Islas malvinas CONCLUSION

CONCLUSION

Pasó un cuarto de siglo, pero la herida abierta de Malvinas, pervive en la memoria de miles de argentinos, que lloran a los que ya no están, a los que prefirieron irse, a los que quedaron lejos. El legado trágico de una guerra absurda. Mi problema es saber que consecuencias les trajo esta guerra a los ex combatientes, mi hipótesis es que esta guerra les trajo consecuencias psicológicas, falta de empleo y discriminación. Llegue a la conclusión que muchos de esos hombres en la actualidad tiene esos problemas.

Desde el fin del conflicto bélico hasta ahora, alrededor de 350 veteranos, sumidos en la depresión, el estrés postraumático, trastornos de ansiedad, y otras enfermedades, se suicidaron.

Otra característica común entre los ex combatientes fue el desempleo que con el paso de los años el Estado fue respondiendo a las demandas de los veteranos con una batería de leyes que regula los requisitos para el cobro  de pensiones  de guerra y subsidios extraordinarios. Se incorporó a los ex combatientes como población prioritaria para programas sociales y se dispuso la cobertura médica a través del PAMI, con un Programa Nacional de Atención al Veterano de Guerra y su familia que además, de las prestaciones habituales, se especializa en las secuelas de la guerra. En los días previos a cada 2 de abril, cuando la opinión pública se muestra más proclive al recuerdo, recrudecen los pedidos por el aumento de los montos que perciben y  la puesta en marca de planes de empleo.

Los veteranos de Malvinas afirman sentirse discriminados como "locos de la guerra" y sostienen que no se cumple el porcentaje de vacantes de trabajo que tiene acordado por ley. Solicitan además, una reparación económica por su participación en el conflicto".

Por lo aquí expuesto he logrado confirmar mi hipótesis comentando que los veteranos actualmente sufren los problemas antes mencionados desde hace 25 años hasta en la actualidad.

Dentro de mis objetivos esta el de saber por que los ingleses quieren tantos esas islas.

En el caso de las Malvinas, pareciera a simple vista que tienen poco valor económico, ya que sólo sirven para criar ovejas y practicar la pesca industrial, y quizás tenga algunos yacimientos petrolíferos, todavía no cuantificados. Pero su mayor valía es la de darle al RU –por su proximidad al continente antártico-- el derecho a poseer una tajada de la gigantesca Antártida, que podría ser de gran valor estratégico en el futuro por tener las mayores reservas de agua dulce del globo y, quien sabe, hasta petróleo en el subsuelo. Su presencia allí también le permite al RU controlar otras islas-colonias cercanas como las de Georgia del Sur, donde precisamente se inició la disputa que precipitó la guerra de 1982, al ser invadidas por Argentina cuando un comerciante de esa nación fue apresado por las autoridades británicas.

Para determinar este objetivo investigué cual es el motivo por el cual los ingleses quieren estas islas y llegué a la síntesis de que los mayores motivos son los anteriormente mencionados.

Otro objetivo mío es determinar cuales fueron los motivos por los cuales se llego a la guerra.

Conviene recordar que las Malvinas –un archipiélago de unas 200 islas con 4.700 km2 de superficie terrestre-- estuvieron ocupadas inicialmente por los británicos desde 1690 (las bautizaron Falkland en honor de un vizconde y oficial de la marina), pero luego fueron habitadas por franceses, quienes establecieron bases de pesca y la rebautizaron inicialmente en honor de San Maló, de donde proviene el nombre de Malvinas. Los españoles adquirieron luego esos derechos, y después de la independencia de Argentina, los mismos debieron ser traspasados a la nueva república, algo que nunca reconocieron los británicos, quienes ocuparon y poblaron las islas desde 1833 con unos dos millares de personas, convirtiéndola luego formalmente en colonia a mediados de ese siglo, cuando eran la primera potencia naval del globo y por lo tanto muy difícil de desalojar por la fuerza. La lógica reclamación de Argentina fue desoída por Londres durante siglo y medio y, agotada su paciencia, Buenos Aires trató de recuperarlas poco antes de que se cumpliera el sesquicentenario (en 1983) de dicha ocupación arrogante.

Pero, además de tratar de definir la disputa territorial, la invasión de 1982 también fue una necesidad política para Argentina, que estaba en plena dictadura militar desde el derrocamiento de Isabel Perón en 1976, quien había sucedido al anciano y carismático político populista, Juan Domingo Perón, protagonista de la historia argentina desde los años 40, derrocado en 1955 y restablecido democráticamente en la presidencia en 1973. Una hilera de dictadores militares había culminado en el inepto gobierno de Galtieri, en cuya administración se había producido la más alta inflación de su historia (600%) y había mucho descontento por el derrumbe de la economía y el alto desempleo resultante. Como muchos dictadores, tuvo que apelar al nacionalismo para subir su popularidad y así planeó desde su llegada al poder la recuperación de las islas, aprovechando que el Reino Unido estaba desmantelando su flota y quedándose mayormente con el arsenal exigido por sus compromisos con la OTAN. Galtieri contaba que Londres no iba a librar una costosa guerra a 13.000 km de las islas británicas, que en ese momento sufrían una recesión económica, al igual que resto del mundo industrializado, a raíz de la segunda crisis petrolera iniciada por la revolución iraní.

Sintetizando este objetivo mío los motivos por los cuales se llego a la guerra fueron políticos debido al desgaste del gobierno militar y territorial por que se perdía la soberanía si no se realizaba algo.

En el ultimo lugar era determinar cuales fueron los problemas políticos y económicos que les trajo la guerra ala gobierno argentino.

Ante la humillación de la derrota, Galtieri fue rápidamente obligado a renunciar, y aún hoy día tiene que responder por los abusos a los derechos humanos cometidos durante su período, al igual que sus predecesores militares Videla y Viola. La junta posterior convocó a elecciones que fueron ganadas por los eternos rivales del partido peronista, los radicales, que tampoco fueron exitosos en el manejo económico y Alfonsín tuvo que dejar el poder poco antes del final de su período. A Argentina le tomaría casi una década su recuperación de esa desastrosa guerra, y apenas durante la era de Menem en los 90 pudieron los gauchos disfrutar nuevamente de una mayor calidad de vida, aunque sólo temporalmente ya que su economía acaba de hundirse nuevamente por malos manejos de la política monetaria e industrial, además de varios fraudes bancarios y la tradicional corrupción administrativa.

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