Gentrificacion
Enviado por nana.o • 31 de Marzo de 2014 • 2.097 Palabras (9 Páginas) • 471 Visitas
El desalojo neoliberal
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La gentrificación en Cartagena
Tras finalizar el proyecto “Memorias de la libertad”, del Ministerio de Cultura, el antropólogo Patrick Morales se pregunta por el futuro de los habitantes del barrio Getsemaní. Arcadia lo entrevistó.
Por: Redacción Arcadia Bogotá
Publicado el: 2013-02-19
La mayoría de nosotros no sabe qué quiere decir “gentrificación”. ¿Podría explicarnos el vocablo?
Claro. Fue utilizado por primera vez en inglés. Gentrification viene de gentry, que designa la nobleza menor y a los terratenientes acaudalados en Inglaterra, y fue acuñada por primera vez por la socióloga británica Ruth Glass en 1964. Glass empezó a usar la palabra para designar los fenómenos de desplazamiento de una población original en un sector, por ejemplo en los centros históricos, a favor de otra población que no es originaria de este lugar, de una clase socioeconómica normalmente mucho más alta y que tiene una visión y una manera diferente de aprehender la ciudad. Es básicamente lo que se conoce como el fenómeno de gentrificación: el desplazamiento de una población original por parte de otra. A veces se ha traducido como “aburguesamiento” o “elitización”.
Esa población original suele ser una minoritaria, económicamente vulnerable…
Hay dos tipos de gentrificación: los centros históricos en algunas ciudades europeas eran sectores habitados por obreros, mano de obra industrial, que con el proceso de desindustrialización fue abandonando los centros históricos, que fueron deteriorándose. Este deterioro arquitectónico evidente hizo que ciertas políticas públicas –en asocio con intereses privados–, quisieran renovar estos centros históricos y traer nueva población. Este es el caso en sectores obreros abandonados, viejos puertos, sectores industriales marginalizados… En Colombia la gentrificación designa lugares con intereses relacionados con el turismo, el patrimonio y la cultura. En el caso colombiano la población original no se ha ido del barrio. Y los barrios no están necesariamente marginalizados aunque sí tienen condiciones de vida difíciles por el abandono del Estado. Esa población empieza a ser desplazada por nuevos pobladores que vienen atraídos por este tipo de circuitos culturales de la mano del capital económico, de las imágenes culturales que se van construyendo alrededor de áreas con interés patrimonial.
¿Cuáles serían los ejemplos más evidentes de gentrificación?
Obviamente el caso emblemático es el de Cartagena. De la mano de la declaratoria por parte de la Unesco del centro histórico de Cartagena como patrimonio mundial en 1984, viene un proceso de renovación urbana y gentrificación. El proceso de renovación urbana es parte de la dinámica misma de la ciudad, la gentrificación en cambio hay que entenderla –y este es un punto importante–, como un proceso deliberado y planificado por parte de agentes ya sean estatales, públicos o privados que están buscando generar un aumento del valor del suelo y una ganancia económica. En Cartagena fue un proceso deliberado de la mano del lenguaje cultural internacional patrimonial de la Unesco, que convirtió a la ciudad en un polo de inmigración para élites colombianas e internacionales.
Pero esas personas que tienen dinero y que vienen de Bogotá, por ejemplo, simplemente están comprando una casa bonita en un centro histórico y no se imaginan lo que hay detrás de esa decisión de compra. En ese sentido, decir “deliberado” parece algo fuerte.
Hay que entender que desde lo institucional se crean políticas de renovación de centros históricos como una manera de recuperar áreas que, es verdad, están deterioradas. Estas políticas de recuperación van de la mano de una construcción de equipamientos culturales que hacen interesante esa área. En los casos clásicos de gentrificación de Florencia, Bilbao o Barcelona las alcaldías buscan recuperar los centros marginados o deteriorados para poder cobrar más impuestos. Estos procesos de recuperación, sobre todo en Europa, incluyen construcción de museos. Bilbao con su Guggenheim es un claro ejemplo. Aparecen también restaurantes y bares a los cuales no tiene acceso la población original porque son caros y no están dirigidos a ellos. El precio del suelo se dispara y comienza la especulación inmobiliaria. Estos planes culturales no son maléficos, son planes que buscan desmarginalizar y eso suena a progreso. Pero lo que hacen en realidad es construir un entorno al cual no tiene acceso la población allí asentada. Además, lo habitual es no escuchar las demandas de estos pobladores que claman por otro tipo de servicios alternos que mejoren su calidad de vida: estoy hablando de centros de salud, parques, espacios públicos más grandes, colegios para la gente que está viviendo allí. El plan lo que hace es pensar en las necesidades de quienes van a asentarse allí: normalmente una clase media, media alta o intelectual, que han llamado “los nuevos exploradores bohemios”.
¿Pero los habitantes originales no se benefician de esa subida de precios?
Esas negociaciones se hacen con base en especulaciones, es decir, antes de que el precio suba. Lo que saben los inmobiliarios es cuánto va a subir. El negocio se hace por precios muchísimos más bajos. Los habitantes originales fueron expulsados del centro histórico con pocos recursos y terminaron en los barrios marginales, en el Cerro de La Popa, en la periferia de Cartagena.
¿El caso del barrio Getsemaní será igual al del centro histórico?
El barrio Getsemaní tiene otro tipo de población, descendiente de esclavos, con una influencia sirio-libanesa y judía posterior. Esta población de Getsemaní tiene un arraigo muy fuerte con su territorio y con el puerto. Un cambio implica una sacudida brutal en su identidad. Allí hay un arraigo que yo no había visto en otros centros históricos. Es una población que vive de su interacción con el territorio, con lazos sociales muy sutiles; eso los distingue y los caracteriza identitariamente.
¿Cuántas personas viven allí?
Estamos hablando ahora de seis mil quinientas personas.
¿Qué tan marcado es el proceso de gentrificación?
¡Total! Hace más o menos veinte años está pasando en Getsemaní. Queda apenas el 24 por ciento de la población local. Hay solamente cuatro o cinco calles de Getsemaní que tienen habitantes locales. Getsemaní está en un proceso muy marcado de gentrificación y es probable que en cinco años tenga unas características muy similares a San Diego.
El proyecto
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