LA IMPORTANCIA DE BEBER AGUA
Enviado por blueangel • 25 de Octubre de 2012 • 2.793 Palabras (12 Páginas) • 596 Visitas
Kinesis del griego significa movimiento, en este caso, hablamos de la capacidad de efectuar comunicación mendiante gestos u otros movimientos corporales; incluyendo la expresión facial, el movimiento ocular y la postura entre otros.
Este tipo de señales no verbales pueden ser específicas para cada individuo o generales. También podemos decir que algunas pueden tener la intención de comunicar mientras que otras son meramente expresivas. Y por último diremos que algunas nos pueden proporcionar información acerca de las emociones mientras que otras nos dan a conocer rasgos de la personalidad o actitudes.
El olfato
El olfato no está tan desarrollado en el hombre como en los animales, pero también nos permite ricibir mensajes; de ahí que esta cobrando especial importancia en todo lo que engloba a la comunicación no verbal.
La idea de este tipo de comunicación subyace en que solemos dirigir nuestros pasos hacia un lugar guiados por un olor caracterísitico, o localizamos un objeto, o descubrimos que algo se ha quemado, etc... Toda persona tiene un olor personal. Aparte está el código, no claramente conocido de los perfumes, que los industriales del ramo desarrollan continuamente: femenino, viril, sensual, discreto, penetrante, etc
En nuestra cultura subestimamos la importancia del sentido del olfato, somos tan reacios a olernos que podemos llegar a suprimir este sentido y esto puede deberse a que le tememos, ya que los olores tienen una gran capacidad para despertar recuerdos. Existe también, una tendencia a sustituir olores naturales por olores artificiales. Esto se debe, en cierto modo a una inclinación anti sensual, sospechamos siempre de los placeres de los sentidos porque van innegablemente unidos a los del sexo.
Los árabes reconocen una relación entre la disposición personal y el olor, un ejemplo de esto lo podemos ver en cómo conciertan los casamientos, en ocasiones, incluso piden oler a la novia, no para saber si huele bien o mal, sino para cerciorarse de que desprende un olor residual a enojo o a descontento.
Puede existir otra razón diferente que haya llevado al hombre a relegar su sentido del olfato y es proporcionarnos la capacidad de soportar aglomeraciones, ya que si tuviéramos un sentido del olfato extremadamente sensible estarían de forma contínua sujetos al conjunto de variaciones emocionales de las personas que nos rodean. Por otro lado, poseeríamos un menor control consciente, ya que los centros olfativos del cerebro son más antiguos y primitivos que los de la vista.
Edward Hall dice que el hombre puede percibir más olores que aquellos de los que es consciente, es decir que existe un sentido del olfato subconsciente. A esto que nosotros llamamos olores le han llamado mensajeros químicos, que están formados por aminoácidos y hormonas, incluyen las famosas feromonas, también, en los que normalmente no detectamos ningún aroma, pero sí se transmiten por el aire y penetran en el cuerpo humano a través de la nariz. Un ejemplo de la implicación de estos mensajeros químicos en la comunicación no verbal son las feromonas que son segregadas por casi todos los animales y afectan al comportamiento de otros miembros de la misma especie y son especialmente importantes en todo lo relacionado con el sexo.
Se ha sugerido que las secreciones externas de un animal puede actuar sobre la química del organismo de otro, probablemente en sus glándulas endocrinas y esto puede causar una tensión extrema cuando los animales están apiñados y llegar a actuar como factor de control de la población a favor de la supervivencia de la especie. Aunque no podemos generalizar el comportamiento de los animales y de los seres humanos existen ejemplos que apuntan a ello como lo descubierto por Martha McClintock que al estudiar los ciclos menstruales de las estudiantes que vivían en residencias descubrió que las que eran muy amigas estaban sincronizadas.
Un vistazo a la anatomía del ser humano nos dice que el ser humano posee un sistema de emisión de mensajeros químicos externos, ya que nuestra piel contiene una profusión de glándulas odoríferas que cubren nuestro cuerpo de la cabeza a los pies. Su estructura es extremadamente compleja y existe un número elevado de tipos individuales.
Se ha comprobado, también que la capacidad olfativa varía entre los individuos y entre los sexos, un ejemplo de esto es que ciertos olores almizclados los perciben las mujeres, pero no los hombres ni las niñas preadolescentes.
Para terminar con el sentido del olfato podemos decir que la teoría sobre los mensajeros químicos podría explicar porqué las emociones se contagian entre las multitudes.
EL ROSTRO
Paul Ekman, uno de los mejores psicólogos especialistas en comunicación no verbal cataloga las expresiones faciales usando fotografías en lugar de descripciones y divide el rostro en tres zonas: frente, rostro y resto de la cara (nariz, mejillas, boca y mentón).
Cuando hablamos del rostro humano debemos saber que el hombre lo utiliza para transmitir mensajes y emociones. Las personas somos capaces en gran medida de controlar el rostro y en él se refleja nuestro carácter, ya que existen expresiones habituales de cada uno que suelen dejar huellas permanentes en él.
Si estudiamos las expresiones faciales, podemos comprobar que las personas, en su mayoría, saben fingir una expresión pero no saben como hacerla surgir espontáneamente ni cuánto deben mantenerla o cómo debe desaparecer: esto nos lleva a decir que los seres humanos no saben mentir. En palabras de Freud: “Aquel que tenga ojos para ver y oídos para escuchar, podrá convencerse de que ningún mortal puede guardar un secreto. Si tus labios mantienen silencio, parloteará con las puntas de sus dedos, la traición brota de todos sus poros”.
Existen cierto tipo de expresiones que denominamos “micros” o “micro momentáneas” que fueron detectadas al pasar una película a cámara lenta que aparecen en el rostro por un instante para volver a desaparecer. Estas expresiones fugaces ocurren, generalmente, cuando una persona está en conflicto consigo misma, ya que lo que está diciendo no concuerda con expresión momentánea. Estas expresiones no son mensajes en sí mismos sino que son filtraciones de los sentimientos verdaderos, que pueden servir como válvula de escape que permite a una persona, aunque sea muy brevemente, sus sentimientos o impulsos inaceptables.
Tanto los micros como el resto de las expresiones faciales no pasan, necesariamente, desapercibidas ya que el ser humano las detecta de forma subconsciente, pero desde la infancia se nos enseña (de forma subconsciente) a no prestar atención a los gestos del rostro debido a que son demasiado reveladores. En relación a los micros
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