Ingenieria de Valor.
Enviado por Luis Guiza • 7 de Diciembre de 2016 • Informe • 4.109 Palabras (17 Páginas) • 160 Visitas
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INGENIERÍA DE VALOR
Mucho antes que el “valor” se convirtiera en la última moda de la mercadotecnia de la década de los noventa, la ingeniería de valor ya se aplicaba al proceso de construcción de instalaciones. Sin embargo, sus orígenes se encuentran en la manufactura. En la década de los treinta, General Electric comenzó a usar el proceso de “análisis de valores”, que consistía en identificar costos innecesarios, o costos que no contribuían en lo absoluto a la calidad, uso, ciclo de vida, apariencia o características deseadas por el cliente. Aunque el propósito del proceso era analizar el valor general de un elemento, pronto se hizo famoso por su habilidad de reducir costos, (Haskell, 2012).
Lo que comenzó como un pequeño departamento de la empresa, pronto creció para convertirse en una parte integral de toda la organización. Los ahorros que logró GE hicieron que otras compañías de los EE.UU. adoptaran el concepto y desarrollaran las técnicas que son la base para la ingeniería de valor como la conocemos actualmente. Fue el Departamento de Defensa el que llevó la ingeniería de valor al proceso de desarrollo de instalaciones. La Oficina de Barcos de la Marina llamó al proceso “ingeniería de valor” para reflejar su énfasis y relación con la aplicación de diseño de ingeniería. La práctica se extendió a muelles, patios e instalaciones de suministros. Poco tiempo después todas las fuerzas armadas hicieron de la ingeniería de valor una práctica estándar en el desarrollo de todas las instalaciones. En la década de los sesenta, los diseñadores y constructores del sector privado incorporaron la ingeniería de valor a sus procesos, (Haskell, 2012).
Desde entonces, la importancia de la ingeniería de valor en la industria de la construcción ha crecido de la misma manera que la comprensión de la noción de que la ingeniería de valor funciona mejor como un proceso integrador, colaborador y no como una serie de exámenes individuales. El método tradicional de diseño, licitación, construcción para el desarrollo de instalaciones representa un obstáculo para la ingeniería de valor. En distintos escenarios, los arquitectos, ingenieros, especialistas de adquisiciones y personal de administración de proyectos no pueden realmente considerar la creación del valor; les falta el control sobre los resultados totales del proyecto y pueden considerar molesto tener que coordinar ideas creadoras de valor.
De igual modo, trabajar por separado hace que la ingeniería de valor sea ineficiente. Por ejemplo, incluso si un gerente de proyecto hace una recomendación a un arquitecto con el fin de crear valor, esto puede suceder cuando los planes de trabajo ya están terminados. Dependiendo de las prioridades del propietario, la pérdida de tiempo puede poner en peligro el valor creado por la recomendación dada.
La evolución de esta ingeniería como un proceso dirigido a la creación de valores más que a una mera reducción de costos; es una validación importante del proceso de Diseño y Construcción. Como los dos procesos son imprescindibles, los propietarios de la estrategia de Diseño y Construcción tienen la habilidad de seleccionar un proceso de desarrollo de instalaciones basado en las prácticas más eficientes de la industria moderna. Los beneficios les redundan en cualquier número de áreas que representan valor. Más importante aún, la organización de Diseño y Construcción integrados proporciona a los propietarios la habilidad de trabajar como un equipo lo suficientemente flexible que cumpla estas expectativas específicas de valor, (Haskell, 2012).
Todo proyecto de inversión, desde una modesta casa hasta un complejo hotelero, se inicia con un programa de necesidades, el cual consiste en un listado de requerimientos de los futuros usuarios, que se traduce en programa arquitectónico al contener cantidades de metros cuadrados de construcción (espacio) y facilidades por dotar.
Proyecto es la “planta y disposición… para la ejecución de una cosa…, anotando y extendiendo todas las circunstancias que deben concurrir para su logro”.
En una acepción moderna y más amplia, proyecto no es sólo la planificación, cálculo y dibujos, sino incluye la propia construcción y puesta en marcha y ya en toda su extensión, a la operación”, (Varela, 2009).
Si entendemos como “valor” a la manera más “costo-efectiva” de realizar confiablemente una función que alcance las necesidades, deseos y expectativas del usuario y nos hacemos la pregunta ¿Quién asegura calidad a menor costo en el proyecto?, de ahí nace una tarea, función y después toda una disciplina: La Ingeniería de Valor, (Varela, 2009).
La preocupación principal de los diseños es producir un proyecto de construcción basándose en normas y códigos practicados, que desempeñen las funciones pedidas por el propietario y esbozadas en un breve diseño. La filosofía de la ingeniería de valor es tomar este diseño y revisar el sistema desde el punto de vista del valor para el propietario, (Ahuja y Walsh, 1989).
Definición de ingeniería de valor:
Según Varela (2009), la ingeniería de valor, es básicamente la ciencia que compara costos de diferentes alternativas constructivas, es un proceso organizado de mejoramiento del valor y calidad, busca identificar oportunidades para eliminar costos innecesarios, mientras se asegura de alcanzar o exceder requerimientos de calidad, seguridad y desempeño.
Así, Ahuja y Walsh (1989), definen la ingeniería de valor como la aplicación consciente sistemática de un conjunto de técnicas que identifican las funciones necesarias, establecen valores para estas funciones y desarrollan alternativas para realizarlas a un costo menor.
La ingeniería de valor, introduce un análisis sistemático que identifica la función de los diversos elementos de un proyecto y busca satisfacer esta función al costo total más bajo sin disminuir el rendimiento. Al identificar la función de un proyecto las investigaciones van más allá del mecanismo de un componente de ingeniería para observar las necesidades como un todo. En esencia ignora los detalles específicos del breve diseño y examina el propósito de las instrucciones. Una vez determinada la función, se puede asignar un valor a esta función comparándola con los elementos u operaciones semejantes cuyo costo se conoce de antemano o que se obtiene de otras partes, aún en otros tipos de construcción. Finalmente, se lleva a cabo un exhaustivo trabajo para proporcionar la función pedida al costo más bajo, (Ahuja y Walsh, 1989).
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