Huertos De Azotea

En una ciudad existen multitud de espacios muertos que se pueden aprovechar en beneficio no sólo del medio natural sino del social.

Cada vez más gente se atreve a tener un huerto en su propia casa, ya sea en un rincón del jardín, en la azotea, en una mesa preparada para huertos urbanos, o en maceteros grandes junto a la ventana. Todo vale y todo es buena idea para tener una fuente propia de alimentos obtenidos de forma natural. Lo que sea con tal de ir menos al supermercado y ahorrar algo a final de mes, o al menos quedarse como antes pero con la certeza de estar consumiendo productos sanos y de máxima calidad.

Alimentos transgénicos

Los alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial de la que carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas. En Europa no todas las modalidades de transgénicos están autorizadas, sólo algunas pueden ser cultivadas y posteriormente comercializadas.

Los transgénicos, desde su nacimiento, han suscitado mucha polémica. Existen seguidores fanáticos y detractores acérrimos. Por ejemplo, Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace en España, cree que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad, desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños irreversibles". Para Carrasco "no es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos", apuntando además que "los que estamos en contra de los transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente". Para Greenpeace los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura, la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios no están evaluados, etc.

En cualquier caso, sea cual sea la elección final del consumidor, no está de más saber qué productos contienen organismos modificados genéticamente. Con este objetivo, Greenpeace ha elaborado la "Guía roja y verde de alimentos transgénicos". En la lista verde se encuentran aquellos productos cuyos fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos ni sus derivados en sus ingredientes o aditivos. En la roja están aquellos productos para los cuales Greenpeace puede garantizar que no contengan transgénicos.

En nuestro país está prohibido sembrar maíz transgénico porque somos el centro de origen del maíz y es necesario proteger nuestras variedades de maíces mexicanos de la contaminación transgénica que puede producirse si el polen del maíz transgénico se cruza con el de nuestras variedades nativas e híbridas. Sin embargo, se han otorgado permisos para siembra “no comercial” de soya y algodón transgénicos. La autoridad sanitaria permite la comercialización para consumo humano de 31 transgénicos de soya, canola, maíz, algodón, papa, jitomate y alfalfa. Estos ingredientes entran en nuestras dietas sin control alguno y sin nuestro consentimiento expreso.

Siguiendo la línea de adaptar la filosofía de vida del medio rural al medio urbano, la idea sería no desaprovechar nada y por lo tanto aprovechar estos espacios para obtener algún tipo de bien. Concretando, nuestra propuesta consiste en transformar las azoteas (un claro ejemplo de elementos claramente inutilizados) de las casas en un espacio vivo con la instalación de huertos urbanos.

2. JUSTIFICACIÓN. (una cuartilla) En este apartado se tienen que describir:

a) Las razones del porqué hacer este proyecto

b) Los beneficios sociales, económicos, ecológicos, etc.,

c) El como el proyecto puede solucionar el problema que se investiga

¿Qué beneficios nos pueden aportar los huertos urbanos instalados en las azoteas?

Consumo de CO2, principal gas de efecto invernadero, y captura de partículas en suspensión, un contaminante que se presenta en altas concentraciones en las ciudades. No hay que olvidar que actualmente muchas ciudades encuentran grandes dificultades para poder reducir estas emisiones en el grado que actualmente marca el protocolo de Kyoto (el Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero entre los que encontramos el dióxido de carbono (CO2).

El efecto sumidero que supone el sistema favorece la reducción de efectos que se producen en las zonas urbanas como el “smog” y la “isla de calor”, ya que además de eliminar de la atmosfera sustancias que capturan irradiación solar y calientan la atmosfera, refrescan el ambiente gracias a la evaporación y a la absorción de calor de la propia vegetación. La vegetación y el suelo son conocidos captadores de CO2. La biosfera es capaz de captar 2 billones de toneladas de carbono al año, lo equivalente a la tercera parte de las emisiones humanas. Parece evidente que, además de preservar la flora existente en nuestro planeta, se debe aumentar su cantidad en la medida de lo posible ya que ayudarán a la reducción de CO2. El aumento de la biosfera natural se encuentra recogido dentro de las políticas Europeas relacionadas con la "Captura y almacenamiento de CO2", presente como tema de máxima prioridad en el VI y VII Programa Marco del UE.

Contribuye a la reducción de las enfermedades derivadas de la contaminación como las respiratorias, carcinogénicas, etc., ya que se espera un aumento de la tasa de enfermos y muertos por olas de calor e islas de calor, así como un aumento de los episodios agudos respiratorios, especialmente de las alergias. Estos episodios se intensificarían como consecuencia de la ampliación del periodo polínico y del número de días calurosos y secos que potencian la carga ambiental y afectarían fundamentalmente a la población sensible, como la infancia y las personas mayores.

Supone una fuente de oxigeno primordial para mejorar la calidad atmosférica de la ciudad y de la propia azotea.

Es una fuente de alimentación sana y directa. De esta forma se contribuye a reducir los impactos negativos que generan la industria alimentaria: pesticidas, transporte, intermediarios, etc.

Además, la producción de compost favorece la reducción de residuos orgánicos del hogar o de los usuarios de los huertos, como consecuencia de producción de compost para la huerta.

Aumenta el aislamiento térmico y sonoro de

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