LA COERCION DEL PENSAMIENTO PERDIÓ VIGENCIA EN EL AULA. INFORTUNADAMENTE CONTINÚA CIRCULANDO POR LAS VENAS DEL SISTEMA EDUCATIVO.
Enviado por diyinisa • 2 de Febrero de 2014 • 1.601 Palabras (7 Páginas) • 361 Visitas
UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA
FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES
MAESTRIA EN EDUCACIÓN. SEMESTRE I
ENSAYO FINAL
“LA COERCION DEL PENSAMIENTO PERDIÓ VIGENCIA EN EL AULA. INFORTUNADAMENTE CONTINÚA CIRCULANDO POR LAS VENAS DEL SISTEMA EDUCATIVO”
POR
DIANA YINETH NIETO SALAMANCA.
LA COERCION DEL PENSAMIENTO PERDIÓ VIGENCIA EN EL AULA. INFORTUNADAMENTE CONTINÚA CIRCULANDO POR LAS VENAS DEL SISTEMA EDUCATIVO.
Cuatro de las corrientes pedagógicas más reconocidas en la historia de la educación, no solo transitaron por las aulas de nuestro país, también dejaron su legado fuertemente enraizado en el devenir del fenómeno educativo. El sometimiento de la educación tradicional, el hacer por el hacer de la pedagogía activa y el condicionamiento del enfoque conductista, son algunas de las formas que dirigen, tanto manifiesta como soterradamente, las reflexiones pedagógicas orientadoras del sistema educativo en el cual participamos. Como consecuencia tenemos una educación subordinada a los cambios contradictorios y erráticos de una sociedad cada vez más globalizada en la cual se pretende figurar, aunque ello implique el sometimiento de la identidad nacional, la negación de sus propias construcciones, gracias a la adopción de metodologías extranjeras y el accionar sin fundamento de una educación inconexa, con las problemáticas propias del país. En síntesis, una educación que se desvirtúa lentamente, porque ha olvidado que la transformación y la creación de nuevas y mejores realidades, son su más sublime tarea. Así pues en medio de tantas limitantes, es como la educación colombiana sobrevive, con un pensamiento cada vez más restringido pero sobrevive porque encontró la forma de responder aunque superficialmente, a los requerimientos de una sociedad, que subvalora sus aportes porque se ha dado cuenta que ha logrado rebasar sus proyecciones.
En contraste se evidencia la necesidad de renovar los propósitos ontológicos del sistema educativo, de tal forma que estos le permitan posteriormente pasar a un primer plano no como asimiladora sino como generadora de cambios a partir de los cuales repensar al hombre, la cultura y la civilización. Dicho cambio de roles implica entonces concebir a la sociedad como producto de la reflexión educativa, para que su carácter humanístico guie el accionar de la especie hacia la trascendencia de la misma. Al respecto, ¿Cuáles serán entonces los puntos de reflexión que se deben abordar para dar respuesta no solo a la realidad ya existente, sino también para anticipar los cambios venideros? ¿Es posible desarrollar procesos reflexivos que le permitan a la educación ser pionera de estas transformaciones y del accionar cultural de la civilización? ¿Cómo reorientar y aprovechar las diferentes construcciones pedagógicas que se han hecho hasta el momento para responder a los cambios de transformación geopolítica mundial, formando sujetos intelectualmente sobresalientes y con una sólida formación afectiva y emocional?
En primera instancia es importante evaluar las posibles causales de tan difícil panorama. Asi pues, si observamos como la historia de la humanidad se ha ido construyendo y complejizando a través del tiempo y como paralelo a esto, la educación ha asumido nuevas perspectivas según las necesidades de diferentes contextos y épocas, también podemos comprender que más allá de la rápida adaptación que han presentado los diferentes sistemas educativos para responder a los continuos cambios en los ideales sociales, también se han generado grandes vacíos producto de una educación progresivamente pasiva, carente de creación para su proyección idiosincrásica y cuyos fines comúnmente heteroestructurantes, emergen en el seno de la fábrica, la guerra, los sistemas económicos o productivos vigentes y no de un proyecto propio fundamentado en la investigación y la reflexión crítica.
En consecuencia, vemos como la educación de asimilación y transmisión que hasta el momento ha permitido reproducir fielmente el orden social, ya no es suficiente para incidir en un mundo en continua transformación. Lo cual se evidencia en el desinterés general que abiertamente presentan los educandos de diferentes niveles y edades, quienes se someten al sistema educativo no por convicción ni desarrollo personal, sino por el requisito indispensable de la certificación requerida para ejercer una profesión, aun cuando las habilidades que necesiten para desempeñarse en dicha carrera prefieran aprenderlas en otros ámbitos menos formales.
Esto a su vez ha generado que la educación, entendida ahora no solo como un instrumento para el conocimiento de la sociedad, sino también como un medio para la vivencia y transformación de la misma, empiece a mostrarse rezagada especialmente ahora que es evaluada en función de los cambios económicos, políticos, sociales y culturales, producto
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