Hegel

Para Hegel, en efecto la historia universal no representa otra cosa que la idea del espíritu, tal como se revela en la realidad, como serie de formas exteriores. Esta obra es redactada en el contexto de la Revolución Francesa revolución que representa el acontecimiento “espiritual” más importante de la humanidad. Así en sus escritos de juventud en donde la historia presenta por primera vez un programa moral en el que los hombres deben de ser iguales, libres y fraternos.

Cuando Hegel se interroga sobre el Cristianismo o sobre la religión en general, se niega a disociarlos de los hombres vivos y de sus sufrimientos presentes.

Los escritos de Hegel se ocupan en repetidas ocasiones del fenómeno religioso cristiano, atendiendo a características que lo han convertido presumiblemente en una religión positiva. Los temas de Hegel eran del todo incompresibles, pero tras esto se encierran problemas vitales, como la relación de hombre y Dios.

En la formación de una conciencia la religión no surge al final del recorrido, antes de la revelación filosófica final, como la Fenomenología quiere hacernos creer, sino al contrario, es la que inicia el movimiento en su origen. La religión no es el penúltimo estadio de la filosofía.

Hegel le llama positividad, el problema esencial que se haya formulado se refiere al destino del cristianismo, es que como se ha podido transformarse la enseñanza viva de Cristo en dogmas y mandamientos.

Lo de este autor, es muy contradictorio es como si prefiriera y no prefiriera a dios. O en realidad sus justificaciones lo hacen ver de esa manera.

Se declara la muerte de dios, Hegel no declara la muerte de Dios, lo hace Nietzsche. Es cierto que la idea hegeliana no necesita la hipótesis de la existencia de una divinidad de donde emane el mundo; sin embargo, el fenomenología hegeliana sigue necesitando la existencia de Dios para hacer comprensible el Ser a través de las diferentes experiencias de la conciencia. El Idealismo Absoluto de Hegel necesita a Dios para sostener algunos conceptos morales inherentes al sistema; en cambio, el vitalismo de Nietzsche puede prescindir completamente de él.

Ocupa sostener algunos conceptos morales como mencione antes, pero, dio no es capaz de actuar como fuente del código moral o teleológico, por eso no quiere decir literalmente que Dios está efectivamente muerto, es la manera de decir que la idea de Dios no es capaz de actuar como la fuente.

O sea que, la muerte de Dios es la forma de decir que los humanos ya no son capaces de creer en cualquier orden cósmico desde que ellos mismos no lo reconocen. La muerte de Dios conducirá, no sólo al rechazo de la creencia en un orden cósico o físico, sino también al rechazo de los valores absolutos ,al rechazo de la creencia en una objetividad y una ley moral universal, que se ejerce sobre todos los individuos. De esta manera,

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