Gestion Del Aula

Los expertos han dicho que la gestión es una parte de la instrucción o un prerrequisito de ésta. Sea como sea, existe una relación entre buena gestión y buenos rendimientos, conductas y actitudes.

Emmer (1978) definía la gestión del aula como "un conjunto de comportamientos y de actividades del profesor encaminadas a que los alumnos adopten una conducta adecuada y a que las distracciones se reduzcan al mínimo". Duke (1979) decía que la gestión del aula es "las disposiciones y los procedimientos necesarios para establecer y mantener un entorno en el que puedan darse la instrucción y el aprendizaje". En ambas definiciones se plantea que la buena gestión es en gran medida preventiva.

La clave de una buena disciplina está, en primer lugar en la prevención de conductas inadecuadas, y cuando estas se producen, en abordarlas inmediatamente, con la máxima discreción y antes de que aumenten o se intensifiquen.

Las habilidades y las técnicas de gestión son algo especialmente crítico para los principiantes. La habilidad de los profesores de controlar a los alumnos influirá decisivamente en sus evaluaciones y calificaciones.

Por otro lado, los alumnos no son pasivos, con frecuencia sus actos y sus reacciones son impredecibles. Los alumnos, para relajar la tensión, suelen recurrir a hablar, hacer el payaso, darse codazos o tirar aviones de papel.

Por esto, existen diversas recomendaciones para la gestión del aula o la buena disciplina, como crear una atmósfera agradable de orden y de trabajo, establecer unas normas claras dentro del salón de clase y dichas normas deben especificar las conductas consideradas aceptables y las consecuencias de los malos comportamientos. Las normas se enseñan y se revisan desde el principio del curso.

El profesor deberá limitar las interrupciones y las intromisiones dentro del salón de clase, así como asegurarse de que los alumnos sepan lo que deben hacer.

La buena gestión del aula pretende conseguir una mayor participación y reducir el nivel de desorden. Es imprescindible para conseguir buenos resultados; buena conducta y buenas actitudes. La gestión del aula, o la buena disciplina, se basan sobre todo en la prevención.

Entre las causas del desorden están factores como la pobreza, la escasa habilidad, los problemas emocionales, la influencia de los compañeros, entre otras.

Los principios de una buena gestión se han clasificado en las categorías de normas y expectativas (establecer expectativas positivas, normas claras, dominio-control, responsabilidad); organización del aula (vigilancia constante, transición eficiente entre las diferentes actividades y alto interés); actividades en el aula (empezar la clase con prontitud y entrando en materia, mantener a los alumnos ocupados y participando, hacer que los alumnos sepan lo que deben hacer cuando acaben); y respuesta a la mala conducta.

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