Herejías Medievales.
Enviado por Sary Banda • 12 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 2.575 Palabras (11 Páginas) • 398 Visitas
Banda Martínez Saraí
Filosofía Política Clásica
Tercer Control de Lectura:
- Herejías Medievales
- Utopía de Tomás Moro
Herejías Medievales
Durante la Edad Media en los siglos XIV (1325) y XVI (1500), se vive una crisis económica que se extendió con gran intensidad, lo cual trae consigo:
- Estancamiento económico.
- La ruina de varias capas de la población y de extensos territorios.
Además en el año de 1348 se dan diversas epidemias, una de ellas la peste negra, las cuales diezmaron a la población del centro del continente, sobre todo en lo que ahora es Francia y Alemania, se calcula que una de cada tres personas que habitaban esos lugares murieron.
Durante esa misma época en la Iglesia Católica se vivía un trance de lujos y fastuosidad, lo cual trae como consecuencia el surgimiento de movimientos de protesta dentro y fuera de la institución, a esta gama de movimientos se le denominaron “Herejías”, mismas que tuvieron los siguientes efectos:
- La fragmentación del poder del papa.
- Se dio lugar a numerosos enfrentamientos entre los miembros de las herejías, los príncipes y el Papado.
- Se propició una ruptura en el monolitismo del pensamiento cristiano.
Las herejías además constituyen el origen de la Reforma, la cual rompió la unidad de la Iglesia a finales de la Edad Media.
Las herejías tuvieron distintos orígenes, hubo algunas que nacieron del mismo misticismo religioso, que desconfiaba en gran parte de los dogmas sostenidos por el clero enriquecido, corrompido y licencioso, creían poder llegar hasta la divinidad por su propio esfuerzo, por lo tanto negaban las reglas eclesiásticas que se imponían.
Entre las herejías místicas encontramos las siguientes tres:
- Espirituales: Las cuales buscaban la salvación en el porvenir.
- Escolásticos: Con el dogma del escolástico, añadían a éste su inspiración personal.
- Flagelantes: Pretendían obtener la clemencia divina castigándose de forma brusca.
Espirituales
De las herejías espirituales podemos rescatar los siguientes puntos:
Fueron recogidas en el “Evangelio Eterno”, posiblemente por un monje franciscano, las prédicas de Joaquín de Fiore.
Joaquín de Fiore afirmaba que el mundo debía pasar por tres etapas:
- La Ley Antigua concluida con Cristo.
- La Ley Nueva, que finalizaría en 1260.
- La Ley del Espíritu Santo, la cual a partir de 1260, sería de completa beatitud. De tal manera que serían innecesarios los sacramentos y gracias eclesiásticos, por lo cual la Iglesia debía desaparecer.
A través de la propagación de su doctrina surgieron las sectas espirituales, que se convirtieron en postulantes de la pobreza eclesiástica como medio para poder congraciarse con Dios. Esto provocó la condena en el Concilio de Lyon en 1274 y su persecución implacable.
Escolásticos
Los místicos escolásticos no se salieron de la ortodoxia, pero se alejaron del dogma al razonar la fe. Sin embargo, no fueron perseguidos por la Iglesia. Entre los más notables encontramos a:
- San Buenaventura
- Maestro Eckart
- Juan Tauler
- Enrique Suso
- Juan Ruysbroeck
- Juan Gerson
- Dionisio el Cartujo
- Tomás de Kempis
Flagelantes
Los místicos flagelantes se azotaban a sí mismos, o unos a otros, esto lo realizan con el fin de “apaciguar a Dios y compensar al mundo de sus pecados”, en su exaltación llegaban a robar los bienes de la Iglesia, esto con el fin de mostrar su desprecio y odio por el clero altamente enriquecido y licencioso.
En 1349, el Papa Clemente VI ordenó su disolución y amenazó con la cárcel a los más enajenados.
Además de estas herejías hubo otras cuatro, con origen distinto al misticismo, las cuales fueron: lo cataristas, los valdenses, los begardos y los ortlibianos.
Cada una contaba con las siguientes características:
Cataristas
Negaban los dogmas fundamentales del cristianismo oficial y consideraban que la misa, el culto de los santos, de la Virgen, de las reliquias y de las imágenes, el uso del agua bendita y las indulgencias, no son otra cosa que meros productos de la superstición. Afirmaban que la Iglesia no era otra cosa que la “Sinagoga de Satán”.
Valdenses
Fueron fundados por Pedro Valdo, un comerciante de Lyon, que vendió sus bienes, abandonó a su familia y se dedicó a predicar la Fe en su concepción de pobreza original, tan distante de la Iglesia medieval. Valdo y sus discípulos solicitaron el reconocimiento del entonces Papa Lucio III, quién además de negarse, los excomulgó en 1184. Los valdenses “acabaron por negar la eficiencia de la misa, de las ofrendas y de las plegarias por los muertos, sostuvieron que los malos sacerdotes no pueden administrar válidamente los sacramentos”.
Ésta secta se difundió ampliamente, lo cual causó que fuesen perseguidos a fines del siglo XII.
Begardos
Reclamaron la pobreza del clérigo y adoptaron las enseñanzas del Maestro Eckart, fraternizando con los místicos espirituales. Al igual que otras sectas, fueron fuertemente reprimidos.
Ortlibianos
Se les llamó así por su fundador, Ortlieb de Estrasburgo, “trataron de sustituir la doctrina de la Iglesia por las sugestiones del Espíritu Santo y sostuvieron que quien se acoge a éstas, no puede equivocarse y no necesita de vigilancia ni de guía, de donde se sigue la superfluidad de la Iglesia y sus sacramentos, ya que una vida dedicada a la virtud es bastante para estar de acuerdo con Dios”.
La Utopía de Tomás Moro
- Fue escrita entre los años 1515 y 1516, poco después de haber sido publicados los relatos de Américo Vespuccio.
- La obra se popularizó de manera masiva y rápida que el término “utopía” se convirtió en el sustantivo genérico para referirse a cualquier modelo de sociedad ideal o cualquier cosa imposible de realizar.
- El autor Tomás Moro nació en Londres en 1477, murió decapitado por orden del rey Enrique VIII en 1535, tras oponerse a reconocerlo como el jefe de la Iglesia de Inglaterra.
- Egresó de Oxford, realizó una brillante carrera política que lo llevó a ser speaker de la Cámara de los Comunes en 1523 y Canciller del Reino en 1529.
Tomás Moro se opuso a la anulación del matrimonio de Enrique VIII con Catalina de Aragón y al matrimonio de éste con Ana Bolena; además se puso a su coronación y a la jefatura de la Iglesia por el rey, por lo que fue acusado de traición y acusado.
En su “Utopía”, Moro contiene el sueño de una vida mejor, agregaba también una crítica a la situación social y política existente en Europa, y particularmente en la Inglaterra de esa época.
La obra inicia con un análisis de los males que aquejaban a Inglaterra, y concluye con la solución de los mismos mediante el planteamiento de una sociedad ideal diferente a la ya existente.
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