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Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  1.426 Palabras (6 Páginas)  •  239 Visitas

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El camino a Amberes

Tras reunirse con Dumouriez el 11 de septiembre de 1792 en el bosque de Argonne, al noreste de Francia, Miranda es puesto junto al mariscal de campo Henri Stengel al mando de la vanguardia de tropas que protege el paso de Grandpré, frente al cual se encuentra el grueso de las tropas prusianas del Duque de Brunswick. Brunswick tiene la intención de cruzar con su ejército la barrera natural que constituye el bosque con el objetivo de avanzar sobre París.

El día 12, Miranda y Stengel repelen un primer intento de avance prusiano; es un ataque de distracción, pues el generalísimo prusiano piensa hacer cruzar su ejército por otro paso. Aún así, es la primera vez que el ejército revolucionario francés obliga al enemigo a replegarse.

Batalla de Valmy

20 de septiembre de 1792: al detener el avance de la invasión lanzada por Prusia y Austria, el duelo de artillería de Valmy es la primera victoria militar significativa de la Revolución Francesa. Si bien los combatientes franceses y prusianos no llegaron a estar en contacto directo en ningún momento, el cañoneo fue lo suficientemente intenso como para causar casi 500 bajas entre ambas partes (óleo del pintor francés Jean-Baptiste Mauzaisse, 1836).

Un choque mucho más determinante, la primera batalla importante de las guerras de la Revolución francesa, tiene lugar en Valmy el 20 de septiembre. Considerada por Goethe como el "inicio de una nueva fase de la historia del mundo" [1] en tanto a lo que significa para la continuación del proceso revolucionario francés, Valmy no es, sin embargo, una gran batalla al estilo de Waterloo y otras anteriores o posteriores. Es en realidad un duelo de artillería, y las fuerzas francesas y austro-prusianas no llegan a entrar en contacto unas con otras, lo que no impide que se produzcan no menos de 500 muertos y heridos entre ambos bandos, saldo que habría sido mucho peor si la lluvia y el lodo no hubieran impedido el rebote de los cerca de 10 mil proyectiles intercambiados desde la madrugada hasta el atardecer [2]. Miranda no tiene un rol decisivo en el enfrentamiento y su apreciación del evento se limita a anotar en su informe que "el ejército prusiano nos atacó por la izquierda en Valmy, el 20, con un furioso cañoneo que duró desde el amanecer hasta la noche. Fue rechazado, propuso una tregua para comenzar negociaciones y se fue [3]."

La gran importancia de la victoria de Valmy reside, sin embargo, en el efecto que ella tiene en la opinión pública francesa al demostrar que el ejército republicano, mermado como está por las purgas de oficiales opuestos a la Revolución, es capaz de rechazar a un ejército como el de Prusia, considerado uno de los mejores de Europa. El triunfo hace temporalmente de Dumouriez un héroe nacional y se presta para que la opinión pública olvide las pobres condiciones en las que se encuentra ese mismo ejército: aparte de la artillería, que sigue estando entre las mejores del continente, la tropa está compuesta por una mezcla de voluntarios sin mayor preparación ni disciplina y soldados profesionales que frecuentemente carecen de los pertrechos más esenciales. Varias situaciones de insubordinación y desbandada ante el enemigo tienen lugar, y a sólo tres días de estar en su comando, Miranda se ve forzado a contener a golpes de sable la huída masiva de sus tropas ante la carga de la caballería prusiana. A pesar de estas dificultades, Dumouriez obtiene la autorización de la Convención para invadir Bélgica, gobernada entonces por el enemigo austríaco.

En ese mes de septiembre de 1792, la actividad militar de Miranda le hace merecedor de numerosas muestras de reconocimiento. Su amigo Pétion, que ahora preside la Convención, lo felicita por escrito. Dumouriez, su superior inmediato, se niega rotundamente a que Miranda sea retirado de su servicio; es su "amigo íntimo", dice. Algo más significativo aún: el 3 de octubre, a un mes apenas de haber sido admitido al ejército francés con el grado de mariscal de campo, recibe un ascenso a teniente general (equivalente a general de división en la nomenclatura actual).

Es quizás por la buena acogida que se le dispensa en Francia que Miranda comienza pronto a expresarse de sí mismo con una nueva visión que guardará por varios años: la de ser un ciudadano francés que no por ello olvida

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