Imaginacion Sociologica

Capítulo 1: La promesa

Este capítulo habla sobre como los hechos de la historia contemporánea son hechos relativos al triunfo y al fracaso de hombres y mujeres individuales, ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas. Los hombres no poseen la cualidad metal para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia del yo y del mundo.

Después de dos siglos el capitalismo se señala como un medio de convertir a la sociedad en un aparato industrial, la democracia formal esta limitada. Los viejos modos de sentir y pensar se han ido abajo, las personas no necesitan información ni tampoco necesitan destrezas intelectuales, lo que necesitan es una cualidad mental que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizá está ocurriendo dentro de ellos, a esta cualidad se le puede llamar imaginación sociológica.

La imaginación sociológica permite comprender el escenario histórico más amplio, el primer fruto de esa imaginación es la idea de que el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época, la imaginación sociológica nos permite captar la historia, la biografía y la relación entre ambas. La imaginación sociológica es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra.

Los hombres esperan ahora a captar por medio de la imaginación sociológica lo que está ocurriendo en el mundo y comprender lo que está pasando en ellos mismos, la imaginación sociológica es la forma más fértil de conciencia en sí mismo.

La distinción más fructuosa de la imaginación sociológica es quizás la que hace entre “las inquietudes personales” y “los problemas públicos”. Esta distinción es un instrumento esencial de la imaginación .Una inquietud es un asunto privado, los problemas se relacionan con lo público. Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.

El nuestro es un tiempo de malestar e indiferencia, pero aún no formulados de manera que permitan el trabajo de la razón y el juego de la sensibilidad. En lugar de inquietudes, hay con frecuencia la calamidad de un malestar vago; en vez de problemas explícitos, muchas veces hay sólo el desalentado sentimiento de que nada marcha bien.

las ciencias sociales se están convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultural, y la imaginación sociológica es la cualidad mental más necesaria.

Uno de los significados de la idea de un común denominador intelectual es que los hombres pueden formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros términos y otros estilos de pensamiento parecen meros

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