Homologación IVA

La homologación del IVA es una injusticia

Marco Antonio Blásquez Salinas

Homologar es igualar, dar un trato igual a las personas. Tal vez pensando en ello con la homologación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) se pretenda igualar a las personas como contribuyentes en todo el país pasando por alto que homologar no necesariamente es igualar ni mucho menos obtener equidad y justicia. Homologar a iguales es correcto. Homologar a desiguales es una injusticia.

Desde tiempos ancestrales se ha considerado la necesidad de dar un trato igual a los iguales y desigual a los desiguales y así encontrar la igualdad y equidad. Este es considerado un "principio jurídico" que se debe contener en la ley. Como ejemplos tenemos la Ley Federal del Trabajo que no considera igual al trabajador y al patrón. La Ley del IVA en su Artículo 2 recoge este principio.

En su momento, el Poder Legislativo de la Unión se enfrentó al dilema de dilucidar la problemática de establecer un diferenciado en el cobro del IVA para considerar los factores en contra que representaría su recaudación en las regiones fronterizas. Toda norma jurídica que comprende a las impositivas tiene el atributo de generalidad, es decir, será aplicable a toda persona que se coloque en sus supuestos u hipótesis. Pero esta característica podría provocar indirectamente injusticias.

El IVA es un gravamen al consumo y se aplica por la prestación de servicios. Quien lo causa es el consumidor, quien lo paga a la persona que presta el servicio o vende productos; éste último retiene el impuesto y en su momento lo entera a la autoridad hacendaria.

Se ponderó igualmente que el residente fronterizo tiene opciones que no gozan los residentes del resto del país, las cuales son propiciadas por prestadores de servicios y comerciantes allende la frontera quienes hay que reconocer son competitivos y agresivos porque cuentan con inventarios suficientes, calidad y precio. Asimismo, cuando tienen la oportunidad brindan ofertas al consumidor nacional y sacan de la competencia a los comerciantes fronterizos.

Que el residente de la frontera pague menos IVA no es un privilegio, es una razón de conveniencia que tiende a proteger a los prestadores de servicios y empresarios, creadores de impuestos y oportunidades. Al homologar el impuesto se coloca a los empresarios en desventaja comercial con los prestadores de servicios y vendedores de productos del extranjero. La aparente desigualdad entre los consumidores del país sirve para igualar a los prestadores y comerciantes de las regiones fronterizas con los del resto de la República.

Las mismas situaciones de hecho que prevalecían al momento en que se tuvo la necesidad de diferenciar el cobro del IVA, privan actualmente. De ahí que no hay motivos para que los diputados hayan optado por homologar

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