Homo-Videns
Enviado por pepin202 • 1 de Octubre de 2014 • 1.427 Palabras (6 Páginas) • 171 Visitas
Giovanni Sartori escribió “Homo videns”, este libre fue creado en base a los efectos que ha provocado la televisión en nuestros días. Hace un análisis profundo de la historia de los medios de comunicación y hace énfasis en la televisión con la política.
En el primer capítulo, hace un breve paréntesis en la historia de los medios de comunicación, aquí, el autor nos indica la forma en la que evolucionó el lenguaje en el ser humano y la forma en la que fueron evolucionando los medios de comunicación donde siempre prevaleció el lenguaje oral y simbólico, hasta la aparición del televisor que rompió con este desarrollo truncando la comunicación a una simple recepción de imágenes ya digeridas y razonadas para ser simplemente consumidas.
También demuestra la forma en que el ser humano empezó a revolucionar el área de las comunicaciones, haciendo énfasis en que en cada descubrimiento, traía una progresión y una crítica por parte del ser humano, argumentando que todo avance traería un retroceso para el humano. Sin embargo, casi nunca fue así.
Según Sartori, el progreso tecnológico es necesario y benéfico para el desarrollo de la civilización, la televisión ha sido parte de ese progreso pero a su vez, ha significado un retroceso, ya que se ha perdido de su función meramente de entretenimiento y de espectáculo, para convertir, aquello que es esencial para el hombre llamado comunicación, en un espectáculo.
Y en ese sentido, explica la forma en que la televisión ha educado al hombre, simplificando su proceso de comunicación desde la infancia, y marcándolo así de por vida a ser un sujeto que deja de analizar esos símbolos para ser, repito, simple receptor de información ya digerida. Así mismo explica cómo a raíz de este suceso, la misma sociedad ha relegado ese proceso cultural y lingüística a sólo unos cuantos, resignándose a ser unos ignorantes.
Tomando en cuenta todas estas cosas, Sartori empieza a hacer un ataque al humano, empezando primero en nuestro vocabulario. El afirma que desde épocas anteriores, los humanos relacionan palabras a objetos visibles, sin embargo, hay palabras que aunque tienen una figura con la cual se le pueda relacionar, no ejemplifica su significado al 100%. Esto quiere decir que podemos "ver" la palabra ciudad, pero no, por ejemplo, "nación", "paro", "felicidad", etc. Y nuestra capacidad de administrar la realidad, en especial la política, económica y social, se fundamente exclusivamente en pensamientos conceptuales que representan objetos invisibles e inexistentes para el ojo humano. Así, el saber del homo sapiens, que se desarrolla en la esfera de un mundus intelligibilis, pasa a desarrollarse en un mundus sensibilis (según Sartori) el mundo percibido por nuestros sentidos. La TV invierte la evolución de lo sensible en inteligible, produciendo imágenes y anulando conceptos, atrofiando de ese modo nuestra capacidad de abstracción y, con ella, nuestra capacidad de entender.
Por último, hace una comparación entre la televisión y el internet, el autor demuestra que el internet tiene mayor posibilidad de reencauzar al hombre hacia el análisis y la información que cultiva, aunque deja ver que es un arma de doble filo, ya que también puede ser una herramienta meramente de entretenimiento en la cual sus efectos son similares a los de la televisión.
En el capítulo 2, encontramos que Sartori hace énfasis en la política y como la televisión juega un rol muy importante. Bajo este aspecto, la televisión ha conseguido que no haga falta esforzarse en comprender, solo es necesario mirar. La gente ya no se basa en su propia experiencia de la vida real, sino que acepta el papel de espectador que aprende desde la niñez, e interioriza sin pararse a comprender ese mundo estereotipado, concienzudamente prediseñado, con el que la pequeña pantalla bombardea diariamente a la sociedad.
En cualquier gobierno, los medios de comunicación son muy importantes en la política, aunque el impacto no es el mismo, dependiendo del medio de comunicación. Con la radio, la sociedad mantiene cierta independencia: concede autoridad según quién hable. Con la TV, en cambio, la autoridad es la visión en sí misma. No importa que la imagen pueda engañar más que la palabra. El ojo cree lo que ve, porque parece real.
La televisión ha cambiado la forma de hacer política y el proceso de la formación de la opinión pública.
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