LA PIEDRA FILOSOFAL . Desde que percibimos con nuestros sentidos nuevos elementos
Enviado por Niko Piedra • 5 de Abril de 2017 • Ensayo • 1.222 Palabras (5 Páginas) • 268 Visitas
LA PIEDRA FILOSOFAL
Desde que percibimos con nuestros sentidos nuevos elementos, desde niños o incluso antes de nacer, tuvimos la necesidad de preguntarnos qué son esas cosas que estimulan los mismos, porque una de las características presentes en el común de los humanos es preguntarse el porqué de las cosas, gracias a la necesidad constante del hombre de conocer la verdad de lo que ve y lo que siente. Esta característica en cada individuo produce que, por la necesidad de una respuesta, incluso las personas lleguen a lastimarse inocentemente, por ejemplo, si un niño no sabe que es un alfiler de seguro intentará examinarlo y posiblemente se lastime o tal vez en algún momento deberá escuchar, de alguien que le rodea, su explicación; o, simplemente cada vez que lo vea de nuevo pondrá más de su atención en ello y guardará una concepción propia del objeto, que por cierto nunca se le olvidará.
De este modo a lo largo de la vida aprendemos nuevas cosas que nunca se borran de nuestra mente porque han sido adquiridas con la observación, tacto y/o análisis propio, empujado por una iniciativa que nace en cada uno sin que exista otro motivo que lo obligue o comprometa.
Llevándolo a un campo más práctico se podría decir que en la actualidad esa necesidad de descubrir y conocer se ha ido difuminando gracias a que existen medios que realizan la labor de proporcionarnos toda la información sobre un determinado objeto, que a la final no logra que identifiquemos y retengamos todos sus detalles; pero, en el caso opuesto en el que una persona inicie con una idea incompleta, y, se la trasmita a otra de tal manera que le provoque incertidumbre y deseo de conocer sobre ese elemento, será él mismo movido por su iniciativa y gusto el que encuentre la respuesta a su duda, de tal modo, que al ser un acontecimiento propio de su experiencia sea inimaginable que pueda borrarla de su mente en algún momento.
Esta realidad es aplicable perfectamente en la masa de estudiantes, gracias a la experiencia vivida desde niveles inferiores, sabemos que el método utilizado para enseñar se ha “estandarizado” de manera que enmarca el impulso por descubrir, que en realidad no es malo, pero que sí delimita el incentivo intrínseco del estudiante en adquirir un conocimiento propio y formar a la par su criterio personal. Por esta razón se nos ha ocurrido pensar que se puede recuperar esta característica que cada vez se debilita más motivando a que se prescinda de investigar, y que lográndolo, cambiaría significativamente el rol del estudiante, que además de aprender también produciría conocimientos; y del establecimiento, ya que en conjunto tendrían un complejo hacia la investigación.
Llevándolo al campo de la abogacía, sabemos que la lectura es fundamental para el desarrollo del conocimiento sea doctrinario o legal. En la actualidad se ha perdido la motivación y los hábitos de lectura, gracias a que los textos no generan ese interés en el estudiante dada la obligatoriedad de la situación; caso contrario, sería mucho más fructífero que el estudiante mismo sea quien acuda a buscar su propio material y conozca una gama de autores, adquiriendo un conocimiento necesario para la planificación curricular y además una amplitud extra del mismo que consecuentemente pueda motivar al estudiante a perpetrar su criterio o razonamiento sobre el tema investigado e incluso abarrotar otras temáticas pendientes.
Quisiéramos hacer énfasis sobre la consecuencia más importante para el estudiante en esta práctica: la retención de la información; que, sin duda sería una ventaja colosal dentro de las distintas labores del abogado, por ejemplo, la argumentación de un alegato o el análisis de un caso. Generalmente la retención de la información no suele ser muy inmediata en el estudiantado y suele generar frustración o inclusive desinterés en el mismo producido por una carga obligatoria o intimidante, por lo que, nuestra idea va direccionada a facilitar y optimizar este desarrollo cognitivo necesario para el ejercicio profesional o docente. La razón simplemente radica en que existe una gran diferencia entre aprender bajo una carga de presión, que, aprender con buena voluntad e interés, que en el segundo caso derivaría en la adquisición de conocimiento más veloz y sólido, perpetrándolo a largo plazo.
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