Identidad profesional en estudiantes

Identidad profesional en estudiantes

A escala internacional los universitarios constituyen una población vulnerable al desarrollo de diversos problemas físicos y emocionales, pues se trata de jóvenes que deben enfrentarse a una situación demandante, distinta a las conocidas y en la que están puestas muchas expectativas propias y familiares. Dentro de las categorías principales de la experiencia universitaria se encuentran el: ingreso al entorno universitario, ajuste al entorno universitario, factores psicosociales, factores escolares y recursos institucionales (Hernandez, 2020).

En ese sentido, la identidad profesional, implica sentir, comprender y actuar frente a los factores sociales y personales, mediante una representación de atributos cognitivos y emocionales para dar cierta estabilidad y continuidad en la carrera que se estudia. Para ello los estudiantes deben apropiarse de un proyecto universitario, en el campo disciplinario, así crear un espacio de medio constitución y formación, el cual es importante para la transformación del estudiantes, donde se podrá adquirir competencias fundamentales para la etapa profesional y avanzar en el proceso de construcción de identidad (Gonzales & Marin, 2019).

En el Perú, los  estudiantes de la carrera de psicología en las universidades de Lima Metropolitana, presentan una adultez temprana, el cual está ligada a asumir nuevas responsabilidades en la etapa de su formación profesional. Sin embargo estas responsabilidades muchas veces se desorientan, debido al estilo de vida de otros estudiantes, que en muchos casos es difícil de corregir, por lo que las intervenciones centradas a incorporar nuevos hábitos son fundamental para que los estudiantes puedan conseguir las metas propuestas (Pucuhuaranga & Nora, 2019).

Por ello la formación profesional de los estudiantes universitarios, está orientado y dirigido por el perfil de egreso definido en el currículo o plan de estudios de cada carrera profesional, cuyas características y exigencias dependen del modelo curricular asumido. En la actualidad, los “modelos de formación por competencias o por resultados de aprendizaje, han intentado operacionalizarse en las distintas universidades a través de la definición de perfiles de egreso”. El cual significa, que las asignaturas o cursos llevados en los distintos ciclos o semestres deben desarrollarse de tal forma que al culminar sus estudios profesionales el estudiante muestre el logro de los propósitos planteados en el perfil de egreso.

Estas percepciones nos ofrecen la pauta para afirmar que, en la medida en que los jóvenes cuenten con mejores habilidades para la vida, les será más fácil adaptarse y se elevarán las probabilidades de completar sus trayectorias educativas exitosamente. Es importante, entonces, que las instituciones de educación superior consideren la necesidad de apoyar a sus estudiantes dotándoles de estrategias que les permitan adaptarse al entorno universitario y mejorar su experiencia universitaria, y con ello, elevar sus tasas de eficiencia terminal, egreso y titulación. Puesto que el  rol del bienestar psicológico ha sido estudiando en los últimos años desde una perspectiva de la ciencia psicológica, que llego junto al nuevo milenio: la disciplina se describe como una psicología positiva con una visión patologizante (Torres, 2020). La interacción social de los universitarios, está centrado al cumplimiento de sus actividades universitarias, desde el ámbito de académico y servicios, acorde a como la psicología puede mejorar las demandas sociales y la identidad profesional, engloba un proceso dinámico y activo que permite que los estudiantes asuman un idea de si miso, y construyan al estar inmerso en la sociedad, puesto que como profesionales pueden mejorar o aportar conocimientos importantes a la sociedad, configurando una relación interrelacional entre el profesión, la sociedad y cultura, de tal manera que durante su trayectoria universitaria, vaya formándose para la configuración de su propia identidad.

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