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LA EUTANASIA


Enviado por   •  3 de Junio de 2015  •  652 Palabras (3 Páginas)  •  164 Visitas

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Docenas de pacientes acudieron a Lucano al día siguiente. Eran nuevos para él. Habían sufrido una fuerte impresión, estaban muy pálidos y algunos de ellos casi sin habla. Les aseguró, sonriendo, que nada incapaz de ser explicado por hombres sabios había ocurrido el día anterior; posiblemente un eclipse. Sólo los niños se sentían aterrorizados por ello. ¿Acaso los astrónomos egipcios no habían previsto, hacía mucho tiempo, eclipses que tendrían lugar no sólo en el futuro inmediato, sino en edades aún no concebidas? Se debía confiar en los sabios, los hombres que comprendían, que podían hacer mapas de los cielos, de las fases de la luna y del movimiento de las estrellas con toda exactitud.

Lucano, mientras sus pacientes se apiñaban a su alrededor, demostró lo que era un eclipse con una manzana y una nuez. Se sintieron muy interesados y siguieron su demostración con boca y ojos abiertos y, como él había hecho el día anterior, afirmaron con gestos y palabras que habían sabido todo aquello durante todo el tiempo. Son más sabios que yo, pensó Lucano con cierta ironía.

Lucano no había visto nunca nada como aquello. Estaba escribiendo un tratado sobre la enfermedad. Había descartado las causas corrientes de la aparición de granos. La dieta del enfermo queda reducida rígidamente. A causa de su mal genio, en lo que su esposa no era menos que él, y su reputación de usurero, era odiado por todos quienes le conocían, incluso Lucano. El médico estaba empezando a formular una teoría en la que afirmaba que era el propio temperamento del hombre la causa de las erupciones. Tenía la carne enjuta como vieja piedra y uno de sus ojos dañado completamente.

Los ojos arteros se estrecharon. Cleón sabía todo lo que tenía que saber acerca de Lucano. Conocía las críticas de la ciudad. Aquel tonto, aunque inteligente médico, era un hombre rico. Si estaba tan loco como para cuidar a la plebe por nada y adquirir una reputación de semidiós, debía pagar su locura y su reputación. Por lo

tanto Cleón nombró una suma exorbitante, más allá de las posibilidades inmediatas de Lucano. Lucano se sintió enfurecido y preocupado. Come con Ramus en casa, es sordo y se comunica gracias a una pizarra, y empieza a hablar extraño acerca de que siente que él lo ayudara a liberar a los hijos de Cam, es decir, a la raza negra de la maldición que tienen desde generaciones atrás.

Lucano tomó una delgada hoja afilada. Debía trabajar rápidamente. Examinó de nuevo la marca. A pesar de su feo aspecto no era una cicatriz vieja; la piel estaba todavía tierna y flexible a su alrededor porque Samos era joven. Quitaría la marca cuidadosamente, sin herir los tejidos de debajo y uniría los dos extremos. Cuando la herida se curase tan sólo podría verse una larga y delgada cicatriz desde la línea del pelo hasta las cejas y en unos cuantos meses curaría y apenas sería

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