Identidad Del Profesional
Enviado por lucho19769 • 5 de Agosto de 2014 • 1.581 Palabras (7 Páginas) • 299 Visitas
¿Qué influencia tiene la formación personal en la identidad profesional del docente?
Esta pregunta no deja de ser preocupante, no solo en Urabá, sino en el territorio nacional y en toda América Latina, pues en los últimos 20 años se ha perdido la vocación como docente, es decir, hoy, la mayoría de los mismos trabajan por una salario y un estatus social, lo que los hace dejar a un lado la parte humana de los mismos.
El desarrollo profesional conforma la vida profesional de los docentes, en donde la formación es un elemento importante que la integra. Juan E García, citando a Avalos, manifiesta: por ello, hay que tener claro que desde el punto de vista holístico expresado, la formación es una parte de este desarrollo profesional, que está integrado además por otros factores como: la carrera docente, el status profesional, el sistema retributivo, el clima laboral, el contexto laboral, entre otras.
La construcción de una identidad profesional, del docente, sería un primer paso para contribuir a la generación de una cultura profesional', que permita a los profesionales de la educación sentirse partícipes de un magisterio que posee ciertas características, competencias pedagógicas, perfiles que les son propios y que les permiten sentirse expertos e identificados con su profesión.
Pero, ¿cómo se construye una identidad profesional? El concepto Identidad profesional recobra en buena parte el desarrollo del sí personal y del profesional. Esta identidad resulta de una formación en la profesión que incluye, tomando las palabras de Ferry (1984, p. L3) "todas las adquisiciones que permiten y se recuperan y la obra en ejercicio del oficio de enseñar". Pero esta identidad se apoya sobre la dimensión personal que "designa los cambios que se operan en el orden de las representaciones y de funcionamiento psíquico, tanto sobre el plano intelectual como sobre el afectivo". La identidad personal necesita para su desarrollo de un proceso racional dado por medio de la enseñanza, de la educación y de la cultura, Constituye parte del marco de identidad social, especialmente cuando el sujeto ha podido integrar diferentes ideas sobre quién y qué ser, lo que se quiere hacer y a la manera de quién.
El sujeto va configurando el ideal del yo con adultos significativos que desarrollan un determinado tipo de quehacer y que se encuentra siempre personificado, registrado en relación a una determinada persona, con determinadas cualidades (Grinberg, L. 1994), En el proceso de construcción de la identidad resalta el aspecto relacional ya que ésta se construye durante toda la vida, lo que podría permitir aventurar la idea de reconstrucción, tanto en el aspecto personal (individual) como social, lo que afecta directamente en la constitución de la Identidad personal y Profesional.
La identidad profesional es construida social, histórica e institucionalmente (grupo al cual va a pertenecer). Los sujetos asumen una manera de ser profesional en función de transacciones entre las demandas institucionales y sociales, condicionadas por el momento histórico en que vive y su propia historia. Es un proceso que es individual y social al mismo tiempo y en donde, cada individuo negocia entre la identidad que el medio le manda asumir y la que él aspira a poseer como propia. Pero, ¿cómo construye su identidad profesional un docente? Para Esteve (1996), la construcción social de la identidad profesional es un proceso que comienza al principio de su formación básica de carácter académico. Este proceso incluye prestar atención a los siguientes componentes:
- Formas de seleccionar a los docentes, en las que deben incluir exámenes de la personalidad, incluyendo factores motivacionales y de madurez emocional.
-Adecuación de los contenidos de formación inicial a la realidad técnica y contextual de la práctica académica.
Sarramona (1997) agrega que, además de lo anterior, se han de examinar no sólo los conocimientos pedagógicos, sino las competencias profesionales aprendidas de forma integrada, y que son definidas por Anderson, como "conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para asegurar el rol del estudiante... estas competencias son del orden cognitivo, afectivo y práctico." Estas se construyen al mismo tiempo que se recibe la formación académica de tipo cultural. Este autor agrega que estas competencias son de dos tipos:
1. Genéricas: que a juicio del autor se podrían "considerar como la dimensión profesional, puesto que se refieren a las tareas estrictamente docentes y educativas que corresponden al profesorado...". Son funciones para las que no se ha recibido preparación desde la formación cultural previa y hacen referencia a: procesos de diagnóstico de necesidades de los alumnos/as, planificación, evaluación y vinculación con el contexto educativo.
2. Específicas: las que están más ligadas a las exigencias que plantean las nuevas reformas educativas, como la de ser un profesional reflexivo, investigador de su propia práctica, autónomo, crítico y creativo, entre otras.
La profesionalización docente requiere de profesionales que tengan una identidad profesional clara y explícita, por sujetos autónomos y reflexivos que estén en constante renovación y evolución, especialmente frente a las demandas de la sociedad
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