Familias Homoparentales

Familias alternativas: se necesita un cambio de mentalidad

La adopción gay en México es una problemática en la sociedad, ya que provoca que se rechace o apruebe esta cuestión sin argumentos basados en estudios científicos, más bien guiándose, principalmente, por sus valores y prejuicios. Abogar en contra de que ellos formen una familia mediante la adopción, argumentando que se piensa en el infante, pero que, finalmente, la posición o los argumentos se basen a la orientación sexual del adoptante, no es pensar en el bienestar del niño, sino, pensar en lo antinatural que puede ser. Creer que un niño crezca en un entorno donde la ausencia de alguno de los roles parentales perjudicará psicológicamente en el infante y que tendrá impacto en sus preferencias sexuales, es un pensamiento convencional carente de fuentes que apoyen esta teoría. “Existen diversos estudios científicos que demuestran que las parejas homosexuales brindan las mismas o incluso mejores condiciones de vida a un hijo que una pareja heterosexual” (Andrade. Langer y Macias. 2010, ¶1).

Por ende, me es imprescindible demostrar que los infantes no presentan ninguna repercusión en su crianza, pues el hecho de que provengan de familias homoparentales no es tan transcendente, mientras demuestren ser una familia funcional. Pues, ¿de que sirve tener un padre y una madre cuando se viven actos de violencia intrafamiliar?, ¿esa es la naturalidad que la sociedad espera y quiere en una familia? Si la sociedad piensa en el bienestar de los infantes, ¿no es la misma sociedad quien los repercute con tantos tabús y prejuicios? Acaso no es ella quien se encarga de catalogar a estas familias no tradicionales como “antinaturales” argumentando que las parejas del mismo sexo no son aptas para la crianza de un niño ya que afectará en el desarrollo integral del infante.

Hay un factor determinante para que un niño sea candidato para adopción: el abandono por parte de sus padres. Como consecuencia, el niño que llega al centro de adopción se siente solo y lo que es peor, se siente culpable, tal y como lo afirma el portal electrónico bibliotheka.org:

El hecho de ser abandonado es dramático para el niño que soporta la inmensa carga de vivir esa situación (…) le obliga a aguantar la enorme incertidumbre sobre qué o quién es el culpable de las circunstancias que le han tocado en suerte. De hecho, la gran mayoría de niños confiesan que se torturan acusándose a si mismos de haber sido abandonados (s.f, ¶34)

Por lo tanto y como señala Ferranti (2003: 12), la adopción de un niño es, desde un punto de vista ético, un acto muy noble: quien educa y cría a un huérfano es como si lo hubiera concebido.

Por consiguiente, la idea de adoptar no supone buscar un niño para una familia, sino una familia para un niño. Entonces, ¿son buenas las familias homoparentales para los infantes? “(…) desde una postura científica rigurosa y objetiva las conclusiones, si bien no pueden ser rotundas y definitivas, sí apuntan sólidamente hacia la [capacidad] de las parejas homosexuales para acceder a la adopción, y en ningún caso apoyan la tesis de que es perjudicial para el desarrollo del menor” Portugal y Araúxo (2004: ¶7)

En base a este argumento existen asociaciones que apoyan este criterio, como por ejemplo, The American Psychiatric Association que apoya todas las iniciativas que permiten a las parejas homosexuales adoptar asegurando que: “está demostrado consistentemente que los niños criados por padres homosexuales presentan el mismo nivel de funcionamiento emocional, cognitivo, social y sexual, que los criados por parejas heterosexuales” (¶7). En el mismo documento se proclaman a favor The American Psychological Association, The American Academy of Pediatrics y The American Psychoanalytic Association (¶16).

En cuanto a la funcionalidad de las parejas gay, Cruz (2004: 233) señala que hay parejas homosexuales que caen en el estereotipo de los heterosexuales, porque un miembro de la pareja tiende a hacer el rol femenino o masculino. Asimismo Blumstein y Schwartz, citado por Cruz, sugieren que el aspecto financiero, así como el nivel educacional, juega un rol importante porque determina la igualdad y la autonomía de la pareja. De la misma manera, Cruz, tomando como referencia una pequeña muestra de 150 parejas gay concluye que ellos establecen relaciones estables y duraderas, con un tiempo promedio de duración de cuatro a 15 años, pese al rechazo y represión social existente en nuestra sociedad.(2004: 227)

Sin embargo, hay especialistas que insisten en las repercusiones psicológicas y emocionales que pueden tener los infantes al estar

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