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Hegel


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  Informe  •  2.721 Palabras (11 Páginas)  •  239 Visitas

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El objetivo de este trabajo es el de abordar el estado moderno desde la perspectiva de Hegel, la más rica y fértil para comprender la sociedad moderna de este fin de siglo. Ahora bien, como más adelante se mostrará, hará hincapié sobre el análisis de la sociedad civil. Esto se debe, en gran medida, a que consideramos que la realización de la libertad en el estado no es tal y que la sociedad civil no supera, ni podría superar, sus contradicciones en los términos que Hegel plantea.

La contradicción entre la voluntad política encarnada por el estado y la necesidad externa impuesta por la economía en la sociedad civil pone en jaque, más que nunca, hoy en día, las concepciones tradicionales del alcance y los límites de la política. La llamada crisis de la soberanía del estado en términos de globalización de los mercados, o cualquier otra de los expresiones en boga en relación a la crisis internacional contemporánea del capitalismo, no da cuenta que, inclusive en el antiguo ámbito nacional —con toda la autonomía que se pudiera imaginar— el estado dependía de las condiciones económicas internacionales y locales para tomar decisiones y actuar en consecuencia.

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Conviene destacar la diferencia que Hegel encuentra entre lo que él denomina libre arbitrio y la libertad propiamente dicha. El primero es la libertad formal, donde se encuentra el momento subjetivo de la decisión y donde el contenido proviene del exterior, sea la necesidad natural, la inclinación o la contingencia. El libre arbitrio es lo que la teoría política liberal entiende por libertad, la libertad de elección entre opciones dadas. La libertad para Hegel supone la unidad de la forma y del contenido puesto por el mismo sujeto, es decir, la decisión que pone también su objeto. Y el objeto de la libertad es ella misma, que se realiza en el actuar en el mundo del sujeto autoconciente de su libertad.

Conceptualmente esta contradicción entre libertad y necesidad — autonomía vs. heteronomía.— que se le presenta al sujeto tiene su correlato en la sociedad en general y es la que trata de superar Hegel en su filosofía política. Las condiciones de su superación están en el propio desarrollo histórico del Espíritu. Ahora bien, la historicidad propia de la realización de la Idea de libertad, inclusive en los términos del mismo autor, pone restricciones a sus afirmaciones. Una necesidad teórica se convierte en realidad histórica. Pero la historia no confirma esta necesidad.

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Para arribar finalmente a esta conclusión debemos comenzar nuestro recorrido por la sociedad civil. En el agregado al punto § 182 el autor la define:

La sociedad civil es la diferencia que aparece entre la familia y el estado, aunque su formación es posterior a la del estado. En efecto, por ser la diferencia supone el estado, que ella necesita tener ante sí como algo independiente para existir. La concepción de la sociedad civil pertenece por otra parte al mundo moderno, que es el primero que hace justicia a todas las determinaciones de la idea… En la sociedad civil cada uno es fin para sí mismo y todos los demás no son nada para él. Pero sin relación con los demás no puede alcanzar sus fines; los otros son, por lo tanto, medios para el fin de un individuo particular. Pero el fin particular se da en la relación con otros la forma de la universalidad y se satisface al satisfacer al mismo tiempo el bienestar de los demás. (p.260)

Dos cuestiones surgen a partir de este texto: primero, la preexistencia del estado a la sociedad civil. Ciertamente existieron antiguamente distintas formas de estado, pero el estado moderno que implica la escisión de la sociedad civil es un fenómeno único . La segunda parte nos muestra la base y la lógica que esconde la sociedad civil. Este ámbito es el momento característico de la modernidad, donde los sujetos libres se interrelacionan, en tanto propietarios privados de mercancías , en el intercambio. La sociedad civil no es más ni menos que la sociedad mercantil ( no capitalista ), y resulta clara la fuerte influencia de Adam Smith en esta caracterización.

Pues bien, el primer momento de la sociedad civil es el sistema de las necesidades que supone la división social del trabajo, por medio de la cual la producción de excedentes y el intercambio de mercancías garantiza la satisfacción de las necesidades ajenas gracias a la persecución del interés propio. Sin embargo, en sí mismo, no asegura su estabilidad. La figura del contrato en la que se basan los intercambios depende del libre arbitrio de las partes contratantes, es decir, no hay garantías del cumplimiento del mismo y no están dadas, por lo tanto, las condiciones mínimas para la continuidad de las transacciones. Nadie tiene la venta asegurada.

Para superar estas dificultades la sociedad genera diferentes instituciones ; el segundo momento de la sociedad civil es el de la administración de justicia que tiene como fin anular

…la lesión de la propiedad privada y la personalidad. … lo que tiene como consecuencia la total seguridad de la persona y la propiedad, como que se asegure la subsistencia y el bienestar del individuo, es decir, que el bienestar particular sea tratado como derecho y realizado. (§230, p. 302)

No hace falta extenderse más en la razón de ser de esta institución por lo que podemos pasar a las siguientes, a saber: el poder de policía y la corporación.. Sus funciones son completamente dispares y tendrán un valor totalmente diferente para nuestro objetivo.

El poder de policía, cuya importancia se nos develará más adelante, es justificado por Hegel de la siguiente manera:

§ 232 Además del delito, que el poder general debe evitar o llevar a un tratamiento judicial, es decir, además de la contingencia como voluntad del mal, existen acciones legales y usos privados de la propiedad que son permitidos y que ponen también al arbitrio personal en relación exterior con otros individuos y con instituciones públicas de fin común. Por este aspecto general las acciones privadas se convierten en una contingencia que escapa a mi poder y puede ocasionar u ocasiona daños o injusticias a otros. (p.302)

Vemos aquí que Hegel no cree en la justa distribución que realiza el mercado. En efecto, la contingencia de la acción individual (la irracionalidad colectiva) puede perjudicar a terceros, o sea, no garantiza la satisfacción universal de la necesidad, lo propio de la sociedad civil.

La función propia del poder de policía es la de intervenir en el libre mercado. Sin embargo, llama la atención que el autor no concluya con la imposibilidad de reconciliación de estos intereses particulares en el estado. Pues el sistema que tiene como único fin satisfacer necesidades no lo logra, a su vez niega a a sectores sociales las condiciones

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