paciente, el cual es autónomo y por ende dueño de su vida.”(1)

En la primera característica la justificación seria para las personas que tengan una enfermedad terminal, en donde no haya cura alguna y que el tratamiento solo prolongue su vida por un periodo corto, pero trayéndole consigo un gran sufrimiento, o accidentes en donde la persona solo sigue viva por medio de máquinas, que alimentan y brindan oxígeno al paciente.

En el caso de la segunda característica hay dos variantes, una es que el paciente este apto psicológicamente para poder dar el consentimiento y la otra es que en caso de que el paciente no la pueda dar, se le preguntara a la familia. En ambos variantes se le debe informar con anticipación de su condición tanto al paciente como a la familia para que puedan decidir, y poder en todo caso darle fin a su sufrimiento. “Una medicina digna, que va más allá de una muerte porque comprende a la vida misma que la incluye, indica que más medicina no es mejor medicina y que más acciones no son mejores acciones y que frente al imperativo tecnológico donde el sí esta siempre asegurado (hacer todo lo que se puede y ofrece) debe oponerse la racionalidad de lo posible. Los medios de la técnica ya se han legitimado tanto que con su presunta autonomía pretenden desprenderse de los fines, que en la medicina no es evitar la muerte sino promover el bienestar de las personas a través de la curación de la enfermedad, su prevención cuando fuera posible y, en toda circunstancia, procurar el alivio del dolor y del sufrimiento. Una sola condición resulta indispensable para la validez moral de esta conducta: la información y la decisión del paciente o de su representante, que tanto más fácil será cuanto más la sociedad en su conjunto conozca la realidad de los hechos.”(3) En la primera variante se debe juzgar la capacidad de accionar del paciente ya que puede estar con algún daño cerebral lo cual le impida pensar con claridad o un bajón anímico que interfiera con su juicio.  En la segunda variante el paciente puede encontrarse en coma por lo tanto no podrá decidir por sí mismo y la familia decidirá cuál es la mejor opción.

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