LA NATURALEZA EPISTEMOLÓGICA DE LA PEDAGOGÍA
Enviado por JUAN_MANUEL1982 • 12 de Febrero de 2014 • 2.282 Palabras (10 Páginas) • 304 Visitas
LA NATURA EZA EPISTEMOLÓGICA DE LA
PEDAGOGÍA: UNA RESIGNIFICACIÓN CUANTITATIVA
- CUALITATIVA
INTRODUCCIÓN
Desde sus orígenes hasta la actualidad, la Pedagogía no ha generado
teorías o pautas teóricas, metodologías e inclusive modelos técnicoinstrumentales
propios. Las teorizaciones fuertes le vienen proporcionadas
de otras ciencias básicas (la Biología, Psicología, Filosofía, Sociología),
aun de ciencias aplicadas y las tecnologías. En tal sentido, surge una
interrogante básica ¿cuál es el estatuto epistemológico de la Pedagogía?
Es una pregunta de difícil respuesta, pues la organización de los saberes
y del discurso pedagógico no se ha precisado del todo por lo que sólo
existen tentativas y aproximaciones sobre varios de los problemas
epistemológicos que tendrá que resolver en primer orden. Entre los
problemas a resolver están sobre la definición de lo qué es y lo qué
no es Pedagogía; el problema de su objeto de estudio, el problema de
su nivel disciplinar, es decir, ¿es ciencia?, ¿tecnología?, ¿qué relación
posee con la Educación?, etc.
En el presente trabajo se plantea efectuar análisis epistemológicos
que posibiliten el planteamiento de ideas necesarias aunque tal vez no
suficientes para la solución de la situación problemática del carácter
metateórico de la Pedagogía. El modelo conceptual que se empleará para
este afán es el cuantitativo-cualitativo.
ANÁLISIS DEL ESTADO DE LA CUESTIÓN
Para abordar este problema epistemológico de la Pedagogía se puede plantear
la siguiente interrogante: ¿Es la pedagogía ciencia, disciplina o saber?
Comúnmente, cuando escuchamos la palabra Pedagogía pensamos en
la educación de los niños o en la formación que se debe adquirir para
ser maestro. Lo cual no es incorrecto, pero es una visión muy limitada de
este ámbito de estudio. Para entender y definir lo que es la Pedagogía,
con la mayor amplitud posible, es necesario tener un referente histórico
de la misma, o sea conocer las principales concepciones con las que se
le ha identificado.
Desde el siglo XIX a la actualidad, ciertos pedagogos que han destacado
en su campo de estudio, al contribuir en la construcción del conocimiento
pedagógico han expresado distintas concepciones sobre la Pedagogía.
Es decir, no ha existido una definición única y universal por la cual todos
los pedagogos reconozcan su área de intervención, sino que cada uno
de ellos la ha concebido según argumentaciones particulares. Lo anterior
muestra una confusión, que se convierte en un debate epistemológico
actual cuyo objetivo es lograr el esclarecimiento y definición precisa de
la Pedagogía.
Así podemos encontrar algunas líneas conceptuales que se entrecruzan
generando paradigmas, antinomias y posturas encontradas. Veamos:
Primeramente, Manuel Flores consideró que la pedagogía es un arte,
debido a que tiene un carácter práctico; pues ésta, según él, se dedica a
normar y regular, a indicar cómo deben ser ciertas situaciones educativas
reales y concretas que se dan en la práctica, como la enseñanzaaprendizaje
en el aula. Así, la Pedagogía “... es un conjunto de preceptos
que expresan en forma imperativa o en formas equivalentes lo que debe
hacerse para lograr tal o cual resultado”. (Bartomeu et al., 1 992).
En segundo lugar, Moore, pedagogo contemporáneo, sostiene que la
Pedagogía es una teoría práctica, ya que pedagogos como “... Rousseau,
Froebel y otros no llevan a cabo su tarea de teorización educacional
en la forma en que lo haría un científico. Sus teorías contienen muy
escasas referencias a la observación o a experimentos sistemáticos ...
“ (Ibíd., 1 992); por ello, los pedadogos citados se orientan a proponer
recomendaciones aplicables a las diversas realidades educativas.
En un tercer planteamiento, Enrique Rébsamen afirmó que la Pedagogía
adquiere racionalidad y sistematicidad científica, al apegarse “... del
todo a las leyes fisiológicas y psicológicas que presiden el desarrollo del
sujeto, dentro del proceso educativo”; por lo cual, “... desde entonces la
Pedagogía se levantó poco a poco al rango de una verdadera ciencia”.
(Bedoya et al., 1 989).
Algunos de ellos han asumido estrictamente -o dogmáticamente- la noción
tradicional de ciencia, es decir, la positivista, como argumento para
negar el status de cientificidad a la profesión de los pedagogos. Por ejemplo,
se afirma que ésta debe normar y mejorar las diversas realidades
educativas, y para ello no posee ni recurre a estudios científicos, sino a
soluciones prácticas cuya aplicación sea viable en una cierta situación
inmediata, como señala Manuel Flores; también se dice -Moore, entre
otros- que sus teorías no contienen métodos que sigan rigurosa y sistemáticamente
los pasos del método científico. También existen concepciones
neopositivistas que postulan a la Pedagogía como una tecnología,
una praxis, más que otra cosa, puesto que desde la rigurosidad naturalista
del método hipotético-deductivo la Pedagogía no tiene leyes, ni teorías
propias, sólo crea procedimientos las cuales sustenta en una multiplicidad
de teorías provenientes de diversas ciencias aplicadas. (cfr. Piscoya,
1 974; 1 993).
Pero para entender a la Pedagogía como ciencia, es necesario tomar en
cuenta dos criterios:
Primero: eliminar todo tipo de dogmatismos positivistas y neopositivistas
y asumir una perspectiva cualitativa (hermenéutica y sociocrítica);
Segundo: comprender que vivimos en una nueva era de principio de siglo,
en la que el concepto de ciencia no puede ser estático, sino que debe
evolucionar, abrir nuevas fronteras y adquirir un carácter flexible; aunque
sin olvidar ciertos lineamientos principales de rigor científico, que la Pedagogía
cumple satisfactoriamente. En este sentido, se pueden mencionar
varios puntos.
Como primer argumento, de acuerdo con el pedagogo Alejandro Sanvisens
Marfull, es necesario reconocer…
“... el carácter interdisciplinar que la pedagogía ofrece, pues, no
sólo se limita al ámbito de su objeto de estudio, la Educación,
y de su tratamiento,
...