Extrañando A Dina
Enviado por caye1 • 8 de Octubre de 2012 • 26.201 Palabras (105 Páginas) • 1.324 Visitas
Título del trabajo:
Extrañando a Dina Categoría: Novela Autor: Mario alonso Madrigal Resumen:
Extrañando a Dina es una novela basada en una historia real, la cual trata sobre el dolor que sufre un joven cuando pierde a la mujer que ama. No es la historia de la pareja, sino la de él después de haber terminado con ella; el pesar en la cual se ve envuelto a causa de lo ocurrido, y lo que debe ir aprendiendo para poder superar el intenso sufrimiento que experimenta, sin perder la esperanza de que sus heridas en algún momento llegarán a sanar.
El fin de esta novela está mucho más allá del simple hecho de dar entretenimiento.
Esta obra es una historia que conforme se va desarrollando, brinda valiosas enseñanzas y profundas reflexiones sobre las relaciones de pareja, las separaciones y el modo de enfrentarlas, el manejo de la soledad, el amor, el apego, el placer, los celos, la dependencia emocional, la tristeza y otras situaciones de igual importancia, que todos los seres humanos deberían considerar cuidadosamente, para formar relaciones humanas de mayor calidad.
No posee Bibliografía porque es una novela original
Biografía del autor:
El autor de este libro nació el 17 de noviembre de 1979, en San José, Costa Rica, donde vive actualmente. Es profesional en psicología y trabaja tanto en el área laboral como clínica.
Su objetivo al escribir el libro, fue el de compartir con los demás sus conocimientos y su filosofía sobre el amor, las relaciones de pareja, los celos, el apego, la dependencia, con el fin de que los lectores se entretengan y al mismo tiempo obtengan para su vida personal, el máximo provecho de ello.
Introducción
Extrañando a Dina es un libro basado en una historia real. Específicamente, inspirado en una relación de pareja que tuve con una joven llamada Dina. Pero no es precisamente la historia de ambos, sino la mía después de haber terminado con ella. Aunque sí hago ciertas referencias a lo que vivimos, es más una descripción de lo que sentí, al separarnos. Cuando nuestra relación acabó, yo sufrí de forma muy intensa, lo cual dio lugar a que tuviera largos ratos de meditación acerca de la soledad, el miedo, la tristeza, el dolor, la sexualidad, el placer, el amor -no sólo de pareja sino en general-, y otras cosas. Estas páginas contienen lo que aprendí acerca de ello durante ese tiempo.
Mi intención al crear esta novela no es sólo proporcionar entretenimiento, también es hacer un aporte a las demás personas. Como en cierto momento pensé que tal vez a alguien, le podría ayudar en algo el leer mis reflexiones, decidí compartirlas de manera escrita. Con eso no quiero decir que este libro sea una obra mágica e incuestionable, portadora de verdades a seguir para poder alcanzar la felicidad, ni nada por el estilo. Lo narrado aquí es mi verdad, en la cual creo, pero no tiene por qué ser la verdad de otros. Si de alguna manera mis relatos le ayudan al lector, pues me alegro mucho. Pero si no es así, ni modo, no escribí con el afán de convencer a nadie, lo hice simplemente para compartir.
Me encantaría que quien lea mi experiencia, al hacerlo trate de sentirse no sólo espectador, sino también protagonista. Con esto, me refiero al hecho de leer procurando sentir todo lo vivido por mí, en este recorrido de soledad; el dolor, la angustia, el miedo, la frustración, la duda, el desesperado afán de encontrar respuestas, la esperanza de volver con Dina, y cualquier otra emoción o sentimiento que se presente. A mi parecer, si el libro se lee de esa manera, tal vez se pueda entender mejor lo que sentí y quizás las palabras no me resultaron suficientes para explicar.
Capítulo 1
Cuando Dina y yo terminamos llevábamos pocos meses de ser novios, pero a diferencia de otros noviazgos nuestra relación fue muy intensa, o por lo menos así lo sentí yo. Éramos compañeros en la universidad, nos veíamos casi a diario durante bastante rato, en muchas ocasiones ella dormía en mi casa, y a veces yo, en el apartamento de ella. Dina había dejado su trabajo debido a que el horario no le permitía asistir a la universidad. Esperaba pronto hallar otro, con una jornada más conveniente para ella. Los días fueron pasando y no encontraba empleo, lo cual la hacía sentirse muy agobiada. Mientras tanto se sostenía con lo poco que ganaba los fines de semana; los sábados en una labor de medio tiempo que un amigo mío le había conseguido, y los domingos colaborando en una tienda de ropa con su hermano.
Yo le ayudaba con la alimentación.
En esa situación -muy angustiante para ella-, pasó un tiempo, hasta que llegó un momento en el cual estaba completamente desesperada por su falta de empleo.
Debía pagar el alquiler del apartamento donde vivía y como no tenía dinero, comenzamos a pensar en la posibilidad de que residiera conmigo mientras encontraba una labor de tiempo completo.
En ocasiones anteriores habíamos conversado sobre el hecho de irnos a vivir a una misma casa, pero yo no lo tomaba en serio porque no sentía estar preparado para dar ese paso. En algún momento me dijo que si yo realmente la quería, debía tomar en cuenta la mala situación económica en la cual se encontraba y llevármela a vivir conmigo. Aunque yo consideraba esas palabras como una especie de chantaje sentimental, sólo le respondía que para mí, unión libre es igual a matrimonio, lo cual no me parecía apropiado, que mejor dejara eso como última opción y esperara a ver si pronto conseguía empleo.
Yo no tomé esa actitud por egoísmo, sino porque consideraba necesario esperar más tiempo antes de adquirir un compromiso tan serio para mí, como juntarnos.
Ella me decía que prácticamente vivíamos juntos, porque todos los días nos veíamos y dormíamos en la misma cama. Yo le decía que para mí sí había algunas diferencias significativas en comparación con una pareja que habita bajo el mismo techo, por ejemplo; ella aún no poseía llave de mi casa, seguía teniendo la mayoría de sus cosas en su apartamento, pasábamos uno que otro día sin vernos, yo me sentía inseguro y además, mi hermano vivía conmigo, por lo cual, no podíamos disponer solamente nosotros dos, la opinión de él también contaba.
Pero como se aproximaba el momento de pagar el alquiler y ella no tenía dinero, era necesario tomar una decisión.
_Yo no puedo seguir pagando el alquiler -me dijo un día-, primero, por la falta de plata, y segundo, porque ya casi no utilizo mi apartamento para nada; diariamente me quedo a dormir donde tú vives y tengo mucha ropa ahí. Mejor me llevo a tu casa la ropa que aún tengo en mi apartamento, y me quedo contigo mientras encuentro algún empleo.
Accedí a la idea con un poco de nerviosismo y le dije que dejara sus muebles en casa de su
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