LA INVESTIGACION COMO PARTE DEL DESARROLLO PROFESIONAL DEL EDUCADOR

LA INVESTIGACION COMO PARTE DEL DESARROLLO PROFESIONAL DEL EDUCADOR

La necesidad de realizar cambios en nuestras prácticas educativas en el nivel  de primaria, se han planteado con el cambio constante de las reformas educativas. Uno de los principales desafíos en la educación es elevar la calidad en las escuelas ya que diversos diagnósticos así lo han hecho saber, señalando que las prácticas en las escuelas no se ajustan a las necesidades que hoy en día nos reclama la sociedad actual.

Por tal motivo los docentes nos damos a la tarea de ser investigadores de nuestra propia práctica, ya que de ahí debemos partir para empezar a transformarla. Es de nuestra práctica donde debemos partir para avanzar hacia las reflexiones que vayan consolidando nuevos modos de concebir la enseñanza y el aprendizaje.

La tarea que llevamos a cabo no es fácil, los docentes nos enfrentamos a múltiples dificultades al momento de querer transformar nuestra práctica, el hecho de reorientar enfoques y metodologías de enseñanza, actualizar contenidos, e incorporar nuevas herramientas que nos permitan generar conocimiento en los alumnos, son acciones que realizamos con menor y mayor éxito, a veces nos funciona y a veces no.

Independientemente de cualquier postura los docentes somos parte vital del proceso educativo y debemos participar activamente en la investigación de nuestra propia práctica, ya que estamos estrechamente unidos. La investigación debe darse en el ámbito real donde el docente se enfrenta día a día con los problemas que se suscitan dentro del aula, es un proceso que nos involucra en la reflexión de nuestro quehacer docente y somos quienes conocemos mejor nuestra realidad.

Gadamer (1975) sostiene que “el docente debe ser capaz, a través de proceso autorreflexivos, de establecer críticas a sus interpretaciones sobre los valores, creencias y costumbres”. Por lo tanto somos  los docentes los encargados de reflexionar sobre nuestra práctica y criticarnos de manera abierta.

Una de las propuestas curriculares de MEIPE es invitar a los alumnos a reflexionar y a cambiar sus acciones a partir de su propia práctica educativa, motivo por el cual estoy haciendo esta ponencia para reflexionar acerca de mi propio quehacer educativo, cambiar mis acciones, reestructurando mi labor docente de tal forma que contribuya a mejorar mis tareas cotidianas y hacer de mi práctica docente una práctica educativa.

Antes de empezar con el presente trabajo, debemos preguntarnos primero ¿Qué es reflexión? Es una cualidad fundamental del pensamiento, que garantiza el funcionamiento de este como sistema autorregulado. La reflexión tiene una gran importancia dentro de nuestro ámbito laboral, ya que a partir de esta, es como el docente ha podido darse cuenta de la enorme responsabilidad que tiene, y así poder mejorar su práctica, reforzando los puntos débiles que encuentra y reafirmando sus fortalezas

La reflexión es la toma de conciencia que se forma en uno mismo a través de una serie de ejercicios que se van fortaleciendo a medida que se va practicando.  Un alto desarrollo de la reflexión garantiza el análisis de las diferentes  situaciones y problemas que se le presentan al docente en su práctica para hacer un análisis de sus propias acciones lo que le permite hacer una organización completa y detallada de su práctica para darle solución.  Llegar a hacer una buena reflexión no es fácil, esto se adquiere a través de la práctica, de la constancia y la perseverancia.

Como dice Dewey (1998, 22)

 La reflexión no implica tan sólo una secuencia de ideas sino una con-secuencia, esto es, una ordenación consecuencial en la que cada una de ellas determina la siguiente como su resultado, a su vez, apunta y remite a los que le precedieron.

Profundizar en el análisis y reflexión de nuestra práctica implica hacerse diferentes cuestiones acerca de nuestra labor como ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago?  ¿Cuál es el propósito? ¿Qué voy a lograr? Haciendo una reflexión con más significado para uno, al hacer esto,  nos estamos planteando situaciones que no tenemos en mente todos los días, que quizás jamás hubiéramos pensado que existieran, pero que al reflexionar sobre ello, nos damos cuenta que ahí están, y que nunca nos habíamos puesto a analizarlas.

Al hacer esto tomamos en cuenta que nuestra labor no es fácil, que tenemos por delante un gran reto, en el que debemos hacer acciones dentro y fuera del aula, antes de las clases, durante y después de ellas, para poder tomar decisiones que contribuyan a mejorar y transformar la práctica, y verificar cuales acciones son educativas y cuáles no, cuáles son nuestras debilidades para transformarlas y cuales nuestras fortalezas para reafirmarlas. Al hacer conciencia de la  responsabilidad que implica este proceso, Debemos tomar en cuenta también las acciones que se van a analizar a lo largo de todo el proceso, así como las personas que intervienen (maestro y alumnos), ambiente, etc.

Reflexionar sobre nuestro quehacer cotidiano es una de nuestras prioridades más importantes que existen, es a partir de ella como vamos a reestructurar nuestra práctica, para analizarla, transformarla, evaluarla y volver a reestructurar de tal forma que nuestra práctica se vuelva educativa.

Con respecto a la reflexión en “relación con la acción” Day (2005) dice:

 Representa una postura crítica más general que supone la investigación de cuestiones morales, éticas, políticas e instrumentales, incluidas en el pensamiento y la práctica de los docentes. La reflexión de este tipo es un medio por el que los profesionales ejercen tanto la responsabilidad como la rendici6n de cuentas sobre las decisiones que toman en su ejercicio y por el que consiguen una comprensi6n más general de las que producen.

Para iniciar una investigación y empezar a acercarnos al conocimiento de nuestra práctica docente, podemos realizarla utilizando una metodología cuantitativa y cualitativa, la cuantitativa nos sirve para hacer estudios en gran escala y poder medirlos y compararlos, la cualitativa nos permite hacer descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y conductas que pueden ser observables, ya que el investigador estudia al objeto en su contexto natural.

La investigación sobre la acción se da antes y después de las actividades, antes en el diseño de las actividades, como el método que se utiliza, las estrategias que empleamos y después al estar reflexionando sobre lo que hicimos, cómo lo hicimos, que nos faltó, si tenemos que cambiar o modificar algo, etc. Esta actividad nos permite ir fortaleciendo  nuestra práctica al enriquecer las actividades que empleamos para la enseñanza- aprendizaje de nuestros alumnos, así como quitar aquellas actividades que fomenten el desinterés y el aburrimiento del alumnado.

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