LA CORRUPCIÓN A TRAVÉS DEL MODELO ÉTICO

LA CORRUPCIÓN A TRAVÉS DEL MODELO ÉTICO

Este trabajo tiene como tema  la corrupción colombiana a través de los ojos del modelo ético, con lo que se propone analizar el fenómeno de la corrupción en Colombia desde un modelo ético, aplicando la teoría del test de juicio moral para evaluar la capacidad de toma de decisiones desde los juicios morales, argumentado que el modelo ético es una herramienta que evidencia la doble moral de la corrupción en Colombia. De acuerdo a lo anterior, primero se definirá que es un modelo ético y el test de juicio moral. Después, se expondrá el fenómeno de la corrupción en Colombia. Luego, se analizará cómo se puede modelar la corrupción colombiana desde el modelo ético, aplicando la teoría del test de juicio moral, para así argumentar que en Colombia existe una doble moral dentro del fenómeno de la corrupción. Por último, se concluirá.

Primero que todo, el modelo ético busca responder al interrogante: ¿Cómo ser feliz? y, es la capacidad de juicio moral, comprendida como “la capacidad de tomar decisiones y hacer juicios que sean morales (o sea basados en principios internos) y de actuar de acuerdo a estos juicios” (Lind, pág. 1). Así pues, este modelo busca regular las acciones humanas a través de los principios morales tanto propios como sociales para responder a su interrogante a través de planteamientos que digan que está, de acuerdo con la moral, bien o mal. Para esto, se sirve del test de juicio moral el cual “mide la capacidad de una persona de juzgar los argumentos de otros con relación a los estándares morales que ellos han aceptado como válidos” (Lind, pág. 1).

Por otro lado, se entiende como corrupción política “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores” (DRAE). De acuerdo a esto y según los resultados obtenidos del informe del Barómetro de las Américas de 2014, Colombia ocupa el segundo lugar entro los 25 países con 79.6 puntos de corrupción en su rama pública^[1]. De igual manera, el ICP o índice de la percepción de la corrupción encargado de evaluar y clasificar los países de acuerdo a qué tan corrupto se percibe su sector público, ubica a Colombia en el puesto 94 de 175 naciones con 37 sobre 100 puntos de transparencia^[2].

De acuerdo a lo anterior, se evidencia que el modelo ético es aplicable al fenómeno de corrupción que vive Colombia gracias a que este, es un acto ilícito que va en contra de lo que dicta la moral social colombiana puesto que, su ejercicio, perjudica al país en su conjunto de manera significativa. Esto, se evidencia en una publicación hecha por la revista semana:

Para entender el impacto social que tiene el robo de los recursos públicos, basta mirar los resultados de una encuesta que la Universidad Externado realizó a 530 empresarios, quienes admitieron que, en promedio, el 13 por ciento del valor de un contrato se destina al soborno o las ‘mordidas’, un equivalente a 3,9 billones de pesos.
Según Óscar Ortiz, exzar anticorrupción, con ese dinero se podrían construir 2.000 alcantarillados o 1.800 acueductos de sexta categoría, pagarles la universidad a 80.000 jóvenes (a 5’000.000 el semestre) o construir 200.000 viviendas de interés social. (Revista Semana)

En consecuencia, el modelo ético modelaría esta situación ya que, al ser los ciudadanos públicos parte del pueblo colombiano, se asume que ellos también aceptan y consideran válida la moral social colombiana, la cual, considera inmoral y por lo tanto, incorrecto robar los recursos del estado y, cometer actos ilícitos en pro del beneficio propio a costa de los recursos estatales. Por lo tanto, siendo este modelo la capacidad de tomar decisiones en base a los juicios morales tanto propios como sociales, se evidencia la existencia de una doble moral puesto que, por un lado, la corrupción se considera un acto inmoral e ilícito lo que significa que, según el modelo ético no debería presentarse en una sociedad que se rige por sus principios morales y; por el otro lado, los estudios muestran que la mayoría del sector público es corrupto, lo que significa que los funcionarios públicos no están siguiendo la moral que predican.

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